Mostrando las entradas para la consulta Auden ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta Auden ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

miércoles, 17 de junio de 2015

AUDEN, UN LECTOR PERSPICAZ Y NECESARIO

Este libro, prologado por Andreu Jaume y traducido por Juan Antonio Montiel, es una recopilación de textos publicados por Auden en diferentes títulos. Algunos de ellos nacieron como conferencias; otros, como prólogos; otros más, como ensayos propios de un escritor para formar parte de un libro.

Auden era, además de un gran escritor, un lector muy atento y un poeta consciente de su oficio. Estas tres cualidades hacen que sus lecturas y reflexiones sobre lo que otros escribían sean profundamente aprovechables para quienes nos acercamos a las obras que él comenta. O para quienes las han leído, pero no hemos sido capaces de percibir lo que Auden sí.

Así, pues, quizá interese al lector ocasional que pase por aquí saber cuál es el contenido del libro. He aquí el índice:

  • Leer
  • Escribir
  • Hacer, conocer y jugar
  • D. H. Lawrence
  • Marianne Moore
  • Los griegos y nosotros
  • Los místicos protestantes
  • Los sonetos de Shakespeare
  • E. A. Poe
  • Tennyson
  • C. P. Cavafis
  • "Un homme d'esprit" (Verlaine)
  • El mártir como héroe dramático
  • Las palabras y la Palabra
  • Fragmentos de conversación (entre Alan Ansen y Auden)
Buena parte de los textos que se recogen aquí —no todos— ya habían aparecido en castellano —La mano del teñidor  y Prólogos y epílogos—, y un poeta tan influyente como Biedma lo había difundido con cariño. Sin embargo, leer a Auden es siempre placentero porque es un lector tan atento y sagaz que siempre nos descubre algo nuevo y nos enseña a poner atención en aquello que es esencial al texto que comenta. Y si alguien está interesado en la poesía, ya sea como lector o como escritor, yo me atrevería a decir que leer lo que Auden dice sobre ella es fundamental para entenderla un poco mejor, independientemente de que se compartan o no sus opiniones más profundas. Auden sigue siendo necesario.

lunes, 5 de marzo de 2018

HANNAH ARENDT Y WYSTAN AUDEN

Hannah Arendt es una pensadora fundamental para interpretar el siglo XX. Tal vez su obra más importante, o al menos la más citada, sea Los orígenes del totalitarismo. Como buena intelectual que era mostró interés por temas muy variados. Este Más allá de la filosofía nos da buena muestra de sus múltiples intereses. En él, y esto es lo que hoy me interesa, hay un capítulo dedicado a Wystan Auden, a quien conoció en Nueva York y del que he dejado muchos rastros en este blog. La exposición de Arendt sobre el poeta es tan breve como interesante, pero lo que quiero resaltar es una pequeña anécdota que ella misma nos cuenta y que sirve para ilustrar su categoría humana. 

Cuenta la pensadora que cuando se conocieron ninguno de los dos era precisamente joven y que eso determinó la ausencia de intimidad cómplice que tienen las amistades fraguadas en la juventud. Ella misma dice: Es más, él mantenía una reserva que ahuyentaba cualquier tipo de familiaridad, pese a que yo nunca tratase tampoco de alcanzarla. El caso es que Auden a medida que cumplía años iba cayendo en un deterioro cada vez mayor. En algún momento del final acudió a la pensadora en busca de ayuda. Así nos lo cuenta ella a través de una carta dirigida a Mary McCarthy un día después de la muerte del poeta.

No puedo dejar de pensar en Wystan, naturalmente, en su vida mísera, y en que me negué a hacerme cargo de él cuando vino a pedirme amparo. Homero decía que los dioses hilan la ruina de los hombres para que exista el canto y el recuerdo (...) Bueno, él fue a la vez cantor y fábula. Pero Dios sabe que el precio es alto y nadie en su sano juicio, a sabiendas, quiere pagarlo.

Ambos supieron del dolor y atravesaron los años más duros de una Europa profundamente dolorida. Ambos nos ofrecieron lo mejor de su inteligencia y su sensibilidad. Ambos tuvieron que arrostrar su profunda humanidad.

domingo, 2 de agosto de 2015

AUDEN: SEPTEMBER 1, 1939

1 de septiembre de 1939 es, sin duda, uno de los poemas más conocidos y representativos del poeta inglés. Sin embargo, a Auden no le gustaron algunos versos y los cambió; posteriormente decidió que era el poema el que no le gustaba y lo retiró de su obra. Lo cierto es que el texto ha seguido su propio curso al margen de la voluntad del poeta hasta convertirse en uno de los poemas más emblemáticos del autor. 

Yo, por respeto a su voluntad, no lo he incluido en la selección de textos que he preparado para la tertulia de octubre, pero creo que el poema tiene su importancia y por eso lo recojo aquí. Además, la lectura que hacen del original es muy buena y la idea de ofrecer la imagen de la Tierra desde la EEI para acompañarla me parece muy acertada.

W. H. Auden's "September 1, 1939" (as read by Tom O'Bedlam) set to Richter's Horizon Variations.

Tomo la traducción que Chaty Lorens publicó en la revista Adamar. Allí podéis leer todas las notas que lo acompañan. Aunque para los perezosos quizá baste con decir que Hitler estudió el bachillerato en Linz y que el 1 de septiembre (de 1939) comenzó la Segunda Guerra Mundial con la invasión de Polonia.

[Acabo de cambiar  —08/09/2019— la traducción que hizo Chaty Lorens por la de Guillermo Sheridan que se ha publicado en el Material de Lectura de la UNAM]


Me siento en un lupanar
de la calle cincuenta y dos,
incierto y asustado
mientras mueren las grandes esperanzas
de una década baja y deshonesta:
olas de rencor y de miedo
corren sobre las iluminadas
y oscurecidas tierras del planeta
oprimiendo nuestras vidas privadas;
el inmencionable olor de la muerte
ofende a la noche de septiembre.

La escolaridad debida puede
desenterrar toda la grosería que,
desde Lutero hasta ahora,
ha enloquecido esta cultura,
averigua lo ocurrido en Linz,
qué gran imagen hizo
un dios sicópata:
yo y el público sabemos
lo que aprenden los escolares:
aquellos a quienes se les hace mal
hacen mal a cambio.

Tucídides en el exilio sabía
todo lo que un discurso puede decir
acerca de la democracia,
y lo que hacen los dictadores,
la añeja porquería que dicen
a las tumbas apáticas;
todo lo analizó en su libro,
la ilustración ignorada,
el dolor que forma hábito,
pena y mala administración:
todo hemos de sufrirlo nuevamente.

