lunes, 13 de enero de 2014

CRIMEN Y CASTIGO

La diferencia entre una obra clásica y otra que no lo sea es que en la primera fluye la vida por todos sus capítulos, mientras que la segunda es un remedo pobre y ajado de aquélla. En los clásicos se percibe el transcurso de la vida porque el tema es ella misma en cualquiera de sus aspectos, mientras que en las demás lo que fluye son palabras que se dedican a hablar de sí mismas, del autor o del oficio del autor.

Crimen y castigo, como clásico que es, es un fragmento de vida puesto en palabras. Sus personajes son absolutamente sólidos; las situaciones que se presentan, brutales; las escenas, conmovedoras; y hasta los sueños del protagonista parecen reales. Es como si nos plantáramos en medio de lo que ocurre, transformados en testigos excepcionales de cuanto acontece. Es como si el dolor de todos y cada uno de los personajes fuera el nuestro, como si la locura de Raskólnikov se nos adhiriera a la piel y no pudiéramos deshacernos de ella.

La novela nos cuenta el asesinato que comete el protagonista al comienzo de la misma y las implicaciones que va a tener esa acción. La cosa es simple, pero el resultado no lo es, porque el tema tiene un peso específico fundamental y, porque como dice Bloom en Genios, Dostoievski es el Shakespeare de los novelistas en la medida en que sus grandes personajes vibran con esa energía de conciencia que reconocemos como shakespeariana.

Tan contundente y magnífico como los personajes es el estilo del autor ruso, que unas veces se prodiga en estupendas y necesarias descripciones y otras nos lo dice todo con una simple pregunta en medio de un diálogo:
—Yo sólo maté a un piojo, Sonia. Un piojo asqueroso, inútil, maligno.
—¿Piojo un ser humano?
Sonia, la protagonista femenina, inculta, prostituta para sacar adelante a su familia, sin formación de ningún tipo, da un ejemplo de clarividencia al universitario nihilista con prurito intelectual. No necesita más que una pregunta.

Obra absorbente, fundamental e imprescindible en la literatura universal. Si aún no os habéis acercado a la obra del ruso, esta novela puede ser un buen comienzo.

2 comentarios:

  1. Es curioso pero justo hoy he estado escribiendo un cuento sobre este mismo autor. En cuanto pueda te lo mando.

    Besos.

    diego.

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    Respuestas
    1. Estoy desean leer ese cuento sobre Dosteievski.

      ¿Podremos verlo colocado aquí?

      Más besos

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