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domingo, 21 de septiembre de 2014

A PROPÓSITO DE LA DIVINA COMEDIA

¿Se puede leer hoy la Divina Comedia sin caer en un profundo aburrimiento? 

Dar respuesta a esta pregunta es, claro, tarea personal e intransferible. A mí me correspondería aquí hablar de sus virtudes, aunque esto puede que tampoco evite el sopor personal de cada cual, pues tal vez las virtudes intrínsecas de una obra no coincidan con los gustos personales y sea ésta tarea insuficiente para acercar la obra al público lector. En este caso, ¿podemos seguir hablando de la Divina Comedia como un clásico universal? ¿Es lícito mantener como clásica la obra que hoy no se lee si no es por obligación o imperativo académico? ¿Lo que en su momento gustó, pero en la actualidad no gusta, qué status mantiene en la Historia de la Literatura? ¿Aquellas obras que solo son capaces de disfrutar una pequeñísima porción de la población lectora muy preparada, continúan manteniendo la posición de clásicas? ¿Podemos decir que es una obra clásica la que se ha alejado de los gustos e intereses actuales de la población? ¿Cómo definimos lo clásico?

Vayamos, pues, con las virtudes de esta obra, tal vez así podamos responder con mayor criterio a alguna de las preguntas anteriores. Utilizo solamente aquellos rasgos que reconocidos analistas y expertos en la obra del florentino han señalado de manera reiterativa. Intento, de esta manera, buscar la mayor objetividad posible y apartar mis propios gustos de este análisis. Y, de entre esos rasgos, me decanto por los que tienen que ver con valores literarios, ya que de literatura es de lo que hablamos y no de teología, por ejemplo.

El primero y más importante de todos ellos es la fabulosa riqueza del lenguaje que aparece en la obra. Según se nos hace saber es tal el dominio del que Dante hace gala, que hoy, en Italia, se le considera como el “padre del idioma”, como “el sumo poeta”. En buena medida, la utilización del toscano por su parte, hace que la “lengua vulgar” empiece a ser considerada tan digna como el latín y tan apta como esta para expresar grandes ideas y, en consecuencia, para construir la literatura del país. Esta formidable destreza en el uso del lenguaje, nos advierten los expertos, lleva al poeta a utilizar registros distintos en función de que estemos atravesando el infierno, el purgatorio o el paraíso.

Otra cualidad, si no de la obra sí del autor, es el impresionante esfuerzo para construirla toda ella en tercetos encadenados (invención, por cierto, del poeta), que van multiplicándose hasta producir 33 cantos para cada uno de los paisajes míticos por los que el poeta-protagonista va pasando. Y no estamos hablando precisamente de una obra breve, ni mucho menos. Todo ello exige concentración, esfuerzo y dominio técnico. Más aún si tenemos en cuenta que se trata de una obra alegórica, en la que el número tiene su propio significado (el tres, la trinidad; el poema tiene 3 partes que constan de 33 cantos que junto con el canto inicial dan un total de 100, el número de la perfección; cada territorio se divide en 9 tramos, tres al cuadrado).

Fundamental es, entre las virtudes del texto, la enorme riqueza y variedad de los endecasílabos, la multitud de rimas diferentes, la destreza en el uso de los ritmos y los acentos del verso, la increíble capacidad técnica para no caer en la repetición en una obra tan gigantesca donde por mucha variedad que haya parece que lo natural es incurrir en ella. Es necesario advertir aquí que este tipo de habilidades técnicas se pierden en la mayoría de las traducciones (la de Martínez Merlo intenta mantener el ritmo interno; las de Ángel Crespo y Bartolomé Mitre conservan la estrofa completa, pero no conozco todas las traducciones). Por otra, en la actualidad el público lector se inclina preferentemente por las traducciones en prosa.

Reseñable es, sin duda, el conocimiento enciclopédico de Dante con respecto a casi todos los temas y materias, especialmente la teología de la época, sin despreciar los referidos a la astronomía, aunque dudo de que el vasto saber de un escritor pueda ser considerado como un mérito literario. Sí lo sería, en cambio, la gran capacidad para crear personajes que señalan diversos analista, pero ahí ya no tengo yo tan claro que podamos atribuir a mérito del autor el que por su obra desfilen cientos de personajes, de los cuales creación propiamente suya serían Beatriz y él mismo. Y en este caso no diría que se trata de una creación precisamente literaria. En cualquier caso, de Beatriz no podemos decir que tenga una gran personalidad.