Hacia este aire neutral
donde usan los ciegos rascacielos
toda su altura para proclamar
la fuerza del Hombre Colectivo,
derrama cada lengua su vana
competencia de disculpas;
pero quién puede vivir tanto tiempo
en un sueño eufórico;
se asoman fuera del espejo
la cara del Imperialismo
y el error internacional.

Los rostros en la barra
se aferran a lo cotidiano:
nunca deben apagarse las luces,
la música debe siempre oírse,
conspiran todas las convenciones
para que este fuerte asuma
los modos del hogar;
a menos de que veamos lo que somos:
perdidos en un bosque hechizado,
niños temerosos de la noche
que jamás han sido buenos ni felices.

La más ventosa basura militante
que gritan las Personas Importantes
no es tan vulgar como nuestro deseo:
lo que el loco de Nijinsky escribió
sobre Diaghilev
es cierto del corazón común;
pues el error creado en el hueso
de cada mujer y de cada hombre
ansía lo que no puede tener,
no el amor universal
sino ser en soledad amado.

De la oscuridad conservadora
hasta la vida ética
los trenes atestados vienen
repitiendo su voto matinal:
“Seré fiel a mi mujer,
me concentraré más en mi trabajo”,
se despiertan los desvalidos gobernantes
y reasumen su juego compulsivo:
¿quién puede liberarlos ahora?
¿quién puede alcanzar al sordo?
¿quién puede hablar por el mudo?

Lo único que tengo es una voz
para deshacer la mentira y sus dobleces,
la mentira romántica en los sesos
del sensual hombre-de-la-calle
y la mentira de la autoridad
cuyos edificios tentalean el cielo:
no hay tal cosa como el Estado
y nadie existe solo;
el hambre no deja escoger
ni al ciudadano ni al policía;
debemos amarnos unos a otros o morir.

Indefenso en la noche
nuestro mundo yace en estupor
y con todo, punteado en todas partes,
irónicos puntos de luz
relampaguean donde sea que los Justos
intercambian mensajes;

pueda yo, compuesto como ellos
de Eros y de polvo,
sitiado por la misma
negación y desesperanza,
mostrar una flama afirmativa.

lunes, 15 de junio de 2015

OTRO TIEMPO, de W. H. Auden

Nosotros, como otros fugitivos,
las flores incontables, que no saben contar,
y las bestias, que no necesitan memoria,
vivimos en el hoy.


Hay tantos que nos dicen que Ahora No,
tantos que han olvidado la manera
de decir Soy, y que procurarían
perderse, si pudieran, en la historia.


Saludando, pongamos, con tal estilo antiguo
la bandera oportuna en el sitio oportuno;
subiendo a duras penas con murmurar de viejo
la escalera del Mío, o Nuestro o Suyo.


Como si el tiempo fuese lo que ellos desearon
cuando aún se les daba en posesión.
Como si equivocados estuvieran
al haber desistido de ser parte.


No es raro, así, que tantos se mueran de tristeza,
que estén tan solitarios cuando mueren;
ni uno sólo ha creído o amado una mentira.
Pero otro tiempo tiene otras vidas que vivir.


                         Traducción de Álvaro García. Pre-Textos.


Si hubiera que señalar una sola característica del estilo de Auden, seguramente habría que destacar su exquisita manera de componer, de buscar el ritmo adecuado, la palabra perfecta, el sonido preciso; pero eso, por desgracia, se suele perder en las traducciones. A pesar de todo, en mi opinión, el poema es un gran poema y la traducción de Álvaro García me parece una muy buena traducción, ya que mantiene la convicción, la veracidad necesaria para que el poema siga vivo.

Curioso y nada despreciable me parece el vídeo que Samantha Stanko ha montado sobre el poema, aunque la lectura sea mortecina.

martes, 15 de septiembre de 2015

CAMBIA LA FECHA DE LA TERTULIA SOBRE AUDEN

Acceso a la nueva biblioteca. Imagen tomada de irun.org

Imagen tomada de Wikipedia
A causa de los actos programados para inaugurar la nueva biblioteca municipal, la tertulia sobre Auden que se iba a celebrar el día 2 de octubre queda pospuesta al día 16 de octubre. La hora permanece igual, es decir, las 17:30.


***

EL AGENTE SECRETO

Controlar los permisos, comprendió, era la llave
De este nuevo distrito, pero ¿quién la obtendría?
Así él, diestro agente, fue a caer en la trampa
Que con viejos engaños urdiera un falso guía.

En Greenhearth halló un buen enclave para un embalse
Y una central eléctrica, al que sólo faltaba
El enlace por tren. Ignoraron sus cables:
Los puentes sin hacer, pronto habría problemas.

Los sones de la calle le resultaron gratos
Después de un tiempo en el desierto. Despierto por el agua
Que se escapaba a oscuras, a menudo le había
Censurado a la noche que fuera un compañero
Ya vislumbrado en sueños. Habría tiros, por supuesto,
Para luego apartarse fácilmente quienes nunca se unieran.
                                      Traducción de Jordi Doce

lunes, 29 de septiembre de 2014

UN POEMA DE W. H. AUDEN

29 de septiembre de 1973: fallece en Viena el poeta inglés, nacionalizado estadounidense, Wystan Hugh Auden. Reconocido poeta y ensayista, es uno de los escritores fundamentales del siglo XX en lengua inglesa.

LA LEY COMO EL AMOR

La Ley, dicen los jardineros, es el sol,
la Ley es aquello
que todos los jardineros obedecen
mañana, ayer, hoy.

La Leyes la sabiduría de los viejos,
rezongan lánguidos los abuelos impotentes;
los nietos sacan una lengua atiplada,
la Ley es la razón de la juventud.

La Ley, dice el sacerdote con mirada piadosa,
explicándose ante una congregación impía,
la Leyes las palabras en mi piadoso libro,
la Ley es mi púlpito y mi campanario.
La Ley, dice el juez con su mirada de menosprecio,
hablando con claridad y suma dureza,
la Ley es como ya os dije,
la Ley es como, supongo, sabéis es
la Ley, pero dejadme que os lo explique otra vez,
la Ley es La Ley.

Sin embargo, los eruditos cumplidores de la ley escriben:
la Ley no acierta ni se equivoca,
la Ley no es más que crímenes
castigados por lugares y épocas,
la Ley es la ropa que llevan los hombres
en cualquier momento, en cualquier lugar,
la ley es Buenos Días y Buenas Noches.
Otros dicen, la Ley es nuestro Destino;
otros dicen, la Leyes nuestro Estado;
otros dicen, otros dicen
la Ley ya no existe,
la Ley ha desaparecido.

