"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
domingo, 3 de octubre de 2010
LIRA
lunes, 23 de agosto de 2010
CISNE
Desde los más remotos tiempos se ha visto en esta constelación un ave. Si nos vamos a la antigua Grecia, una leyenda identifica el cisne con Orfeo y así podría estar siempre junto a su lira. Sin embargo, la leyenda más extendida es la que se refiere a Zeus y a Leda, la hermosa mujer de Tindáreo.
Cuando Zeus se encaprichó de la diosa Némesis, la persiguió por aire, mar y tierra, transformándose ambos en animales que pudieran surcar rápidamente los distintos elementos. En el aire, Némesis se convirtió en ganso y Zeus en cisne, la dio alcance y, después de cubrirla, la diosa/ganso puso un huevo que entregó a Leda y del que más tarde nacería Helena de Troya.
Pero la versión más divulgada es la que cuenta que fue Zeus el que se unió a Leda, reina de Esparta, y que ésta puso luego un huevo del que nacieron Helena, Cástor y Pólux. Dentro de esta misma versión existe la variante que cuenta que como esa misma noche se había acostado con su esposo, sólo Helena era hija de Zeus, mientras que Cástor y Pólux eran hijos de Tindáreo. Las variables, según quien recoja la leyenda, son numerosas, sobre todo si tenemos en cuenta que también Clitemnestra forma parte de la incubación. Cosas de dioses y de huevos.
Para terminar, el soneto de W. B. Yeats:
sobre la doncella vacilante, los muslos acariciados
por las negras palmas, en el cuello el pico preso;
indefensa y sujeta pecho contra pecho.
¿Cómo pueden esos frágiles dedos aterrados
defender los mansos muslos de la gloria alada?
Y ante ese blanco torrente, un cuerpo así tendido,
¿qué hace salvo sentir el palpitar desconocido?
Un espasmo en la entrepierna concibe
el muro caído, el techo y la torre ardiendo,
a Agamenón y su muerte.
Tan impotente,
tan rendida ante el brutal hijo del aire,
¿unió ella al recibirlos el saber y el poder
antes de que el indiferente pico la dejara caer?
domingo, 14 de julio de 2019
INVITACIÓN A LA NOCHE, 20
Fuente: https://lifeunderthestarlight.wordpress.com |
LIRA
el corazón la sabe
D. ALONSO
No es música,
ni luz,
ni pensamiento.
Jamás hubo una historia de amor
más hermosa y menos castigada.
Lira es Orfeo
que nos llama y nos redime,
y es Eurídice que vuelve…
y que no puede.
Y son las musas y su canto y su gemido.
Y es Calíope…
que tampoco puede
—¿dónde, dónde pongo el recuerdo
para que no me duela?—
No es música,
ni luz,
ni pensamiento.
sábado, 15 de enero de 2022
CAROLINA CORONADO
Carolina Coronado y Gertrudis Gómez de Avellaneda serán las dos escritoras más interesantes del romanticismo español, salvando, claro está el nombre de Rosalía de Castro, figura destacada por encima de todas y ya metida en los quehaceres del posromanticismo.
Es evidente que la poesía es una lectura minoritaria y que la de Coronado es difícil de encontrar en una librería. Castalia publicó hace ya unas décadas este magnífico ejemplar con un estudio introductorio de la profesora Noël Valis, pero ya no se encuentra si no es en bibliotecas o librerías de viejo. Afortunadamente, Torremozas sacó una antología con su obra poética hace aproximadamente un año. Esa sí está disponible. Y si la urgencia por leerla os acucia y no tenéis cerca ni biblioteca ni librería, siempre está la amplia y bien nutrida página web poesias.es, donde encontraréis casi todos sus poemas.I
Como el aura suavísima resbala
de placer en placer fácil mi vida:
entre el amor y gloria dividida,
¿cuál es la dicha que a mi dicha iguala?