Sin embargo, y a pesar de todo, por muchas virtudes estéticas que queramos reseñar, el viaje acompañando a Dante por esos tres espacios de la mitología cristiana, hoy desechados, no impide la fatiga ni la falta de interés, porque lo fundamental resulta tan falso y fraudulento que uno termina por cansarse. Alguien dirá, tal vez, que, con respecto a la falsedad, otro tanto ocurre con la literatura clásica greco-latina. No es así, porque la intención de la Comedia es literal, mientras que la de sus predecesores es solamente literaria. Las Metamorfosis, por citar un ejemplo, no pretende describirnos un mundo realmente existente, y así lo entendían los lectores de ayer y lo entienden los de hoy.

Se me dirá también que la poesía no tiene como centro de interés lo que comunica, que lo importante es la expresión, la capacidad de creación estética que se logra a través de las palabras. A mí, y hablo sólo por mí, no me interesa la hermosa sonoridad de una oración con una elevada belleza formal si lo que comunica es simplemente falso o claramente nada —¿a alguien le interesa hoy verdaderamente saber del cielo, sus virtudes y cómo alcanzarlo?—. Pero por lo que me estoy preguntando aquí es por la permanencia entre los clásicos de una obra que, hasta donde yo conozco y no conozco a todos los posibles lectores, ha dejado de interesar a la comunidad lectora.

No quiero que se me entienda mal. No estoy diciendo que el criterio de calidad venga determinado por la mayor o menor cantidad de personas que leen un determinado título. El best seller, en general, carece de calidad y los libros que hoy venden millones de ejemplares seguramente estarán fuera de la circulación dentro de un siglo. Sin embargo, en la actualidad una persona no preparada especialmente puede leer Romeo y Julieta y emocionarse con ella, puede leer El avaro y soltar más de una risa, puede —me voy más lejos— leer La Odisea sin que se le caiga de las manos, aunque quizá le resulte repugnante la escabechina que Ulises organiza en su palacio. Ese mismo lector no llega a terminar nunca la primera parte de la Comedia. ¿Es esto lo que esperamos de un clásico?


Pero hay más. Posiblemente lo más importante. De un clásico no esperamos una visión del mundo tan sesgada que deje fuera de su lectura a una gran parte de la humanidad. Yo leo La novela de Genji, y por muy diferente que sea la cultura y la época de procedencia, el libro no me expulsa. Leo el Cántico espiritual y no necesito la fe de Juan de la Cruz para disfrutarlo. Leo Los viajes de Gulliver y la fantasía del relato no pide en ningún momento que admita la existencia de semejantes lugares. La Comedia, por el contrario, exige del lector la aceptación de unas creencias que se oponen a cualquier uso de la razón. Es más religión que literatura, más fe que humanidad y eso no es lo que se espera de una obra clásica.

domingo, 3 de agosto de 2014

PARA LEER LA DIVINA COMEDIA

La verdad es que entrar en el juego de sentimientos e ideas que nos ofrece Dante resulta arduo y complejo. Estoy convencido de que La Divina Comedia es el clásico que peor ha envejecido de cuantos clásicos dispone el mundo occidental. No sé de ningún lector no experto que la haya cogido por gusto y haya seguido leyendo por gusto hasta el final. Y si no tiene lectores actuales, tal vez habría que pensar que ya no es un clásico, pues entiendo por clásico el libro escrito fuera de la época del lector que es capaz de producir placer cuando lo leemos.

Lo malo es que los estudiosos, los exégetas, los críticos no facilitan mucho la labor. Quiero decir que éstos en su trabajo de acercar la obra al lector —ocurre cuando quien explica lo sabe hacer— suelen caer en disquisiciones académicas, opiniones personales, demostraciones de dominio de la materia y otros lujos verbales que nada o muy poco tienen que ver con la obra y que más que incitar las ganas de lectura, la eliminan.

