domingo, 3 de mayo de 2015

EL CIELO CUIDA DE LOS NEGOCIOS DE LA BANCA

Imagen de tomada de Wikipedia.
Tobías y el ángel. 1469. Antonio y Piero del Pollaiuolo.
¿Qué hace ese joven del brazo de un ángel y con un pez colgando de su mano izquierda? ¿Y por qué tiene el ángel una cajita en la mano? Sin disponer de ninguna información previa, podemos suponer que el ángel está ayudando al mozuelo a realizar algún viaje. Es, tal vez su guía y protector. ¿Su ángel de la guardia?

Para dar respuesta a estas preguntas solamente necesitamos algún conocimiento de mitología cristiana y algún otro sobre la historia de Italia y las costumbres comerciales de los banqueros florentinos.

Si acudimos a Wikimedia Commons y tecleamos Tobías y el ángel, nos vamos a encontrar que era un tema frecuente en el Quattrocento. Ahí mismo aparecen los trabajos de Fillippino Lippi y de Verrocchio, coetáneos de los Pollaiuolo, reflejando escenas casi idénticas.

Si acudimos al Libro de Tobías (Biblia, Antiguo Testamento), descubriremos la historia completa: un padre encarga a su hijo que vaya a cobrar una deuda y a éste le acompaña el arcángel Rafael. En un río capturó un pez por consejo del ángel al que sacó el corazón, el hígado y la hiel, y guardó en la cajita. Como en los cuentos tradicionales, tres cosas mágicas que luego le van a servir para solucionar otros problemas. Se trata, pues, de un viaje iniciático y el pez representa al demonio. La historia es bastante pintoresca y aconsejo leerla.

Si acudimos a la Florencia del Quattrocento, sabremos de la importancia del comercio y, especialmente, de la actividad bancaria. Y si además nos dicen que lo que el muchacho lleva en la mano izquierda —además del pez— es una letra de cambio, nos daremos cuenta de que se trata del hijo de un banquero que se dirige a otra ciudad para hacer efectivo el cobro. De hecho, fueron posiblemente Florencia y sus banqueros los inventores de este sistema.

El motivo del viaje de Tobías y la superación de todos los peligros, fue muy utilizado en aquella época entre la clase financiera toscana, pues vieron un gran semejanza entre el Tobías bíblico y los mensajeros que mandaban, sujetos a los peligros del camino. El simbolismo del cuadro es, por último, otra forma de bendecir la actividad mercantil. 

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