Al lado de Faón, su amor cantando;
con la luz de sus ojos fascinada;
dicha inmensa es de Safo bienhadada
perder sus horas en deliquio blando.
Dicha inmensa es de Safo venturosa
que su amante en el aire que respira
beba el acento de la tierna lira,
que tan sólo por él suena amorosa.
¡Cómo a mis ojos inefable llanto
gota por gota el corazón destila,
si un instante su faz dulce y tranquila
brilla gozosa al escuchar mi canto!...
¡Si de su boca en lisonjero arrullo
la voz desciende a celebrar mi lira,
y hálito vago que su labio expira
mis sienes cerca entre el falaz murmullo!
Siento, Faón, tu delicado aliento
bullir entorno de la frente mía,
y en deliciosos tonos de armonía
herirme el corazón tus voces siento.
El corazón sus golpes precipita
al eco de tu voz apasionada:
a un suspiro, a un acento, a una mirada
como el seno de tórtola se agita.
No temo entonces que por bella alguna
perjuro olvides tu feliz cantora,
ni atractiva beldad venga en mal hora
a destrozar mi plácida fortuna.
¿Y quién la flor de la ventura mía
osará marchitar con mano aleve?
¿Quién a usurpar tu corazón se atreve
y a reinar donde Safo reinó un día?
¡Ah! no soy bella: su preciosa mano
en mi rostro los Dioses no imprimieron;
más al alma benignos concedieron
de los genios el numen soberano.
Y cítara en mis manos peregrina
las hermanas de Febo colocaron,
y de entusiasmo el corazón llenaron
de amor ardiente e inspiración divina.
Goza de triunfos la beldad un día,
que el porvenir destruye rigoroso;
cuando el genio entre aplausos victorioso
de la inmortalidad al templo guía.
Lecho de tierra y silencioso olvido
sólo del mundo la hermosura alcanza:
el estrecho sepulcro a do se lanza,
los rayos borrará de haber nacido.
Cual sueño pasará, si el genio alzando
la poderosa voz no la eterniza,
su cantar que a los siglos se desliza
vida preciosa a sus cenizas dando.
Yo también cantaré: también mis voces,
tierna Faón, tu nombre repitiendo,
con tu amor y mi amor sobreviviendo,
al porvenir sin fin irán veloces.
Yo a esa Grecia opulenta, sabia y justa
arrancaré un aplauso duradero,
una corona como el grande Homero
a mis sienes tal vez ceñiré augusta.
Y mírala ¡oh Faón! y tu sonrisa
premie el esfuerzo de tu Safo amada,
más plácida a su ser que en la alborada
place a las flores la naciente brisa.
II
Musas divinas, dioses del talento,
¿Qué me vale ceñir vuestra aureola?
Bella rival con su belleza sola
alcanzó mi afrentoso vencimiento.
Lanzadla de ante mí, lanzadla, cielos;
que al verla, el odio que me inspira crece,
mi vista con su vista se oscurece,
y hierve el corazón de envidia y celos.
Lanzadla lejos de él; no más admiren
sus ojos a la bella enamorados:
ni los míos en tanto ensangrentados
por sorprenderlos incesantes giren.
Alma Venus, escucha tú mi ruego,
y protege el amor que has encendido;
en el pecho cruel del fementido
brote una chispa del extinto fuego.
Dame atractivos, dame esa ilusoria
forma y hechizos con tu luz tocados,
¡y quítenme los Dioses irritados
mi cítara, mis cantos y mi gloria!
III
De Venus al oráculo las preces
de los augures fieles demandaron,
y el fin de mis desdichas por tres veces
y el triunfo de mi amor adivinaron.
Mas ¡ay! mintieron. —Tú roca insensible
desoyes mi pasión. —¡¡Ni una esperanza!!
¿no temes, di, que tu perjurio horrible
provoque de los Dioses la venganza?
¡Qué! ¿No temes que Venus indignada
a mis clamores presurosa acuda?
¿No temes que su cólera sagrada
sobre tu frente criminal sacuda?