Y siempre la muchedumbre furiosa y vociferante,
muy furiosa y muy vociferante,
la Ley somos nosotros,
y siempre el débil idiota débilmente Yo.

Si nosotros, cariño, sabemos que no sabemos más
que ellos sobre la Ley,
si yo no sé más que tú
qué deberíamos y no deberíamos hacer
salvo que todos aceptamos
de buen grado o por fuerza
que la Ley es
y que todos lo sabemos,
si por tanto pensando que es absurdo
identificar la Ley con otra palabra,
a diferencia de tantos hombres
no puedo decir que la Ley es otra vez,
no más que ellos podemos sofocar
el deseo universal de descubrir
o zafarnos de nuestra propia situación
hacia una condición indiferente.

Aunque al menos puedo limitar
tu vanidad y la mía
a expresar tímidamente
una tímida similitud,
alardearemos de todos modos:
como el amor, digo yo.

Como el amor que no sabemos dónde o por qué,
como el amor que no podemos imponer ni abandonar,
como el amor que a menudo lloramos,
como el amor que rara vez conservamos.

                   Traducción de Eduardo Iriarte

sábado, 26 de febrero de 2022

UN POEMA NO ESCRITO, W. H. AUDEN

Editorial
Auden escribió muchos y muy buenos textos sobre el amor. No sobre la ilusión del amor romántico, sino sobre el amor, sobre ese sentimiento que todo ser humano podemos sufrir y disfrutar a lo largo de la vida una o varias veces, con todos sus altibajos, con todas sus circunstancias. 


Poesía y verdad. Un poema no escrito hace referencia al majestuoso texto de Goethe, autobiografía de su juventud y profunda reflexión sobre la cultura de la época, la poesía y la vida en sus múltiples formas. 

Poesía y verdad. Palabras mayores en las que se adentró en el genio alemán y a las que el poeta británico dota de sentido y realidad. Ahí es nada.

De esta traducción se ha encargado Javier Marías. Del bellísimo prólogo, Luis Antonio de Villena.

Estos son los tres primeros textos:



I
Mientras espero tu llegada mañana, me encuentro pensando Yo te amo: entonces viene el pensamiento: Me gustaría escribir un poema que expresara exactamente lo que quiero decir cuando pienso estas palabras.

II
Ante cualquier poema escrito por otro, mi primera exigencia es que sea bueno (quién lo escribió tiene una importancia secundaria); ante cualquier poema escrito por mí mismo, mi primera exigencia es que sea auténtico, reconocible, como mi letra, por haber sido escrito, para bien o para mal, por mí. (Cuando se trata de sus propios poemas, las preferencias de un poeta y las de sus lectores a menudo se superponen pero rara vez coinciden.)

III
Pero este poema que me gustaría escribir ahora no sólo tendría que ser bueno y auténtico: si ha de satisfacerme, también debe ser verdadero.
Leo un poema escrito por otro en el que el poeta se despide de su amada lacrimosamente: el poema es bueno (me conmueve como lo hacen otros buenos poemas) y auténtico (reconozco la «letra» del poeta). Entonces me entero, por una biografía, de que en el momento de escribirlo el poeta estaba mortalmente harto de la chica pero fingía llorar a fin de evitar herirla y provocar una escena. ¿Afecta esta información mi valoración del poema? En absoluto: nunca lo conocí personalmente y su vida privada no es asunto mío. ¿Se vería afectada mi valoración si yo mismo lo hubiera escrito? Así lo espero.

***


viernes, 5 de junio de 2015

EL ARTE DE LA LECTURA SEGÚN W. H. AUDEN

Me he sumergido en la lectura de este apasionante libro de Auden, que llevo a todas partes, y del que otro día os dejaré algún comentario. Hoy voy a entresacar algunas citas que tienen que ver, precisamente, con el acto de leer.


  • Leer es traducir, puesto que no existen dos personas con idénticas experiencias. Un mal lector es como un mal traductor: es literal allí donde tendría que parafrasear y parafrasea allí donde debería leer literalmente. Cuando se trata de lectura, la erudición, valiosa como es, importa menos que el instinto: grandes estudiosos han sido pésimos traductores.
  • Como lectores, la mayoría de nosotros somos, hasta cierto punto, como esos granujas que dibujan bigotes en los rostros de las chicas.
  • Un poeta no puede leer a otro poeta, ni un novelista a otro novelista, sin comparar sus respectivas obras. Al tiempo que lee, va diciéndose: "¡Por Dios! ¡Si este es mi bisabuelo! ¡Mi tío! ¡Mi enemigo! ¡Mi hermano! ¡mi hermano idiota!
  • Hay libros que son injustamente olvidados; ninguno es injustamente recordado..
  • Cuando alguien que es evidentemente un bobo me dice que le ha gustado uno de mis poemas, siento como si le hubiese robado la cartera.
  • No se puede culpar únicamente a los críticos. La mayoría de ellos quizá preferiría comentar solo aquellos libros que, pese a sus errores, les parezcan dignos de leerse. Ahora bien, si un crítico asiduo de uno de los abultados periódicos dominicales hiciera caso a sus inclinaciones, su columna estaría vacía al menos uno de cada tres domingos. Y si un crítico consciente que tiene que comentar un nuevo libro de poesía en un espacio limitado reconociera que lo único apropiado sería copiar una serie de citas sin hacer comentario alguno, el editor se quejaría de que no se merece el dinero que le pagan.
  • La extraña relación que los escritores, y en especial los poetas, tienen con el público se debe a que su instrumento, el lenguaje, a diferencia del de los pintores y los músicos, no es exclusivamente suyo, sino que pertenece a la comunidad lingüística de la que estos escritores y poetas forman parte. Muchas personas estarían dispuestas a admitir que no entienden de pintura o de música, pero muy pocos, habiendo asistido a la escuela y aprendido a leer anuncios publicitarios, aceptarían que no entienden su propia lengua. Como decía Karl Kraus: "Los lectores no entienden alemán, pero soy incapaz de explicárselo en idioma periodiqués".

viernes, 7 de octubre de 2022

SOBRE LA LECTURA

Leyendo. Joaquín Lucarini (1905-1969).