Caso paradigmático es el de Bloom, a quien se puede leer por la curiosidad de saber qué aspecto de su ego va a florecer a través de su comentario —desde ese punto de vista resulta divertido—, pero que en absoluto va a ayudarnos con la tarea de sumergirnos en la obra de Dante. Un ejemplo típico de su forma de exponer:

Dante, el más singular e indomable de todos los temperamentos supremamente refinados, se convirtió en un personaje universal no absorbiendo la tradición, sino sometiéndola hasta que encajó en su propia naturaleza. Por una ironía que trasciende cualquier cosa parecida, la fuerza de usurpación de Dante ha dado como resultado que, en un sentido o en otro, siempre se le malinterprete. Si la Comedia es una profecía, entonces sus estudiosos sienten la tentación de leerla mediante la iluminación de la tradición agustiniana (El canon occidental, pp 94-95).

Por fortuna hay una persona que aunque ha escrito muy poco sobre la obra, es capaz de entrar en ella e iluminarnos con sus palabras. Que guste o no guste la obra es otra cosa, pero no dice lo primero que se le ocurre, ni habla de las dificultades de la lectura, ni nos comenta que es la única persona capaz de interpretar correctamente a Dante. Estoy hablando de Borges y de sus dos brevísimos estudios sobre la obra en cuestión recogidos en Siete noches y Nueve ensayos dantescos. Si no los encontráis en una librería o en una biblioteca, los tenéis disponibles en internet aquí y aquí.


Otras entradas sobre el mismo tema.

sábado, 5 de julio de 2014

DIVINA COMEDIA

Como corresponde a un clásico, la Divina comedia dispone de numerosas traducciones en todo tipo de formatos, la mayor parte de ellos de bolsillo y edición barata, pero de tarde en tarde hay alguna editorial que propone una edición de lujo como la ilustrada por Miquel Barceló, último artista de la ilustre estirpe iniciada por Boticelli. Elegir la propia está en función de los gustos de cada cual. También están, cómo no, las bibliotecas. En cualquiera de ellas podéis encontrar más de una edición entre las que poder elegir. 

Además del libro clásico, es decir, en papel, tenéis el libro electrónico y muchos lugares en internet desde donde descargar el pdf. También en internet está ese espacio maravilloso, El Libro Total, que ya dejé enlazado en una entrada anterior sobre este clásico, donde están alojadas las traducciones de Bartolomé Mitre, Enrique Villena, J. E. Sanguinetti, Juan De la Pezuela y L. Martínez Merlo. Todo un lujo a disposición de cualquiera, con una presentación muy cuidada, posibilidad de consultarlas alternativamente, ilustraciones superpuestas, notas y hasta 121 composiciones musicales, todas ellas relacionadas con la Divina comedia

Si con todas estas tentaciones al alcance de un clic todavía os resistís a leerla, también tenéis una adaptación-resumen leída para vosotros, de tal forma que en una hora y media de pereza alguien os la habrá contado en voz alta —solamente tenéis que regular el volumen que os parezca más adecuado—:




PS para contertulios: Como es de suponer, no voy a realizar ninguna selección pues la obra necesita ser leída en su totalidad para poder hablar sobre ella. Feliz verano y feliz lectura.

sábado, 17 de abril de 2021

EL CRITICÓN

Baltasar Gracián (1601-1658) es, junto con Quevedo, lo mejor de la prosa barroca escrita en castellano. Es, además, uno de los autores españoles que más atención ha recibido en otras lenguas —ya en vida fue traducido al inglés y al francés—. Schopenhauer, gran admirador suyo, tradujo el Arte de la prudencia al alemán y fue quien lo introdujo en ese país. 

El Criticón es la gran novela alegórica y filosófica del XVII español. Narra las andanzas y aventuras de Andrenio (joven) y Critilo (en la edad madura) en busca de la felicidad. Comienza la historia con el naufragio de Critilo, símbolo del hombre juicioso y cultivado, en la isla de Santa Elena. Andrenio, símbolo del hombre natural, lo salva de la muerte. 

La obra se divide en tres partes: En la primavera de la niñez y en el estío de la juventud, Juiciosa cortesana filosofía (en el otoño de la varonil edad) y En el invierno de la vejez. Si toda historia, toda novela, todo discurso, es un viaje, El Criticón lo explicita claramente. Estamos ante el viaje que en sí mismo es la vida. El viaje en busca del conocimiento, el que va desde la cueva a la luz de la civilización. 

A través del viaje de Andrenio y Critilo, que enseguida descubrirán que son padre e hijo, asistimos al gran viaje en busca de la verdad, en busca del conocimiento, en busca de cuanto nos va a dar la felicidad. Pero el camino está lleno de obstáculos, de dificultades, de elementos engañosos que nos ofrecen la inmediata gratificación de los sentidos, aunque una vez poseídos no son nada más que un lastre para alcanzar el objetivo final.