Amante Diosa que el amor preside,
tú la invocaste de tu fe testigo
mi injuriada pasión venganza pide,
su hollada majestad pide castigo.
IV
Tu juventud corría silenciosa,
entre la oscura turba confundido,
cuando uniendo a tu nombre su renombre
Safo su gloria dividió contigo.
La cantora de Grecia descendiendo
de su altura, hasta ti, quiso amorosa
cantar tu vida y alumbrar tu frente
con la radiante luz de su aureola.
Y a tu lado, Faón, si la voz mía
se elevaba a cantar nuestros delirios,
miel divina en mis labios derramaban
solícitas las hijas del Olimpo.—
¿Dónde la bella que fingiendo amores
tu conquistado corazón me arranca?...
Ayer mi seno de placer latía,
y hoy de despecho y de dolor se abrasa...
Y este es el poema suyo que más me gusta, donde se identifican la poeta y la luna. La naturaleza, como dice Rico en su comentario, no es ya el misterio que representaba para la concepción romántica de la misma, sino comprensión.
Y tú, ¿quién eres de la noche errante
aparición que pasas silenciosa,
cruzando los espacios ondulante
tras los vapores de la nube acuosa?
Negra la tierra, triste el firmamento,
ciegos mis ojos sin tu luz estaban,
y suspirando entre el oscuro viento
tenebrosos espíritus vagaban.
Yo te aguardaba, y cuando vi tus rojos
perfiles asomar con lenta calma,
como tu rayo descendió a mis ojos,
tierna alegría descendió a mi alma.
¿Y a mis ruegos acudes perezosa
cuando amoroso el corazón te ansía...?
Ven a mí, suave luz, nocturna, hermosa
hija del cielo, ven: ¡por qué tardía!
miércoles, 26 de octubre de 2016
EL ESCURRIDIZO MERCURIO
Imagen de la NASA |
Hermes —Mercurio para los romanos— era hijo de Zeus y de Maya. Siempre despierto y ligero, ya de niño se liberó del ceñidor y se refugió en Tesalia, donde Apolo guardaba el rebaño de Admeto. Hermes le robó parte del mismo y lo escondió en una cueva. Después construyó la primera lira con el caparazón y los intestinos de una tortuga. Cuando Apolo descubrió el robo y quién lo había realizado, pidió a Zeus que le obligara a devolver lo robado. El padre del revoltoso dios le propuso que cambiara la lira por el rebaño, y así lo hizo.
Más adelante inventó la flauta de Pan o siringa. Apolo, dios de la música, también la quiso, y consiguió cambiársela por el bastón de oro del que se servía para custodiar el rebaño. Así se hizo con el caduceo, que es uno de sus símbolos. Zeus, contento con el espíritu emprendedor de Hermes, le convirtió en su mensajero. Astuto, rápido, taimado, negociante e ingenioso, de su nombre nos ha venido la palabra hermenéutica.
El planeta tiene alguna similitud con el escurridizo dios, pues resulta difícil de ver, dada su proximidad al Sol, incluso para las sondas y demás ingenios que desde aquí mandamos, ya que tiene que sortear la fuerte atracción gravitatoria del astro rey, como la Mariner 10, Messenger o la próxima BepiColombo.
Entre las peculiaridades de este pequeño planeta están: la alta densidad, superior a la de los demás planetas del Sistema Solar, una superficie muy antigua y parecida a la de la Luna, la extremada variación de temperatura entre día (350ºC) y noche (-170ºC), el tener una ligerísima exosfera de hidrógeno, helio y oxígeno, poseer un todavía no explicado campo magnético y, lo más curioso, dar tres vueltas sobre sí mismo cuando ha dado dos veces la vuelta al Sol, o dicho en términos más exactos: tiene una año de 88 días nuestros (traslación), y un día de 58,65 (rotación).
