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lunes, 8 de octubre de 2012

GEORG TRAKL, 2





Trakl es el poeta escéptico, trágico, nihilista y genial que el círculo austriaco de comienzos del siglo XX nos ha dejado para siempre. De él dijo WittgensteinNo lo entiendo, pero sé que es genial.


Georg Trakl asimila la poesía de Hölderlin y de Rimbaud, hace suya buena parte de la filosofía de Nietzsche, y se adentra en el expresionismo. Fruto de todo ello, más su peculiar manera de estar en la vida y la experiencia de la Primera Guerra Mundial, será esa poesía tan desgarrada y singular.



CERCANÍA DE LA MUERTE

Oh la tarde que va a las lúgubres aldeas de la infancia.
El estanque bajo los sauces
se llena con los apestados suspiros de la melancolía.

Oh el bosque que baja en silencio los ojos castaños,
cuando de las manos óseas del solitario
declina la púrpura de sus días de arrobo.

Oh la cercanía de la muerte. Oremos.
Esta noche se deslazan sobre tibios cojines
amarillentos de incienso los lánguidos miembros de los amantes.

Traducción de J. L. Reina Palazón

viernes, 25 de octubre de 2013

GEORG TRAKL, 3

De los trabajos sobre G. Trakl que conozco, ninguno tan breve ni tan preciso como el comentario que el maestro Francisco Rico antepone a la selección de poemas que aparece en Mil años de poesía europea. Lo copio completo como reconocimiento a la inteligencia y brillantez del maestro, también como publicidad, pues todas las presentaciones de cuantos poetas aparecen en la antología son igualmente certeras.

Personaje solitario y algo iluminado, vivió una existencia intensa, marcada por los excesos del alcohol, el ácido lisérgico y la cocaína, y atormentada por la relación amorosa con su hermana. Al estallar la primera guerra mundial, se incorporó al ejército y después de la batalla de Grodek, en la que tuvo que asistir a casi un centenar de heridos (era licenciado en farmacia), se suicidó ingiriendo una fuerte dosis de droga. Sus libros Gedichte (Poesías, 1913) y Sebastián im Traum ( Sebastián en sueños, 1915) ofrecen una lírica de carácter elíptico y de enorme belleza musical, y una temática apocalíptica que anuncia el ocaso de la civilización occidental cristiana. En sus versos, con razón juzgados como "expresionistas", pululan las imágenes del castigo divino, de demonios y ángeles putrefactos que proclaman el fin del mundo. La ciudad es presentada como un lugar de muerte y destrucción, en cuyo escenario, sin perder la crueldad o la abyección moral, el horror se transforma en belleza. Los poemas bélicos, centrados en la degradación del hombre que provoca la guerra, no superan el colorido y el impacto visionario de los escritos antes de la guerra (pág. 847).

Y un poema:


LAMENTO

Sueño y muerte, las tétricas águilas
zumban toda la noche en torno a esta cabeza:
que la dorada imagen del hombre
sea tragada por la onda glacial
de lo eterno. Contra espantosos riscos
se estrella el cuerpo purpúreo.
Y se lamenta la oscura voz
sobre el mar.
Hermana de tempestuosa pesadumbre,
observa cómo se hunde una barca medrosa
bajo estrellas,
ante el semblante callado de la noche.

viernes, 13 de septiembre de 2013

GEORG TRAKL, 1

Hace aproximadamente un año dejé una entrada sobre el poeta austriaco, cuando aún no sabía que le íbamos a dedicar una tertulia. Remito, pues, a ella como primer acercamiento y añado esta entrevista que Juan Suárez realizó a José Luis Reina Palazón, traductor de Trakl, en el programa En la nube, de Radio 3, hoy, por desgracia, desaparecido.

El programa completo es del día 5 de abril de 2011 y está aún colocado en Internet. Yo lo que hecho ha sido cortar y dejaros solamente la entrevista. Aprovecho este espacio para dar las gracias a los responsables de Radio 3 por permitirme descargar, cortar y subir la parte del programa que nos interesaba como aficionados a la poesía.


Y el poema con el que Palazón pone final a la entrevista:

CANCIÓN DE LA TARDE

Al atardecer, cuando vamos por oscuros senderos
aparecen nuestras pálidas figuras ante nosotros.

Si sentimos sed
bebemos el agua blanca del estanque,
la dulzura de nuestra triste infancia.

Muertos reposamos bajo las ramas de saúco,
miramos las grises gaviotas.

Nublados de primavera suben sobre la tenebrosa ciudad,
que silencia los tiempos más nobles de los monjes.

Cuando tomé tus delgadas manos
abriste suavemente tus ojos redondos,
esto hace ya tiempo.