Me gusta mucho esta escultura por lo que representa. Ese acto voluntario de retirarse a las páginas de un libro me parece fantástico. Olvidarse por un tiempo de lo que nos rodea y concentrarnos en lo que las palabras quieren decirnos mientras el mundo sigue ocupado en traer y llevar personas y cosas de un lado para otro es, en mi opinión, fascinante. Ese gesto bien merece esta colección de citas:

    • Leer es traducir, puesto que no existen dos personas con idénticas experiencias. Un mal lector es como un mal traductor: es literal allí donde tendría que parafrasear y parafrasea allí donde debería leer literalmente. Cuando se trata de lectura, la erudición, valiosa como es, importa menos que el instinto: grandes estudiosos han sido pésimos traductores. W. H. Auden.
    • El leer hace completo al hombre, el hablar lo hace expeditivo, el escribir lo hace exacto. Bacon
    • El ver mucho y el leer mucho aviva los ingenios de los hombres. Cervantes.
    • Una habitación sin libros es como un cuerpo sin alma. Cicerón.
    • Existe una gran diferencia entre la persona ávida que pide leer un libro, y la persona cansada que pide un libro para leer. Chesterton.
    • Libro cerrado, no saca letrado. Lope de Vega.
    • Adquirir el hábito de la lectura es construirse un refugio contra casi todas las miserias de la vida. Somerset Maugham.
    • La lectura de un libro es un diálogo incesante, en el que el libro habla y el alma contesta. A. Maurois.
    • Hay que leer mucho, mas no muchos libros. Plinio el Joven.
    • La lectura es a la inteligencia lo que el ejercicio es al cuerpo. R. Steele.
    Pues eso, leed cuanto os plazca.

    ***


    Путин, немедленно останови войну!

    jueves, 21 de diciembre de 2023

    SIMONE WEIL Y LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

    Editorial
    Que yo esté absolutamente convencido de que la guerra es por sí misma la encarnación del mal no va a cambiar el curso de la historia ni tampoco lo que opinen quienes están a favor de ella como un medio para conseguir un fin más elevado (¿existe algún fin más alto que el de preservar la vida de las personas?). Y si de entre todas las guerras puedo señalar una modalidad como la más execrable de todas esa es la guerra civil, la guerra que se produce entre personas que hasta pocos días antes habían estado compartiendo lugares, costumbres, comidas, trabajo, aficiones, juegos y familia. Nunca, bajo ningún concepto, se debería desdeñar ningún esfuerzo para intentar evitar las guerras. No hay guerras buenas. De hecho, la guerra, más incluso si se trata de una guerra civil, tiene la perversa capacidad de convertirnos en seres peores que lo que éramos antes de que estallara, aunque, por fortuna, siempre haya excepciones maravillosas.

    Existe la creencia de que la guerra civil española fue una guerra donde en un bando luchaban los buenos y en el otro se encontraban los malos. Supongo que este ingenuo parecer viene determinado por el hecho de la sublevación militar antidemocrática y antitodo que la inicia... y por no haber leído nunca una información más o menos objetiva y detallada sobre este negrísimo período de nuestra historia. Habrá que recordar que la investigación histórica existe. También, claro está, interviene la posición ideológica que, igual que el dogma de fe, hace que demos en creer solamente lo que nuestra iglesia afirma.

    Simon Weil (Auden sería otro caso similar al de la pensadora francesa, pero hay más) vino a España para luchar al lado del frente republicano y se fue horrorizada ante lo que vio. Trotta publicó en 2007 sus Escritos históricos y políticos. La IV sección está dedicada a la guerra en España. Ahí se incluyen los textos Diario de España, Reflexiones para disgustar, ¿Qué sucede en España?, La política de neutralidad y la ayuda mutuaCarta a Georges Bernanos. En general, son textos breves. Me permito adjuntar dos de ellos, de los breves, por eso de que no se piense que las citas pueden estar sacadas de contexto o alteradas:




    ***



    jueves, 15 de octubre de 2015

    ESPAÑA 1937, de Auden en traducción de Antonio Mengs

    España 1937 es uno de los poemas más conocidos de Auden, uno de los más celebrados, uno de los que el autor rehizo y uno de los que finalmente descartó. Por esta razón no lo he incluido en la breve antología base de la tertulia de este viernes.

    He tomado la traducción de Antonio Mengs por no estar publicada en libro —lo que permite cotejarla con esas otras— y porque se ciñe a la primera versión que redactó el poeta. 

    Más que interesante es el comentario que Mengs desarrolla del poema en la revista electrónica Adamar y de donde he tomado su versión. De hecho, este poema daría para una larga y bien merecida tertulia.



    ESPAÑA 1937

    Ayer todo el pasado. El lenguaje que tasa
    Propagado hasta China a lo largo de rutas comerciales; la difusión
    Del estadillo contable y del crómlech;
    Ayer el recuento de sombras en soleados climas.


    Ayer la cuantía del seguro jugada a las cartas,
    La adivinación del agua escondida; ayer la invención
    De las carretas y los relojes, la doma de
    Caballos. Ayer el bullicioso mundo de los navegantes.


    Ayer la abolición de hadas y gigantes,
    La fortaleza como un águila inmóvil oteando el valle.
    La capilla erigida en pleno bosque;
    Ayer la escultura de ángeles y disuasorias gárgolas.


    El juicio de herejes entre columnas de piedra;
    Ayer los feudos teológicos en las tabernas
    Y la milagrosa sanación de la fuente;
    Ayer el Sabbat de las brujas; pero hoy la lucha.


    Ayer la convicción en el valor absoluto de Grecia,
    El telón que cae tras la muerte del héroe;
    Ayer la oración al crepúsculo
    Y la adoración de los locos. Pero hoy la lucha.


    Mientras susurra el poeta, enajenado entre pinos
    O allí donde se precipitan las aguas cantando al unísono, o arriba
    En el peñasco junto a la torre inclinada:
    ‘Oh visión mía. ¡Envíame la fortuna del marino!’


    E indaga el investigador a través de sus instrumentos,
    En las provincias inhumanas, el bacilo viril
    O enorme Júpiter acabado:
    ‘… Las vidas de mis amigos. Yo busco. Busco.’


    Y el pobre en sus cuartos sin lumbre, arrojando las hojas
    Del periódico vespertino: ‘Nuestro día es nuestra pérdida, muéstranos,
    Historia, tú el operador y
    Organizador, el refrescante río del Tiempo.’


    Y las naciones conciertan los gritos, invocando a la vida
    Que da forma a cada barriga en particular y ordena
    El nocturno terror privado;
    ‘¿No fundaste la ciudad estado de la esponja,


    Alzaste los vastos imperios militares del tigre
    Y el tiburón, estableciste el cantón del atrevido petirrojo?
    Interviene. Oh desciende como paloma o
    Papá furioso o templado ingeniero, pero desciende.’


    Y la vida, si acaso responde, desde el corazón replica
    y desde ojos y pulmones, desde las tiendas y plazas de la ciudad:
    ‘Oh, no, no soy yo el propulsor;
    No hoy; no para ti. Para ti, soy el que


    Siempre asiente, el colega del bar, al que fácil se engaña;
    Soy lo que sea que quieras. Soy tu promesa de ser
    Bueno, tu divertida anécdota.
    Soy la voz de tus asuntos. Soy tu matrimonio.