Contra los avatares de la fortuna y las tentaciones de lo vulgar e innecesario, Gracián defiende que somos dueños de nuestro destino y podemos y debemos tomar nuestras propias decisiones sin caer en el deslumbramiento del oropel. Ese es nuestro trabajo más difícil, y también provechoso. Frente a la vulgaridad, lo fácil y lo vano, siempre tendremos el arte, la cultura y los libros. A ellos debemos agarrarnos.

El camino es un proceso de aprendizaje si nos conducimos con arreglo a la prudencia. El universo es un libro y viajar es como leer, hay que ir descifrando los significados. El recorrido que se realiza en esta novela es el que hacemos desde la oscuridad de la cueva a la iluminación del conocimiento, ayudados por la fantástica herramienta que es el lenguaje, sobre el cual se asienta la misma dignidad del ser humano.

En cualquier caso, no es fácil la lectura de esta obra imprescindible del barroco. En primer lugar, porque, como la Divina Comedia introduce la historia de su tiempo en ella y está llena de personajes y alusiones hoy desconocidos. En segundo lugar, porque es absolutamente conceptista, prevalece la intensidad semántica y, por lo tanto, el significado se encuentra extraordinariamente apretado. Eso sí, solventar las dificultades produce un mayor placer en la lectura.

A la estela de El Criticón irán apareciendo por Europa títulos de lectura más sencilla pero de intenciones similares como Los viajes de Gulliver, Robinson Crusoe y Cándido.

***

Para quienes deseen realizar una lectura ayudada por todo tipo de notas y aclaraciones existe desde hace pocos años la edición crítica definitiva realizada por Luis Sánchez Laílla, José Enrique Laplana y M.ª Pilar Cuartero. La de Santos Alonso para Ediciones Cátedra no es lo mismo, pero puede resultar suficiente.

miércoles, 29 de mayo de 2013

DIVINA COMEDIA

Para el lector actual la Divina comedia tiene dos dificultades importantes: es —entre otras muchas cosas— una especie de enciclopedia medieval y nos expone un tema que difícilmente puede interesarnos, como es el recorrido a través del infierno, del purgatorio y del cielo (mayúsculas y minúsculas establecen ya una diferencia de criterio).

La verdad es que sería muy difícil encontrar hoy una persona interesada en las cuestiones teológicas que se exponen en este clásico, cuando hasta la propia Iglesia Católica ha suprimido de sus creencias la existencia del Infierno. Y tan difícil como eso es encontrar otra persona que sienta curiosidad por el catálogo de reflexiones medievales sobre el bien y el mal o los personajes que sufren su residencia en el Infierno. Hablo de lectores normales, no de especialistas.

En este sentido, es decir, desde el punto de vista del significado, la obra de Alighieri es uno de los clásicos que más han sufrido el paso del tiempo o, dicho de otra forma, es una de las obras que más se alejan de los gustos, costumbres y creencias de la sociedad actual; lo que hace muy difícil que alguien se acerque a ella por propia iniciativa.

A pesar de todo, sigue siendo un clásico, lo que quiere decir que guarda en su interior —si somos capaces de superar los primeros momentos de desánimo— muchos elementos con los que disfrutar y aprender: lenguaje, ritmo, simbología, conocimiento del mundo medieval, punto de vista sobre lo que significa ser humano, deslumbrantes comparaciones, la expresión de emociones nunca antes puestas por escrito...

Hoy, afortunadamente, existen muchas y buenas ediciones, casi todas ellas con estudios introductorios y un corpus de notas que nos ayudan a caminar por entre los tercetos encadenados del poeta florentino. No es que sean del todo necesarios, pero a mí me gustan porque cuando los trabajos introductorios están bien hechos, no sólo sirven de apoyo, sino también de elemento motivador a la lectura.

En cualquier caso, recordad siempre que el primer derecho del lector es el dejar la lectura, pues si un libro se nos atraganta, no hay que andar sufriendo por ello. Si la primera lectura no es placer, de nada sirve el obligarnos.

Y como nunca se sabe cuál será el elemento que desencadene el interés por un libro, aquí os dejo, por si acaso, este vídeo que he encontrado en YouTube, realizado con los dibujos que Doré preparó en su momento para el Infierno.


