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jueves, 7 de mayo de 2020

LA NECESARIA PRESENCIA DE LO COTIDIANO


No puedo competir
con las magníficas vidrieras del tiempo de los monjes
ni con los muros que defendieron 
las antiguas ciudades 
de los bárbaros ataques enemigos.
No poseo el impulso de la épica
ni atesoro las virtudes técnicas del arte.
Vivo en un suburbio,
alejada del esplendor de las construcciones singulares.
No soy nada más que un poco de escayola
a la que el azul del cielo dignifica su presencia.

Carezco del atractivo de lo extraordinario,

pero la luz del día
y el humilde trabajo cotidiano
han moldeado en mí 
la profunda belleza 
de estar diariamente
a vuestro lado.

viernes, 3 de agosto de 2018

RESILIENCIA



La noche cubrió de sombras el día
igual que un ángel negro y sepulcral
aviva el dolor y se hace dueño
del tiempo y las palabras.
El futuro era un incierto camino
que parecía no llevar a parte alguna.
El mar, un abismo sin salida.
La ciudad quedó sumida en el silencio.

                                                        Ni ríos ni pájaros cantaban.

Aun así, 
desde el fondo de la sima, 

alzó la voz 
                            
                            y señaló la luz.

martes, 10 de julio de 2018

VIDRIO


Duro, 
        frágil, 
                 transparente 
y amorfo.

Frías palabras 
que la ciencia usa
para definir esta sustania 
tan amiga de la luz
como tímida y callada.

Metáfora del amor,
es fuego helado.
Para que surgiera
fue necesaria la colaboración
de otras fuerzas 
y otros cuerpos.

Tan bello,
tan frágil.

Tan necesario.

domingo, 24 de diciembre de 2017

CIUDADANO EJEMPLAR

          I

Era una persona de principios

y muy eficaz.

Nunca perdía el tiempo

con situaciones embarazosas,

nunca lo desperdiciaba

hablando 

con aquellos que pensaban

de forma diferente.



          II

La situación era insoportable,

los derechos civiles estaban en peligro,

la corrupción política parecía no tener techo,

la economía era un campo abonado

para que los grandes truhanes

siguieran cosechando beneficios

a costa del trabajo de personas honestas,

los derechos humanos

se encontraban al borde de la anemia.

Era necesario despertar a todas las conciencias,

solo la actuación conjunta y solidaria

podría sacar de la crisis a la sociedad.

Se hacía urgente la convocatoria

de todo tipo de manifestaciones

y actos reivindicativos. 



Por eso,

cuando su hija le pidió

que jugara un ratito

con ella,

le contestó que no tenía

tiempo

para perderlo

en tonterías.



          III

Estaba indignado.

Sin duda aquél no había sido un buen día

para el género humano.

Una guerra —otra más—

había dado comienzo al borde mismo

de nuestras conciencias

y nadie asaltaría el palacio de invierno,

ni se quemaría en la Plaza Mayor

para dar testimonio 

de la gravedad del momento.



Salió a la calle

y, como estaba indignado,

cuando se cruzó en el portal

con su vecino

no se molestó en saludarlo.