    ¿Qué te propones? ¿Construir la ciudad de los justos? Lo haré.
    De acuerdo. ¿O es el pacto suicida, la Muerte
    Romántica? Muy bien, acepto, pues
    Soy tu elección, tu decisión. Sí, soy España.’


    Muchos la oyeron en remotas penínsulas,
    En soñolientas planicies, en las aberrantes islas de Pescadores
    O en el corazón corrupto de la ciudad,
    La oyeron y emigraron como las gaviotas o las semillas de una flor.


    Se aferraron ardientes a los interminables expresos que dan tumbos
    A través de tierras sin justicia, a través de la noche, del túnel alpino;
    Flotaron sobre los océanos;
    Recorrieron los desfiladeros. Vinieron a exponer sus vidas.


    En esa árida plaza, ese desmochado fragmento de la calurosa
    África, tan reciamente soldado a la inventiva Europa;
    En esa meseta señalada por ríos,
    Nuestros pensamientos tienen cuerpo; las formas amenazadoras de nuestra fiebre

    Son precisas y están vivas. Pues los miedos que nos hicieron acudir
    Al anuncio de medicinas. Y el folleto de cruceros invernales
    Ha resultado en batallones invasores;
    Y nuestros rostros, el rostro instituto, la tienda de la cadena comercial, la ruina


    Proyectan ahora su codicia como pelotones de ejecución y bombas.
    Madrid es el corazón. Florecen nuestros momentos de ternura
    Como la ambulancia y el saco terrero.
    Nuestras horas de amistad en las milicias populares.


    Mañana, tal vez el futuro. La investigación sobre la fatiga
    Y los movimientos de los empacadores; la exploración gradual
    De cada octava de radiación;
    Mañana la ampliación de conciencia mediante dieta y ejercicios respiratorios.


    Mañana volver a descubrir el amor romántico,
    Fotografiar cuervos; todas las formas de esparcimiento bajo
    La sombra omnipresente de la libertad;
    Mañana las horas del que rige el desfile y del músico,


    El hermoso estruendo del coro bajo la bóveda;
    Mañana el intercambio de consejos sobre la cría de terriers,
    La entusiasta elección de presidente
    Por una repentina foresta de manos. Pero hoy la lucha.


    Mañana para los jóvenes, los poetas que explosionan como bombas,
    Los paseos junto al lago, las semanas en perfecta comunión;
    Mañana las carreras de ciclistas
    A las afueras en las tardes de verano. Pero hoy la lucha.


    Hoy el incremento deliberado de las ocasiones de muerte,
    La aceptación consciente de la culpa en el asesinato necesario;
    Hoy el dispendio de energías
    En el panfleto simple y efímero y la aburrida reunión.


    Hoy el consuelo momentáneo; el cigarrillo compartido,
    Las cartas en el establo a la luz de las velas, y el concierto estridente,
    Las bromas masculinas; hoy el
    Embarazoso y lánguido abrazo antes de ir a hacer daño.



    Han muerto las estrellas. Los animales no harán por mirar.
    Nos han dejado con nuestro día a solas, y el tiempo es breve, y
    La Historia a los vencidos
    Podrá decir lo siento pero no puede ayudar ni perdonar.



    ***
    Podéis leer otro comentario más sobre el poema, de Ana Mª Gimeno, en este enlace.

    viernes, 4 de septiembre de 2015

    ISLANDIA



    Cuando se pasea por Islandia da la impresión de que estamos viendo la naturaleza en estado puro. Hay cascadas gigantescas, lagos de aguas sulfurosas, campos de lava inmensos, glaciares imponentes, grietas enormes, fiordos inacabables, paisajes fantásticos en todos los sentidos. Y es que es uno de los pocos lugares de la superficie terrestre donde podemos percibir que, efectivamente, la Tierra está geológicamente viva y se transforma; solo que aquí lo hace a un ritmo visible en la corta duración de la vida de un ser humano.

    Þingvellir, un hermoso parque nacional, se encuentra atravesado por fisuras en las que cada una de las paredes opuestas pertenecen a un continente distinto —Eurasia a un lado, América al otro— y tienen un ritmo de separación que va de los 5mm a los 2 cm anuales. La dorsal atlántica atraviesa toda la isla y es la causante de los temblores de tierra y la expansión continua del terreno.

    Vatnajökull, con sus 8100 km², es el mayor glaciar de Europa en volumen. En algunas zonas el espesor del hielo acumulado llega a los 1000m y de él salen varias lenguas glaciares. Una de ellas es la que termina en el lago Jökulsárlón del que hace un par de días publicaba algunas fotografías.

    Algunas cascadas, como la de Dettiffoss, evacuan cantidades ingentes de agua, suficiente como para satisfacer las necesidades de una gran ciudad. Por cierto, para los recolectores de anécdotas, en ella se rodó la escena inicial de la película Prometheus.

    Y están también los géiseres, y los olores a huevo podrido de las emanaciones sulfurosas, y el casi desierto atormentado y retorcido de los campos de lava, y los furiosos vientos de la península de Snæfellsnes —donde el volcán Snæfellsjökull en el que Julio Verne sitúa la grieta de entrada al interior de la tierra—, y las relajantes lagunas y piscinas de agua caliente y azulada, y...

    Si además se lleva en el bolsillo el libro de Auden y MacNeice, un paseo por Islandia puede ser, incluso, una aventura literaria llena de humor y originalidad.

    domingo, 17 de junio de 2012

    T. S. ELIOT, 1


    Leer a Eliot no es precisamente una tarea ligera ni sencilla. Requiere paciencia y le viene muy bien la ayuda de los que le han dedicado más tiempo que nosotros a rastrear sus textos y su biografía. Sin embargo, la bibliografía en castellano sobre su obra es tan exigua como apabullante lo es en inglés.

    La obra más amplia, mejor documentada y más interesante sobre el poeta es la biografía que sobre él escribió Peter Ackroyd (T. S. Eliot, FCE, 1992), imprescindible si queremos adentrarnos en el conocimiento de este poeta anglo-americano, aunque, por desgracia, muy difícil de encontrar, si no es a través de una biblioteca.

    Lo que sí resulta más sencillo es hacernos con pequeños trabajos, artículos más o menos extensos, diseminados en diferentes publicaciones. De entre ellos, quizá el más interesante, pero también el más académico, puede ser el que escribió la profesora Viorica Patea, Principios filosóficos y artísticos en la obra de T. S. Eliot, incluido en el libro El pensamiento de los poetas, Eclipsados, 2009.