PS: Si no habéis visitado la página que está enlazada con el título, no os la perdáis. Volved a la primera línea y haced clic.

lunes, 24 de julio de 2023

EL PODER DE LA LECTURA

Editorial
Existen muchas declaraciones de amor hacia la lectura, incluso libros completos dedicados a ensalzar las cualidades de la misma, pero posiblemente ningún pasaje, ninguna escena que yo haya leído atribuye tanta capacidad de sugestión al texto como la que Dante nos relata al final del Canto V del Infierno.

Pongo el contexto para quien no sepa de qué va la magna obra del italiano: La Divina comedia cuenta el recorrido que realiza el autor por el infierno, el purgatorio y el cielo. En los dos primeros espacios es guiado por Virgilio; en el último, por Beatriz, amor platónico del poeta y alma pura donde las haya. El infierno tiene nueve círculos, nueve sótanos —estamos por debajo de la superficie de la tierra—, cada uno de ellos dedicados a hospedar a quienes se han dejado arrastrar por alguna maligna debilidad, pasión o pecado según la escuela teológica o psicológica en la que nos situemos. En el segundo círculo, piso -2, se encuentran las víctimas de la lujuria.

Allí Dante encuentra una pareja conocida y quiere saber el motivo por el que ha sido castigada a tan lúgubre sitio. Ella, Francesca, le responde (utilizo la traducción de Luis Martínez Merlo):

..."Ningún dolor más grande
que el de acordarse del tiempo dichoso
en la desgracia; y tu guía lo sabe (se refiere a Virgilio).

Mas si saber la primera raíz 
de nuestro amor deseas de tal modo,
hablaré como aquel que llora y habla:

Leíamos un día por deleite,
cómo hería el amor a Lanzarote; (el caballero que se enamora de Ginebra)
solos los dos y sin recelo alguno.

Muchas veces los ojos suspendieron
la lectura, y el rostro emblanquecía,
pero tan sólo nos venció un pasaje.

Al leer que la risa deseada 
era besada por tan gran amante,
éste, que de mí nunca ha de apartarse,

la boca me besó, todo él temblando.
Galeotto fue el libro y quien lo hizo;
no seguimos leyendo ya ese día".

(La negrita es mía)

Contexto que falta: Francesca está casada con Gianciotto, quien tiene un hermano pequeño, Paolo. Paolo y Francesca, por tanto, son cuñados. Estos tres, atención, son personajes reales, coetáneos del autor, como otros muchos que aparecen en la Comedia condenadas a las zahúrdas de Plutón.

Una tarde Francesca y Paolo están leyendo una de esas novelas tan populares en aquella época sobre los amores de la reina Ginebra y del caballero Lancelot. En ella se cuenta que Galeotto ha sido el intermediario, el que ha puesto en contacto a reina y caballero; de ahí el penúltimo verso: en la historia que leen los amantes Galeotto cumplió la función que el libro que están leyendo cumple en la vida de los amantes Francesca y Paolo. 

Magnífica la máxima que guarda el primer terceto. Sublime el último verso: la lectura había despertado tal pasión que ya no hubo otro quehacer ese día sino amarse. ¡Luego habrá quien se atreva a decir que la lectura no sirve para nada!

***


sábado, 27 de noviembre de 2021

CANTOS, EZRA POUND

Editorial
Como dejé anunciado en Instagram hace unos días, he aquí mi comentario una vez superado el impacto de la lectura: 

Leer los Cantos de Pound no es una lectura cualquiera, es una experiencia de la que difícilmente se sale ileso. La obra es de tal magnitud —física y conceptual— que leerla es como estar sumergido en un océano de palabras. Se pueden dar rodeos y hablar de los más de cincuenta años que le llevó escribirla; se puede aludir al imagismo, al vorticismo y a la militancia fascista del autor; se puede recurrir a Homero y a Dante; se puede traer a colación La tierra baldía y hasta el Finnegans Wake. Se puede hacer un trabajoso estudio que analice cada uno de los cantos, pero nada de eso servirá para aliviar la brutal conmoción con que se sale de su lectura. 