Imagen de Wikipedia |
miércoles, 21 de diciembre de 2016
UNA JUGADA DE DADOS... jamás abolirá el azar
Ya lo dijo Casimiro Parker ediciones |
Pero la edición no solo es magnífica en su presentación. Se acompaña de una introducción a cargo de la traductora, poeta y catedrática de literatura, Pilar Gómez Bedate, que conviene leer con atención —por lo esclarecedora y bien documentada que está—, antes de adentrarse en la experiencia que supone leer el poema del maestro francés.
Si las palabras de Gómez Bedate no fueran suficientes para navegar por el poema, siempre podremos recurrir a la amplia bibliografía sobre el mismo, del que yo destacaría, por citar un solo texto, El arco y la lira, de O. Paz, ese gran mago de las palabras que a mí me gusta más como ensayista que como poeta. También disponemos de un buen comentario en internet a cargo de C. León Liquete, si es que no estamos por la labor de liarnos demasiado.
¡Y feliz experiencia, digo lectura!
martes, 12 de mayo de 2020
HÖLDERLIN, "LO QUE PERMANECE LO FUNDAN LOS POETAS"
Todo mi ser calla y escucha cuando las dulces ondas del aire juegan en torno de mi pecho. Perdido en el inmenso azul, levanto a menudo los ojos al éter y los inclino hacia el sagrado mar, y es como si un espíritu familiar me abriera los brazos, como si me disolviera el dolor de la soledad en la vida de la divinidad.
Ser uno con todo, esa es la vida de la divinidad, ese es el cielo del hombre. Ser uno con todo lo viviente, volver, en un feliz olvido de sí mismo, al todo de la naturaleza, esa es la cima de los pensamientos y alegrías, esta es la sagrada cumbre de la montaña, el lugar del reposo eterno donde el mediodía pierde su calor sofocante y el trueno su voz, y el hirviente mar se asemeja a los trigales ondulantes.
¡Ser uno con todo lo viviente! Con esta consigna, la virtud abandona su airada armadura y el espíritu de hombre su cetro, y todos los pensamientos desaparecen ante la imagen del mundo eternamente uno, como las reglas del artista esforzado ante su Urania, y el férreo destino abdica de su soberanía, y la muerte desaparece de la alianza de los seres, y lo imposible de la separación y la juventud eterna dan felicidad y embellecen al mundo.
A menudo alcanzo esa cumbre, Belarmino. Pero un momento de reflexión basta para despeñarme de ella. Medito, y me encuentro como estaba antes, solo, con todos los dolores propios de la condición mortal, y el asilo de mi corazón, el mundo eternamente uno, desaparece; la naturaleza se cruza de brazos, y no la comprendo.
¡Ojala no hubiera ido nunca a vuestras escuelas! La ciencia, a la que perseguí a través de las sombras, de la que esperaba, con la insensatez de la juventud, la confirmación de mis alegrías más puras, es la que me ha estropeado todo.
En vuestras escuelas es donde me volví tan razonable, donde aprendí a diferenciarme de manera fundamental de lo que me rodea; ahora estoy aislado entre la hermosura del mundo, he sido así expulsado del jardín de la naturaleza, donde crecía y florecía, y me agosto al sol de mediodía.
Sí, el hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona, y cuando el entusiasmo desaparece, ahí se queda, como un hijo pródigo a quien el padre echó de casa, contemplado los miserables céntimos con que la compasión alivió su camino.
Sólo un verano me otorgáis, vosotras las poderosas
y un otoño para dar madurez al canto,
para que mi corazón, más obediente,
del dulce juego harto se me muera.
El alma que no obtuvo en vida derecho
divino, tampoco abajo descansa en el Orco;
pero si un día alcanzó lo sagrado, aquello
que es caro a mi corazón, el poema,
bienvenido entonces, oh silencio del reino de las sombras.
