martes, 16 de noviembre de 2010

RITA LEVI-MONTALCINI

"A comienzos del tercer milenio, las facultades intelectuales deben ponerse sobre el tapete para ganar la partida que está en juego: la supervivencia de la especie humana." 


Con estas palabras cierra el libro la Premio Nobel de Medicina de 1986. No son originales. No son deslumbrantes. Son palabras, como todo el libro, llenas de sensatez, de mesura, de equilibrio, de un profundo conocimiento de la humanidad y de los riesgos en los que está sumida. Todo el libro desprende serenidad y conocimiento. Mientras lo leía, me daba la impresión de estar escuchando a una afable abuela contar esas historias que sólo la gente que ha vivido mucho conoce.

El texto es una reflexión sobre la sociedad actual, los cambios a que está sometida y los que serían necesarios llevar a cabo para que la especie humana pueda seguir existiendo en el futuro. En este recorrido hace un repaso a la necesidad de la educación y el desarrollo de todas y cada de las personas, no sólo las que viven en las sociedades ricas, no sólo las de género masculino. Reflexiona, así mismo, sobre la globalización, el medio ambiente, el fanatismo ideológico, la revoluciones socioculturales, el comportamiento social y los derechos y deberes, tan mal repartidos todavía.

Quizá porque soy maestro, o quizá porque desde mi posición de europeo tiendo a olvidar con mucha frecuencia que el derecho a la educación aún no es un derecho real en el mundo, me han impresionado especialmente las palabras que cita de Nakhusa, niña africana de ocho años, para quien el proceso de aprendizaje, a esa edad, ya ha acabado: Me gustaría ser un chico. Estudiaría, jugaría, llegaría a ser alguien... Quizá un piloto o un directivo de empresa... responsable de algo. La escuela es importantísima; sin instrucción la vida es incompleta, es como no tener un pie o una mano. La escuela lo es todo; si no tienes instrucción, no eres nadie.


Son necesarios textos como éste e intelectuales como ésta, para conseguir un mundo más justo, más apacible, más sensato, más humano.

Feliz lectura.

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