Muy brevemente y solo para que os hagáis una ligerísima idea de lo que contiene esta rara avis de la poesía del siglo XX: comenzamos con Ulises, seguimos con Sordello en cuatro versiones, recorremos el Mediterráneo, la mitología clásica, el Renacimiento como excusa para hablar de la luz. Así llegamos al canto VII en el que aparecen Segismundo Pandolfo Malatesta y San Francisco. Por el XIII desfilan Confucio y sus enseñanzas. Del XIV al XVI nos adentramos en el Infierno de Dante, la Primera Guerra Mundial y hasta la Revolución Rusa. Venecia sirve de marco a los cantos siguientes en los que podemos encontrar a Dioniso, Kublai Khan, una crítica de la explotación financiera, otra de la guerra y sus beneficiarios, la destrucción de Montsegur, las cruzadas, el rechazo del cristianismo y a Hieronymus Soncinus de Fano, editor de Petrarca, preparándose para imprimir las obras del maestro italiano. Hemos llegado al canto XXX, son más de cien, e incluyen ideogramas chinos, citas en latín y hasta alguna partitura.

¿El caos? En absoluto. O tal vez sí.

Es cierto que enunciado como lo he hecho puede producir mareo. Supongo que si hiciera la misma anotación de hechos y personajes con respecto a la Divina comedia la sensación podría ser similar. También es cierto que en la obra de Dante hay un orden cronológico y teológico que en la de Pound se convierte en orden estrictamente poético y personal, lo que da una sensación de magma desbordante. Pero una vez que nos hemos adentrado en ese inmenso río de palabras e imágenes resulta difícil abandonarlo, su poder magnético es enorme.

Sin duda, descifrar las múltiples y dispares alusiones (literarias, económicas, históricas, políticas...) puede llevar su tiempo y hasta resultar cansino, pero tampoco es necesario tener todas las referencias para seguir leyendo; de hecho, todas, lo que se dice todas, no existen. Los Cantos tampoco son un dechado de coherencia, más bien nos ofrecen la imagen de eso que alguien ha llamado la catástrofe de la cultura occidental, ese infierno que Dante situó en el inframundo, según la creencia cristiana medieval y Pound sitúa en nuestro acontecer. Por tanto, diría que se entiende mejor la obra dejándose arrastrar por el torbellino de imágenes sin pretender el análisis racional.

En cualquier caso, y si pertenecéis al grupo de personas que se sienten más cómodas conociendo las referencias y controlando las alusiones, sabiendo de dónde viene esto y hacia dónde va aquello, una edición crítica os puede guiar muy bien a través de todos los cantos. La que he dejado enlazada me parece muy buena edición. Pero, insisto, no todo es controlable. La entrada que ofrece la Wikipedia redactada en inglés (Google os la traduce) también puede ser de ayuda, aunque es muy general.


He intentado escribir el Paraíso

No te muevas

              Deja que hable el viento

                       que es el paraíso.


Que los Dioses perdonen lo que 

              hice.

Que los que amo procuren perdonar

              lo que hice


Atreveos, es una experiencia única.

sábado, 8 de abril de 2023

TUDELA, PORTADA DEL JUICIO DE LA CATEDRAL y algo más


 Esta es la sorprendente y magnífica portada de la catedral de Tudela, todo un catálogo pormenorizado de vicios y terrores diversos, un auténtico despliegue de habilidad escultórica y un paseo por el infierno tal y como lo entendían las criaturas de la Edad Media. Como se trata de representar el Juicio Final, una parte (la de la derecha) recoge a quienes se van a salvar; la otra (la de la izquierda, la más dinámica y divertida) a quienes se van a convivir con los demonios. Todo muy Divina Comedia, pero en relieve.

Cada cual es muy libre de hacer lo que le dé la gana. En mi opinión, es mucho más divertido descubrir lo que se ve que tener una impresión general. A mí me gusta saber de los detalles, porque los detalles aportan placer al conocimiento y transforman la primera impresión en una percepción gozosa con muchos más elementos que añaden matices y diversión. 

Por eso, antes de seguir, recomiendo la visita a un par de páginas estupendas que  realizan un labor divulgativa verdaderamente encomiable: la de la UNED y la de la Universidad de Navarra. La primera ha desarrollado además una aplicación gratuita para ser utilizada a la vista de la fastuosa portada, y ha coloreado cada figura tal y como debió de estarlo originalmente. Pero para quienes gusten de que sea otra persona la que les cuente, siempre están las visitas guiadas de las que os darán cumplida noticia en la oficina de turismo; eso sí, no esperéis que os indiquen todas las escenas.