Contento estaré, aunque mi lira
allí no me acompañe; por una vez
habré vivido como un dios, y más no hace falta.
martes, 17 de noviembre de 2020
LAS TRISTES
Editorial |
La causa de mi sentencia, harto conocida de todos, no necesita la confirmación de mi testimonio. ¿A qué referir la deslealtad de mis amigos, las acusaciones de los siervos y tantas amarguras más crueles que el mismo destierro? Pero mi ánimo se rebeló a sucumbir a tal prueba, y recogiendo sus fuerzas salió al fin victorioso; di al olvido la paz y los ocios de la pagada edad, tomé las armas extrañas a mis hábitos, cuando lo reclamaba la ocasión, y afronté tantos peligros por mar y tierra, como estrellas lucen en el polo que conocemos y el que se niega a nuestra vista, y después de largos rodeos arribé a las playas Sarmáticas vecinas de los Getas, hábiles en lanzar flechas. Aquí, aunque aturdido por el estruendo de las armas en torno mío resuenan, endulzo con la poesía mi triste situación; y aunque no haya un solo oído dispuesto a escucharme, abrevio y engaño con ella las horas eternas del día. Si vivo aún, y conllevo la dureza de mis trabajos, y no he llegado a aborrecer mi penosa existencia, es, Musa, gracias a ti, que me consuelas, que calmas mis inquietudes y alivias mis dolores. Tú eres mi guía y compañera; tú me libras de las riberas del Ister, y me conduces a la cumbre del Helicón; tú, caso raro, me diste en vida un nombre célebre que la fama no suele conceder más que a los muertos. La envidia, detractora de lo actual, no clavó su inicuo diente en ninguna de mis obras; habiendo producido nuestro siglo excelentes poetas, la murmuración no se enconó maligna contra mi ingenio, y si bien reconozco a muchos superiores, no se me reputa inferior a ellos, y soy muy leído en todo el orbe. Si es que encierran algo de verdad los presagios de los vates, no seré, ¡oh tierra!, tu despojo, desde el instante que muera; y ya deba al favor, ya a mis poemas este renombre, benévolo lector, recibe el testimonio legítimo de mi gratitud.
martes, 31 de agosto de 2010
LOS NOMBRES DE LOS DÍAS
Los cuerpos celestes visibles a simple vista y, por tanto, conocidos desde muy antiguo eran la Luna, Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter y Saturno (y éste era precisamente su orden aparente vistos desde la Tierra, centro del universo, según se creía entonces. Más allá estaban las estrellas). Todos esos cuerpos giraban dando vueltas alrededor de la Tierra, cada uno en una esfera. Y cada uno de ellos producía un sonido. Juntos formaban la escala musical completa: Luna-do, Mercurio-re, Venus-mi, Sol-fa, Marte-sol, Júpiter-la y, por último, Saturno-si.
Si te ha interesado esta entrada, quizás te interese esta otra: ¿Por qué vemos lo que vemos de la Luna?
miércoles, 25 de abril de 2018
OCTAVIO PAZ, EL DOCUMENTAL
- Teatro de signos; Transparencias. (Antología de textos en prosa y verso).
lunes, 18 de diciembre de 2023
GÉRARD DE NERVAL
Editorial |
Dejo bien claro por adelantado que no tengo la información suficiente para poner en duda o negar estas aseveraciones sobre Nerval: Hoy en día es sin duda uno de los poetas franceses que más dan que escribir, y "El Desdichado" es quizá el soneto más famoso de la lengua. Seguramente no hay otro poeta en el mundo (ni siquiera Mallarmé, aunque tal vez hubiera podido) que haya conseguido una admiración tan unánime con un logro tan breve: doce sonetos que caben en cinco o seis páginas. Porque ni aun Aurelia le habría valido el lugar de privilegiado que tiene hoy entre los padres de la literatura si Las quimeras no hicieran de él, más allá del escritor lúcido, del precursor involuntario y fatal, del testigo valeroso de una experiencia que él legitima de una vez por todas para nosotros, algo que sigue pareciéndonos más admirable y desconcertante aún: el visionario inspirado y mágico, casi el arquetipo, para nosotros, del poeta (p 14 del prólogo).