    Otro texto interesante para una primera aproximación es el de Jordi Doce, La ciudad consciente, que contiene breves trabajos generales sobre Eliot y Auden, a quienes el poeta y profesor conoce bien porque es uno de sus traductores.

    Y para terminar con esta rápida lista de recomendaciones en torno a Eliot, quiero recordar que el artículo que Harold Bloom le dedica en Genios (Anagrama, 2005), a pesar de no ocupar nada más que cuatro escasas páginas, está lleno de opiniones interesantes, todas ellas válidas en sí mismas para realizar una tertulia.

    lunes, 21 de diciembre de 2020

    LAGUN RECOMIENDA

     


    THE PARIS REVIEW

    Entrevistas 1953-2012


    85.-€


    A todos aquellos que siguen cultivando el placer de tener una biblioteca personal la editorial EL ACANTILADO les ofrece una tentación cada año por estas fechas. En años anteriores nos ofrecieron muy cuidadas ediciones de la Comedia de Dante, las Memorias de Ultratumba de Chateaubriand
    , los Ensayos de Montaigne… por recordar algunos títulos. Este año nos presenta dos tomos con una extensa selección de las entrevistas publicadas en “The Paris Review” por la que desfilan buena parte de los grandes autores del siglo XX desde Faulkner, Auden, Pound, Eliot hasta McEwan, Roth, Eco o Marías, pasando por Simenon, Borges o García Márquez. Una gozada para los amantes de la literatura.

    LIBRERÍA LAGUN

    jueves, 14 de enero de 2016

    LOS ARCHIVOS DE WAGNER

    Si estáis entre ese grupo de admiradores incondicionales de Wagner —el primer Nietzsche, Baudelaire, Mallarmé, Auden, Mann, Proust...—o si sois de aquellos a quienes les interesa tanto la obra del músico como su biografía y no visteis el documental que se emitió anteayer en La 2, tal vez os interese ver Los archivos de Wagner, una producción alemana, traducida al castellano y que solamente estará disponible hasta el próximo martes, día 19.



    Pero si formáis parte del bando de los detractores —el segundo Nietzsche, Hanslich, Debussy, Chaikovski...—, tal vez también os interese verlo para reafirmar vuestras opiniones a través de sus elementos biográficos.

    A quienes no os va a interesar nada el documental es a quienes sois partidarios de escuchar —o no— su obra sin la interferencia de los datos biográficos, o preferís ignorar cualquier asunto acerca del carácter y del comportamiento del artista.

    viernes, 22 de enero de 2010

    BREVE HISTORIA DEL LEER

    Con este título nos presenta Charles Van Doren, un recorrido personal por algunas de las lecturas que él ha realizado, desde la Ilíada hasta la serie de Harry Potter. La guía de lecturas, por tanto, está organizada bajo un criterio cronológico y dividida en capítulos que se corresponden, más o menos, a los que podemos encontrar en un manual de Historia de la Literatura. Pero como se trata de un profesor de la universidad de EEUU, hay una primacía de autores anglosajones.

    Formas aparte, y considerando que a mí me encantan los libros escritos sobre libros, el mayor mérito de éste es que el autor nos los acerca desde la pasión y el disfrute que alcanzó él leyéndolos. Eso es perceptible en todos y cada uno de los comentarios que hace. Rezuman cariño y admiración por lo leído, cada una de las reseñas consiguen despertar las ganas de leerlos, si no los hemos leído, o releerlos, si es que ya los tenemos un poco olvidados, porque siempre podemos encontrar un punto de vista que no habíamos tenido en cuenta, cuando los leímos por primera vez.

    Otra virtud, nada desdeñable, es que, cuando nos habla de uno de esos libros difíciles, sabe acercarlos al posible lector para ayuntentar el miedo ante lo complicado y aporta las claves para que adentrarnos en él no resulte una aventura abocada al fracaso o al desaliento. Ofrece consejos de lectura con los que valernos y poder convertir la misma en un acto gozoso. Así, por ejemplo, con los Elementos de Euclides, La divina comedia, la poesía de T. S. Eliot o la de Auden.

    Hay muchos libros sobre libros. Ya he dado noticia de otro en este mismo blog, y seguiré dando noticia de otros más. Éste es muy clásico en su concepción para mi gusto, pero muy disfrutable. Cada uno nos aporta una forma distinta de entender los textos, la escritura e incluso el mundo, pero todos ellos nos abren el apetito por la lectura, que no es poco.

    martes, 1 de septiembre de 2009

    70º ANIVERSARIO DE LA MAYOR LOCURA DE LA HISTORIA

    Tal día como hoy comenzó la Segunda Guerra Mundial. La locura nazi se extendió por medio mundo y el otro medio le hizo frente. Medios de comunicación de todo tipo han dado noticia de este aniversario. Quiero dejar aquí el poema que Auden -uno de los más importantes poetas ingleses del siglo XX- escribió sobre tan horrible evento, y que nos ofrece una aproximación diferente al del tratamiento histórico:

    1 DE SEPTIEMBRE

    Me siento en un lupanar
    de la calle cincuenta y dos,
    incierto y asustado
    mientras mueren las grandes esperanzas
    de una década baja y deshonesta:
    olas de rencor y de miedo
    corren sobre las iluminadas
    oscurecidas tierras del planeta
    oprimiendo nuestras vidas privadas;
    el inmencionable olor de la muerte
    ofende a la noche de septiembre.

    La escolaridad debida puede
    desenterrar toda la grosería que,
    desde Lutero hasta ahora,
    ha enloquecido esta cultura,
    averigua lo ocurrido en Linz,
    qué gran imagen hizo
    un dios sicópata:
    yo y el público sabemos
    lo que aprenden los escolares:
    aquellos a quienes se les hace mal
    hacen mal a cambio.

    Tucídides en el exilio sabía
    todo lo que un discurso puede decir
    acerca de la democracia,
    y lo que hacen los dictadores,
    la añeja porquería que dicen
    a las tumbas apáticas;
    todo lo analizó en su libro,
    la ilustración ignorada,
    el dolor que forma hábito,
    pena y mala administración:
    todo hemos de sufrirlo nuevamente.

    Hacia este aire neutral
    donde usan los ciegos rascacielos
    toda su altura para proclamar
    la fuerza del Hombre Colectivo,
    derrama cada lengua su vana
    competencia de disculpas;
    pero quién puede vivir tanto tiempo
    en un sueño eufórico;
    se asoman fuera del espejo
    la cara del Imperialismo
    y el error internacional.