Solamente como un pequeño aperitivo dejo aquí esta imagen donde aparecen señalados nada más que unos pocos relieves. Entretenernos en identificar todos cuantos adornan las dovelas de esta portada nos va a deparar muchas sorpresas y un divertimento que nos acercará un poquito más al pensamiento mágico-religioso de una época que tal vez no esté tan lejos de la nuestra como creemos. O quizás sí.

Como véis, este fue otro regalo del día, en este caso redactado en una lengua más próxima a nuestro propio ser y con un alfabeto muy variado y juguetón. Por cierto, dentro del museo de la catedral me encontré este otro regalo que combina muy bien con la portada:

Efectivamente, se atribuye a quien estáis pensando.

Tudela bien vale una visita.

***


martes, 14 de junio de 2022

EL SUEÑO de SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ, 1

Sueño, Primero sueño o El sueño de sor Juana Inés de Cruz es la obra más compleja e importante de esta escritora barroca mexicana, pionera en muchos aspectos y una intelectual que todavía hoy nos sigue sorprendiendo. 

Algunas advertencias: 

Dada la complejidad de la escritura —proliferación de hipérbatos, es decir, la ruptura natural del orden de los elementos de una oración; y la enorme abundancia de paréntesis y digresiones—, así como la abstracción del tema, tal vez lo mejor sea abandonarse a la sugestión de las palabras y dejarse llevar por ellas. 

Para quienes deseen ir un poco más allá es conveniente decir que El sueño se inscribe dentro de lo que en la época era conocido como sueños de ascensión, en los que el alma salía del cuerpo y buscaba el sentido del mundo. En esa tradición está la obra magna de Dante, Divina comedia, la novela de Kepler, Somnium sive Astronomia lunaris, o el Iter exstaticum coeleste, de Kircher

Editorial

Así, pues, el contenido del poema es el siguiente: Llega la noche, todo duerme y el alma sale del cuerpo para descubrir el sentido del mundo. Se describe la quietud de la naturaleza, la de los animales y la del propio cuerpo. Aquí se proyecta la mirada sobre las funciones fisiológicas del corazón, los pulmones y el estómago. El alma fracasa en su intento de conseguir una intuición global del universo. Hemos llegado, más o menos a la mitad del poema (v 560). Cambia de método y recurre ahora al método deductivo. Fija su atención en minerales, vegetales, reino animal y el ser humano. El fracaso es el mismo y termina reconociendo la incapacidad humana para comprender el mundo en su complejidad, aunque el deseo de conocimiento se mantiene. Llega el día, los sentidos se despiertan quedando a luz más cierta/el mundo iluminado, y yo despierta (v 975). 

Además de los precedentes clásicos como Somnium Scipionis (Cicerón), Hercules furens (Séneca) Somnus (Estacio), sería injusto no señalar textos modernos de los que en alguna medida podemos considerar este magno Sueño como antecedente, tal vez lejano, tal vez simbólico, pero precedente al fin y al cabo: la Anábasis de Saint-John Perse, La tierra baldía, de Eliot; Kubla Khan, de Coleridge; Un golpe de dados, de Mallarmée; Altazor, de Huidobro...

En fin, que aquí os dejo la grabación completa del que la crítica especializada considera el mejor y más hermético poema de esta monja ilustre cuya pasión por conocer no tenía límites. Yo, exhausto por el esfuerzo de la lectura; pero aquí está:


***

Путин, немедленно останови войну!

jueves, 6 de agosto de 2020

LA BELLEZA


Belleza no es, pues, sino libertad en la aparición.

F.Schiller. Escritos sobre estética.


Espíritu de belleza, que consagras

con tus propios matices todo

humano pensamiento o forma

a los que prestas tu resplandor.

P.Shelly. Orígenes de la forma en el arte.


Aman los ojos las formas hermosas y variadas, los vivos y apacibles colores (…) Porque la misma reina de los colores, esta luz, bañando todo lo que vemos, dondequiera que me halle durante el día, acercándoseme de mil maneras, me acaricia, aun estando atento a otras cosas y sin reparar en ella. Y con tal vehemencia se insinúa, que si desaparece de repente se la busca con deseo, y si por mucho tiempo se ausenta, se contrista el alma.

Agustínde Hipona. Confesiones.


Para el entendimiento neoplatónico, la belleza es simplemente manifestación, revelación de fenómenos, la aparición del anima mundi.