Ciertamente, todas las afirmaciones están muy matizadas. Dejémoslas ahí.
Ahora, el soneto:
EL DESDICHADOPríncipe de Aquitania de la Torre abolida:
Mi única Estrella ha muerto, —mi laúd constelado
También lleva en sí el Sol negro de la Melancolía.
En la nocturna Tumba, Tú que me consolaste,
Devuélveme el Pausílipo y la mar italiana,
Y la Parra en que el Pámpano con la Rosa se une.
¿Soy Amor o soy Febo?.. ¿Lusignan o Biron?
Mi frente aún está roja del beso de la Reina;
En la Gruta en que nada la Sirena he soñado…
Y vencedor dos veces traspuse el Aqueronte:
Modulando tan pronto en la lira de Orfeo
Suspiros de la Santa, — como gritos del Hada.
Monumento a Nerval, Plaza de la Torre de Santiago. Grabados en la piedra los dos primeros cuartetos. |
martes, 2 de marzo de 2010
OSA MENOR
Poco se puede contar desde la mitología sobre la Osa Menor, ya que alude a personajes menores.
Según una versión es Fenice, ninfa compañera de Artemisa que, como Calisto, es seducida por Zeus. Y lo mismo que ocurre con Calisto, ocurre con ella: Artemisa la transforma en osa, pero cuando se entera de que ha sido Zeus el responsable de la seducción la catasteriza, esto es, la convierte en constelación.
Según otra versión es Cinosaura, una ninfa que habitaba en el monte Ida de Creta, donde Rea escondió a su hijo, Zeus, para que no fuera devorado por Crono. Cinosaura cuidó durante ese tiempo de él. Más tarde, Zeus, en agradecimiento la transformó en la Osa Menor o en su estrella más brillante, la Polar.
Yo, cuando llevo un grupo a observar el cielo nocturno, suelo mentir un poquito y les digo que la Osa Menor es el hijo de Calisto, Árcade. De esta forma están siempre juntos en el cielo. La mentira no es muy grande, porque Árcade es Arcturus, la estrella más brillante de Boyero. Pero ya contaré en otro momento la historia de esta otra constelación.
Historias aparte, la Osa Menor es importante porque en ella se encuentra la estrella Polar, que es la que nos marca el norte en este hemisferio... de momento. Dentro de 11.500 años será la estrella Vega, de la constelación de Lira la que lo haga, aunque nosotros no lo veremos.
martes, 12 de septiembre de 2017
ANIVERSARIO DEL CATÁLOGO MESSIER
Caprichos y aficiones aparte, Messier fue un auténtico cazador de cometas, y fue tal su pericia, que Luis XV lo llamó "cazador de cometas". Estuvo trabajando para el Observatorio de la Marina de París, hasta que la Revolución Francesa le obligó a abandonar la ciudad.
Messier logró reunir 103 objetos en un catálogo mientras se dedicaba a localizar cometas. Este catálogo se publicó por vez primera en 1781. Posteriormente se amplió y en la actualidad incluye 110 objetos del cielo profundo —la mayoría son cúmulos, nebulosas y galaxias—. Todos ellos se nombran con la letra M seguida de un número.
A mí el que más me gusta es M57, la famosa Nebulosa del Anillo, porque fue el primero que logré ver con mi telescopio. Está situado entre las estrellas gamma y beta de la constelación de Lira y aunque vista con mi trasto de 20 cm de diámetro es una pequeña mancha borrosa y blanquecina, tiene este aspecto magnífico a través del Hubble:
Fuente: Hubble a través de Wikipedia |
jueves, 22 de enero de 2015
BÉCQUER, ESE DESCONOCIDO
El guión es de Aleix Raya y Miguel A. Reina; la dirección, de Manuel H. Martín.
jueves, 6 de julio de 2023
ORDENAR EL UNIVERSO (sobre libros y bibliotecas)
Editorial |
En el capítulo 13, Ordenadores del universo, después de recordarnos con Menandro que quienes saben leer ven dos veces mejor, y de glosar los versos del latino Ausonio
Has comprado libros y llenado estantes, oh, amante de las musas.