    Los rostros en la barra
    se aferran a lo cotidiano:
    nunca deben apagarse las luces,
    la música debe siempre oírse,
    conspiran todas las convenciones
    para que este fuerte asuma
    los modos del hogar;
    a menos de que veamos lo que somos:
    perdidos en un bosque hechizado,
    niños temerosos de la noche
    que jamás han sido buenos ni felices.

    La más ventosa basura militante
    que gritan las Personas Importantes
    no es tan vulgar como nuestro deseo:
    lo que el loco de Nijinsky escribió
    sobre Diaghilev
    es cierto del corazón común;
    pues el error creado en el hueso
    de cada mujer y de cada hombre
    ansía lo que no puede tener,
    no el amor universal
    sino ser en soledad amado.

    De la oscuridad conservadora
    hasta la vida ética
    los trenes atestados vienen
    repitiendo su voto matinal:
    “Seré fiel a mi mujer,
    me concentraré más en mi trabajo”,
    se despiertan los desvalidos gobernantes
    y reasumen su juego compulsivo:
    ¿quién puede liberarlos ahora?
    ¿quién puede alcanzar al sordo?
    ¿quién puede hablar por el mudo?

    Lo único que tengo es una voz
    para deshacer la mentira y sus dobleces,
    la mentira romántica en los sesos
    del sensual hombre-de-la-calle
    y la mentira de la autoridad
    cuyos edificios tentalean el cielo:
    no hay tal cosa como el Estado
    y nadie existe solo;
    el hambre no deja escoger
    ni al ciudadano ni al policía;
    debemos amarnos unos a otros o morir.

    Indefenso en la noche
    nuestro mundo yace en estupor
    y con todo, punteado en todas partes,
    irónicos puntos de luz
    relampaguean donde sea que los Justos
    intercambian mensajes;
    pueda yo, compuesto como ellos de Eros y
    de polvo,
    sitiado por la misma negación y
    desesperanza,

    mostrar una flama afirmativa.

    lunes, 12 de junio de 2017

    POESÍA Y PENSAMIENTO 2017

    Esta tarde, a las 19:30, en la Sala Club del Victoria Eugenia donostiarra, bajo el título de Poesía y Pensamiento, Isabel Cadenas Cañón, Mireia Calafell, Beatriz Chivite, Tere Irastortza, Gerard de Jong, Angeles Mora, y acompañados por el violín de Jon Makuso, tendrá lugar el un recital de poesía.


    Isabel Cadenas Cañón (Basauri, Bizkaia, 1982). Doctora en Estudios Culturales por la Universidad New York University, es autora de los poemarios Irse (2010, Premio Caja de Guadalajara - Fundación Siglo futuro) y También eso era el verano (2014, Premio Martín García Ramos). Es coantóloga de El tejedor: nueva poesía iberoamericana en Nueva York (LUPI, 2011). Sus poemas y sus traducciones de poemas de otras autoras han aparecido en revistas y antologías como Brooklyn Rail, Mandorla, La Galla Ciencia, Palabras errantes y Estación Poesía. Escribe crónica para eldiario.es, La marea, El Estado Mental y Mongolia.

    Mireia Calafell (Barcelona, 1980). Ha publicado tres poemarios: Poètiques del cos (Galerada, 2006), Costures (Viena Edicions, 2010) y Tantes mudes (Perifèric Edicions, 2014). Ha recibido distintos reconocimientos entre los que destaca el premio al mejor libro publicado en lengua catalana en 2015, por Tantes mudes, cuya versión en castellano Tantas mudas (2016) ha aparecido recientemente en Stendhal Books. Algunos de sus poemas forman parte de antologías publicadas en Argentina, Brasil, Holanda, Reino Unido y España.

    Beatriz Chivite (Pamplona, 1991) licenciada en Filología China e Historia del Arte Oriental, ha obtenido los siguientes premios: Premio Poesía del Ayuntamiento de Pamplona (2012) con el libro Pekineko kea (2017, Pamiela), Premio Ernestina Champourcin (2014) y Premio Lauxeta (2014) con el libro Metro (2014), publicado en castellano con el título Papeles Mínimos (2016) y Premio Blas de Otero (2016) con el poemario Biennale.

    Tere Irastortza (Zaldibia, Gipuzkoa, 1961).Ha sido presidenta de Euskal Idazleen Elkartea (2001-2006) y una de las fundadoras del Euskal Pen Kluba. También fue directora de la ikastola Andramendi de Beasain. Actualmente es directora y profesora de la Escuela de Escritores de Bergara. Siendo muy joven empezó a escribir poesía, en 1980 publicó Gabeziak. Desde entonces ha publicado una larga relación de obras: Hostoak (1983), Derrotaren fabulak (1986, Pamiela), Osinberdeko kantoriak (1986, Pamiela), Manual devotio gabecoaedo ibilgailuetara erabiltzeco escu-liburua (1994, Pamiela), Gabeziaren kanthoreak: poema bilduma (1995, Pamiela), Izen gabe, direnak. Haurdunaldi beteko khantoriak (2000, Pamiela), Glosak. Esana zetorrenaz (2003, Pamiela), Urbasa (2004, Irudi), Eta orain badakit (2011, Pamiela), Mundua betetzen zenuten (2015, Pamiela).

    Jerard de Jong (1979).Peoridista con una larga trayectoria, durante los diecisiete últimos años ha sido director de The Bildtse Post, como sucesor de su abuelo Dirk Gerrits. Actualmente se encuentra en Donostia en una estancia de dos meses y es el tercer escritor que viene con el programa Beste Hitzak / Other Words. Durante su estancia va a escribir una narración en su lengua materna, el bildt, una lengua minoritaria que se desarrolló a partir del siglo XVI en los Países Bajos.

    Ángeles Mora (Rute, Córdoba, 1952), es licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada. Es presidenta de la Asociación de Mujer y Literatura Verso libre, y miembro desde 2003 de la Academia de Buenas Letras de Granada. En 2016 obtuvo dos importantes reconocimientos: el Premio Nacional de la Crítica, en Poesía, y el Premio Nacional de Poesía de España. 



    VARIACIONES SOBRE WORDSWORTH Y AUDEN

    Todas las cosas que me han sido familiares,
    esperanza y dolor, ternura y odio,
    las leyes que regían nuestros nombres,
    no me conocen ya ni las conozco.
    Las palabras más limpias que aprendí,
    amor y paz,
    yacen ensangrentadas cerrando los caminos.
    Los discursos más vivos, más honestos
    han caído manchados y arrastrados
    por los suelos.
    Ninguna palabra sobrevivió
    a nuestra historia.
    Y en un río que pudre hasta los mares,
    cínicos y homogéneos nadamos
    y guardamos la ropa.