JamesHillman. El pensamiento del corazón.


Si los ojos se hicieron para ver, la belleza es su propia excusa para Ser.

R.W. Emerson. Rhodora. Early poems.


La belleza es un fenómeno primigenio, que en sí misma nunca hace su aparición, pero cuyo reflejo es visible en mil distintas expresiones de la mente creadora, y que es tan variado como la naturaleza misma.

J. W.Goethe. Conversaciones con Goethe.



Lo específico de la belleza es colmarnos con su aparición.

Rafael Tomás Caldera. Analys-art.



Lo bello se distingue así del bien (que es lo completamente inaprensible) porque se apresa más fácilmente. En la esencia de lo bello está el que se manifieste.

H.G. Gadamer. Verdad y método.



Porque la Belleza, Fedro mío, y solo ella, es a la vez visible y digna de ser amada: es, tenlo muy presente, la única forma de lo espiritual que podemos aprehender.

Th. MannLa muerte en Venecia.



Como súbito relámpago que disipa las potencias, privando al ojo de la facultad de distinguir los mayores objetos, así me circundó una luz resplandeciente, dejándome velado de tal suerte con su fulgor que nada descubría.

Dante Alighieri. La divina comedia.



El camino recto del amor hay que empezarlo por las bellezas de aquí abajo.

Platón. El banquete.


viernes, 22 de enero de 2010

BREVE HISTORIA DEL LEER

Con este título nos presenta Charles Van Doren, un recorrido personal por algunas de las lecturas que él ha realizado, desde la Ilíada hasta la serie de Harry Potter. La guía de lecturas, por tanto, está organizada bajo un criterio cronológico y dividida en capítulos que se corresponden, más o menos, a los que podemos encontrar en un manual de Historia de la Literatura. Pero como se trata de un profesor de la universidad de EEUU, hay una primacía de autores anglosajones.

Formas aparte, y considerando que a mí me encantan los libros escritos sobre libros, el mayor mérito de éste es que el autor nos los acerca desde la pasión y el disfrute que alcanzó él leyéndolos. Eso es perceptible en todos y cada uno de los comentarios que hace. Rezuman cariño y admiración por lo leído, cada una de las reseñas consiguen despertar las ganas de leerlos, si no los hemos leído, o releerlos, si es que ya los tenemos un poco olvidados, porque siempre podemos encontrar un punto de vista que no habíamos tenido en cuenta, cuando los leímos por primera vez.

Otra virtud, nada desdeñable, es que, cuando nos habla de uno de esos libros difíciles, sabe acercarlos al posible lector para ayuntentar el miedo ante lo complicado y aporta las claves para que adentrarnos en él no resulte una aventura abocada al fracaso o al desaliento. Ofrece consejos de lectura con los que valernos y poder convertir la misma en un acto gozoso. Así, por ejemplo, con los Elementos de Euclides, La divina comedia, la poesía de T. S. Eliot o la de Auden.

Hay muchos libros sobre libros. Ya he dado noticia de otro en este mismo blog, y seguiré dando noticia de otros más. Éste es muy clásico en su concepción para mi gusto, pero muy disfrutable. Cada uno nos aporta una forma distinta de entender los textos, la escritura e incluso el mundo, pero todos ellos nos abren el apetito por la lectura, que no es poco.

martes, 5 de enero de 2021

LA GALERÍA DE LOS UFFIZI HOMENAJEA A DANTE

Captura de pantalla de la página web de la Galería de los Uffizi

Con motivo del septingentésimo aniversario de la muerte de Dante Alighieri (1321), la Galería de los Uffizi ha organizado una exposición virtual con ilustraciones de la Divina Comedia realizadas en el siglo XVI.

Son dibujos del pintor italiano Federico Zuccari, destacado manierista italiano, muy conocido por el fresco de la cúpula de Santa Maria del Fiore de Florencia.

Las láminas solo habían sido expuestas al público de forma parcial en dos ocasiones, en 1865 y en 1993. Cuando no están expuestas, se recogen en el Gabinete de Dibujos y Grabados de los Uffizi, donde solamente pueden ser consultadas por personal especializado.

Para esta ocasión, han sido digitalizadas en alta definición, lo que nos permite contemplarlas con muy buena calidad desde cualquier parte del mundo.

Están organizadas en un recorrido por etapas y, por primera vez, podemos disfrutar de todas ellas y con todo detalle.