¿Significa eso que ya eres sabio?
Si compras hoy cuerdas para instrumentos, plectro y lira:
¿Crees que mañana será tuyo el reino de la música?
con esta lapidaria sentencia: la acumulación de saber no es saber. Después de eso, digo, nos cuenta el sistema que Calímaco eligió para poner orden en lo que entonces ya era una enorme y caótica biblioteca, la de Alejandría. En palabras de Manguel: Calímaco dividió la biblioteca en estanterías o tablas (pinakoi —¿os suena, verdad?—) distribuidas de acuerdo con ocho géneros o temas: drama, oratoria, poesía lírica, legislación, medicina, historia, filosofía y miscelánea. Separó las obras más voluminosas y las hizo copiar en varias secciones más breves llamadas "libros", para tener así rollos más pequeños que fuesen de fácil manejo. Inmediatamente después nos dice que fue el gran Calímaco quien ideó por primera vez el sistema de catalogación que posteriormente se ha convertido en universal, el sistema alfabético. ¡El universo dentro del alfabeto! Como suelen insistir los matemáticos, las fórmulas más simples suelen las más bellas y mejores.
Y ya dentro del sistema alfabético, Manguel nos pone esta deliciosa historia delante de los ojos: el visir persa Sahib ibn Abbad, quien en el siglo X poseía una enorme biblioteca con 117.000 volúmenes, para no perder el control de la misma ni separse de ella cuando debía trasladarse a otro lugar, disponía de, atención, ¡cuatrocientos camellos adiestrados para desplazarse en orden alfabético!
Nada nos dice Manguel sobre si el visir era un sabio o no, si era un simple bibliófilo o un erudito, si la pasión por los libros era solo afán de posesión y deslumbramiento o se trataba de la inexcusable necesidad de un letraherido. En cualquier caso, es simplemente hermosa la imagen de una biblioteca desplazándose perfectamente ordenada por la superficie de un mundo al que quiere ofrecer orden, belleza y entendimiento.
domingo, 3 de mayo de 2020
HERÁCLITO - BORGES
Editorial |
Editorial |
Heráclito puede ser caracterizado como el filósofo del devenir , de la contradición, de la guerra, de la dialéctica. Sea como fuere, ha ejercido una notable influencia. Hegel sacó un gran partido a la armonía de los contrarios. Nietzsche lo admiraba: Su talento es el más raro y menos natural; en un sentido excluye y amenza a todos los otros talentos (La filosofía en la época trágica de los griegos). Heidegger le dedicó un un par de seminarios. Sin embargo, es posible que nadie haya expresado mejor que Borges la esencia misma de su pensamiento.
Heráclito camina por la tarde
de Éfeso. La tarde lo ha dejado,
sin que su voluntad lo decidiera,
en la margen de un río silencioso
cuyo destino y cuyo nombre ignora.
Hay un Jano de piedra y unos álamos.
Se mira en el espejo fugitivo
y descubre y trabaja la sentencia
que las generaciones de los hombres
no dejarán caer. Su voz declara:
Nadie baja dos veces a las aguas
del mismo río. Se detiene. Siente
con el asombro de un horror sagrado
que él también es un río y una fuga.
Quiere recuperar esa mañana
y su noche y la víspera. No puede.
Repite la sentencia. La ve impresa
en futuros y claros caracteres
en una de las páginas de Burnet.
Heráclito no sabe griego. Jano,
dios de las puertas, es un dios latino.
Heráclito no tiene ayer ni ahora.
Es un mero artificio que ha soñado
un hombre gris a orillas del Red Cedar,
un hombre que entreteje endecasílabos
para no pensar tanto en Buenos Aires
y en los rostros queridos. Uno falta.
De La moneda de hierro.