                            Ángeles Mora, Contradicciones, pájaros. Visor, 2001.

    sábado, 12 de marzo de 2022

    FUNERAL BLUES


     Este es uno de los muchos poemas fascinantes de Auden. Y John Hannah hace una interpretación magnífica de él en la película Cuatro bodas y un funeral. A quien sepa inglés, el vídeo le basta y le sobra. Para quien no, dejo estas tres traducciones. Ninguna tiene esa brillante musicalidad que posee la versión original, pero, entre las tres, os podéis hacer una hermosa composición y, de paso, apreciar lo importantes que son los detalles en la manera de decir dentro de una composición poética. O dicho de otro modo: en poesía, tan importante como lo que se dice, es cómo se dice.


    Paren todos los relojes, descuelguen el teléfono,
    Eviten que el perro ladre dándole un hueso jugoso,
    Silencien los pianos, y con un apagado timbal,
    Saquen el ataúd, dejen pasar a los deudos.

    Que los aviones nos sobrevuelen en círculos luctuosos
    garabateando en el cielo el mensaje Él ha muerto,
    Pongan un crespón alrededor de los cuellos blancos de las palomas,
    Que los policías de tráfico usen guantes negros de algodón.

    Él era mi Norte, mi Sur, mi Este y mi Oeste,
    Mi semana de trabajo y mi descanso dominical,
    Mi mediodía, mi medianoche, mi palabra, mi canción;
    Creí que el amor sería eterno, pero me equivoqué.

    Ya no deseo las estrellas: apáguenlas todas;
    Llévense la luna y desmantelen el sol;
    Vacíen el océano y talen los bosques,
    Porque ya nada puede volver a ser como antes.


    Traducción de Luis S.



    Parad vuestros relojes, descolgad el teléfono, 
    dadle al perro un buen hueso para evitar que ladre, 
    haced callar a los pianos, tocad los tambores con sordina, 
    sacad el ataúd y vengan los que lloran. 

    Que los aviones den vueltas en señal de luto 
    y escriban en el cielo el mensaje: “Él ha muerto”, 
    ponedles crespones en el cuello a las palomas callejeras, 
    que los agentes de tráfico lleven guantes negros de algodón. 

    Él era mi norte y mi sur, mi este y mi oeste, 
    mi semana de trabajo y mi descanso dominical, 
    mi día y mi noche, mi charla y mi música. 
    Pensé que el amor era eterno: estaba equivocado. 

    No quiero las estrellas; hoy podéis apagarlas; 
    empaquetad la luna y llevaos el sol. 
    Dejad sin agua el mar, sin árboles los bosques, 
    pues ya nada podrá acabar bien nunca.

    Traducción de Álvaro García.



    Detened los relojes, descolgad el teléfono,
    Haced callar al perro con un hueso jugoso
    Y silenciad los pianos; con tambor destemplado
    Salga el féretro a hombros, desfilen los dolientes.

    Den vueltas los aviones con vuelo inconsolable
    Y escriban en el cielo las nuevas de su muerte,
    Que lleven las palomas crespones en sus cuellos
    Y los guardias de tráfico se enfunden negros guantes.

    Era mi Norte y Sur, mi Oriente y Occidente,
    Mi día laborable y mi domingo ocioso,
    Mi noche, mi mañana, mi charla y mi canción;
    Pensaba que el amor era eterno: fui un crédulo.

    No queremos estrellas; apagadlas de un soplo;
    Desmantelad el sol y retirad la luna;
    Talad todos los bosques y vaciad los océanos;
    Pues ya nada podrá llegar nunca a buen puerto.

    Traducción de Jordi Doce.

    ***

    Путин, немедленно останови войну!

    martes, 13 de febrero de 2018

    HISTORIA SOCIAL DE LA LITERATURA Y EL ARTE

    Desde hace algunas semanas ando consultando con asiduidad mi vieja Historia social de la literatura y el arte. Me alegra saber que todavía se sigue publicando, porque es una excelente obra. No sé cuántas ediciones lleva ya. La mía es la duodécima (1974). Ahora se edita en dos volúmenes. La portada, como es lógico, ha cambiado. 

    Cuando me hice con ella era un estudiante más inclinado a la filosofía que al arte, sin un duro en el bolsillo y el dinero que me costó salió de unos apuntes que me comprometí a recoger y redactar para un grupo de compañeros —ellos aprovechaban aquel tiempo para dormir un poco más—. Afortunadamente, sirvieron para que todos aprobáramos.

    Entonces ignoraba la filiación filosófica de Hauser, si era o no seguidor del pensamiento de Lukács o todas esas composiciones que rodean a un autor —suelen llamarse prejuicios— y que en muchas ocasiones provocan que nos acerquemos o nos alejemos de él . Lo único que sabía era que una profesora a la que admiraba había hablado muy bien de la obra el curso anterior.

    Recuerdo la fascinación con que la leí. Cada capítulo era como descubrir un mundo nuevo. Hoy, que sigo siendo igual de ignorante aunque esté un poco más documentado, ha desaparecido el deslumbramiento de lo nuevo, pero no la admiración por el saber bien expuesto, por la capacidad de explicar en tres tomitos de bolsillo tanto conocimiento.

    Hay obras que trascienden su propio credo filosófico y esta es una de ellas. Independientemente de la escuela a la que podamos adscribirla, esta obra es una de las grandes obras de síntesis de la historia de la cultura. Es tal la erudición del autor, y la capacidad para relacionar datos y conocimientos es de tal magnitud, que se ha convertido por derecho propio en un auténtico clásico.

    En el preámbulo se citan unas frases de Thomas Mann dirigidas al editor de EEUU que comparto totalmente: A pesar de la necesidad de reducirse que le imponía la tremenda extensión del tema, más de una vez logra panoramas capitales en las descripciones de varios fenómenos con toda su complejidad y su contradicción. Su brillante estudio sobre Shakespeare y su retrato de Tolstoi, por ejemplo, están entre las mejores páginas que yo haya leído nunca sobre la compleja naturaleza del hombre de genio.

    Mann destaca los capítulos dedicados a La segunda derrota de la caballería y La novela social en Inglaterra y Rusia, que sin duda son fantásticos. Sin discutir al maestro, a mí me parecen más deslumbrantes los dos últimos capítulos, los dedicados al impresionismo y al cine. 

    Sé que no estoy cumpliendo con ninguna de las funciones que Auden atribuía a la buena crítica y que me dejo llevar por una profunda corriente de simpatía que me une a esta obra, pero permitidme dejar estas palabras aquí como un homenaje a un libro que me encantó cuando era joven y al que hoy sigo teniendo un cariño muy especial.