Pero cuando una oscura armonía aflige al alma,
apareces tú, blanca, en el paisaje otoñal del amigo.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

GEORG TRAKL, Y 4

 Una buena alternativa a la Poesía completa de Trakl es cualquiera de estos dos títulos. Tanto el uno como el otro disponen de una excelente y completa selección de poemas y, además, aportan trabajos introductorios que ayudan a colocarse ante la obra del poeta, especialmente el de la editorial Seix Barral, pues dispone de más de 50 páginas de anexos varios redactados por la traductora, Angélica Becker, y por el gran crítico Carlos Bousoño.

En la traducción de Jenaro Talens, os dejo el poema en prosa Noche de invierno.

Ha nevado. Después de medianoche abandonas borracho de purpúreo vino el oscuro ámbito de los hombres, la llama roja de su hogar, ¡Oh las tinieblas!
Negro hielo. La tierra es dura, el aire tiene un sabor amargo. Tus estrellas se cierran en signos de maldad.
Con pies petrificados pisas con fuerza sobre el terraplén, con ojos muy abiertos, como un soldado que se lanza al asalto de un negro fortín. ¡Avanti!
¡Amarga nieve y luna!
Un lobo rojo al que estrangula un ángel. Tus piernas tintinean como hielo azul y una sonrisa impregnada de orgullo y de dolor ha petrificado tu rostro y la frente palidece por la lujuria del hielo;
o se inclina en silencio sobre un centinela al que el sueño ha vencido en su garita de madera.
Hielo y humo. Una blanca camisa de estrellas quema los hombros que la sustentan y los buitres de Dios devoran tu corazón metálico.
Oh colina de piedra. Dulcemente olvidado el cuerpo frío se funde en la nieve plateada.
Al despertar repicaban las campanas en el pueblo. Plateado, por la puerta de oriente salió el rosado día.

viernes, 3 de noviembre de 2017

LA PRISIÓN TRANSPARENTE, Antonio Gamoneda

Estoy cansado.

Cansado de mí mismo; de mi enemistad conmigo mismo.
Vaso Roto
O de vivir, o de no
vivir, no
sé.

Hoy,
esta mañana, he 
considerado lo que queda de mí:
                                              apenas
una fatigada conciencia
y algunos inservibles
bártulos carnales.

De esta guisa se abre el primer poema-libro que Vaso Roto recoge en este volumen en el que aparecen tres títulos —La prisión transparente, No sé y Mudanzas— de Gamoneda, acaso el más independiente y reconocido de los poetas españoles vivos. 

Y así es como acaba el segundo de ellos, No sé:

(...) Yo voy y vengo obstinado; una y otra vez
     obstinado, una y otra vez giratorio. No voy a ninguna parte;

me busco.

Soy análogo a pájaros que no vuelan pero vuelan. Digo los incesantes ausentes.
                                                                                                      Parecen
y me parezco a aquél, al habitante
de la prisión; libre y encarcelado; ebrio efectivamente
de sí mismo.

                  No
digo más.
             Estoy
olvidando.

          [...]

No es de extrañar que con semejante despliegue existencialista y melancólico el primero de los ejercicios —mudanzas— sea el que dedica al depresivo poeta suicida y roído por la culpa, Georg Trakl. Pero Gamoneda no es Trakl, a pesar de que puedan coincidir en algún punto de vista sobre la existencia, y maneja la materia de la que está compuesta la poesía con mayor solvencia de lo que lo hacía el austríaco. 

Es cierto que el Gamoneda que más me gusta no es el que reflexiona acerca de la nada que es la vida, de lo poco que somos y de lo solos que están los muertos. A mí el que más me gusta es el que es capaz de manejar las imágenes y las palabras como un auténtico mago y crear con ellas, desde la más aparente sencillez y naturalidad, sorprendentes experiencias poéticas cargadas belleza y emoción. Por ejemplo:

He puesto sobre mi pecho el collar de esferas de jade y la virtud de mi canto                                                                         hace que el jade resplandezca.
                          
Mudanzas. Cantos del rey Nezahualcóyotl

(...) mi crimen no fue otro 
que romper el enmarañado manojo de los besos
que los dioses mantenían apretadamente urdido.
                                                      
Mudanzas. Stéphane Mallarmé.

Amo este verano negro como las urnas de las que se arrancan las constelaciones; amo el jardín que surgió de mi propia ciénaga y ahora reverdece en espasmos crujientes. 
                                                      
Mudanzas. Herberto Helder.

Este Gamoneda que juega con palabras aparentemente distantes y ajenas, pero todas ellas del acervo común de la lengua, y que es capaz de conformar con ellas nuevos significados y paisajes poéticos extraordinarios, es el que más me gusta y el que me parece uno de los poetas más singulares de la literatura actual.