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domingo, 9 de agosto de 2009

Signos del zodiaco: LEO

(A mi hermano José, que era Leo y ya no lo es)

El Sol entra hoy, 9 de agosto, en la constelación de Leo, y estará ahí hasta el 15 de septiembre. El porqué de este aparente error de fechas, se debe al movimiento de
precesión del eje de la Tierra. La explicación la tenéis en el enlace.

Leo es el león de Nemea, el que se dedicaba a infundir miedo en la región y al que Hércules dio muerte en el primero de sus doce trabajos. A partir de aquel momento, el héroe de los héroes griegos se vestirá con su piel, y es así como se le suele representar.

El león de Nemea era hijo de
Tifón y de Equidna. Hera, la esposa de Zeus, lo había educado y situado allí. Su piel era invulnerable a las flechas y a la espada, por lo que Hércules tuvo que cogerlo entre sus brazos hasta que lo estranguló. Durante un tiempo estuvo intentando desollarlo sin éxito, hasta que, por inspiración divina, se le ocurrió hacerlo con las propias garras del animal. Desde entonces, la piel del león le sirvió de yelmo y de armadura.

Zeus colocó en el cielo la imagen del león en recuerdo de la hazaña de su hijo.

sábado, 27 de agosto de 2016

DESOLACIÓN DE LA IMPOTENCIA

Leo en el capítulo que Joseph Brodsky dedica al poeta MandelstamEl hijo de la civilización —Menos que uno, Círculo de lectores, 1988— este elogioso comentario: Hablando con toda franqueza, yo no conozco nada en la poesía mundial que pueda compararse a la calidad reveladora de esos cuatro versos de su poema "Versos del soldado desconocido", escrito un año antes de su muerte: 

Un desorden arábigo, una confusión,
la luz de las velocidades afilada en su haz,
y con sus oblicuas suelas
un rayo permanece en equilibrio en mi retina.

No dudo de la sensibilidad de un premio Nobel para leer en su lengua materna. Tal vez pueda dudar de la pericia del traductor que se encontró con la inmensa dificultad de traducir al castellano cuatro versos que previamente estaban traducidos al inglés por Brodsky. 

Leo y releo en un intento de aproximarme a la belleza que se me indica, pero no lo consigo. También es cierto que me falta el resto del poema y la poesía se construye mediante connotaciones, palabras que establecen juegos y armonías entre ellas, además de ritmos y sonidos que en la traducción de la traducción se han perdido.

Acudo a la traducción que tengo en casa de J. García Gabaldón. Leo el poema en su totalidad y se me abre su belleza doliente, su desgarrada y triste hermosura



1

Que este aire sea testigo
de su corazón de largo alcance,
y en las trincheras, un omnívoro y activo
océano sin ventana es la materia...
      ¿De qué sirven estas estrellas delatoras?
Todo deben escrutar. ¿Para qué?
En la reprobación del juez y del testigo,
en un océano sin ventana, está la materia.
      Recuerda la lluvia, rudo sembrador
—su anónimo maná—,
cómo bosques de crucecitas señalaban
al océano o cuña militar.
      Habrá gente débil y fría
que matará, sentirá hambre y frío
y en una célebre tumba
yacerá el soldado desconocido.
      Enséñame, débil golondrina
que has desaprendido a volar,
cómo dominar esta tumba aérea
sin timón y sin alas.
      Y de Lérmontov, Mijail
te entregaré un severo informe
de cómo la bóveda enseña a la tumba
y una fosa de aire imanta.


2

Con temblorosos racimos de uva
nos amenazan estos mundos,
y de ciudades furtivas,
dorados lapsus, delaciones,
bayas de hielo tóxico, penden
las elásticas tiendas de campaña de las constelaciones,
los dorados sebos de las constelaciones.


3

Mezcla arábiga, picadillo,
luz pulverizada por la velocidad del rayo.
Con sus suelas oblicuas
permanece el rayo en mi retina
.
      Millones de muertos de saldo
abrieron una senda en el vacío:
¡Buenas noches! Le desean
lo mejor las enterradas fortalezas.
      Incorruptible cielo atrincherado,
cielo de multitud de muertes al por mayor,
por ti, lejos de ti, íntegro,
llevo mis labios a las tinieblas.
      Por maltrechos cráteres,
terraplenes, desprendimientos,
demoraba y abrumaba:
El sombrío, virulento y
humillado genio de las tumbas.



4

Muere bien la infantería
y canta bien el coro nocturno
sobre la aplastada sonrisa de Svejk,
sobre la llanza d epájaro de Don Quijote,
y sobre el metatarso de pájaro del caballero.
Y el inválido se hace amigo del hombre—
a ambos les aguarda el trabajo—
y en la valla del siglo, con muletas
de madera llama la familia.
¡Eh, la camaradería, el globo terrestre!


5

¿Para qué debe crecer el cráneo
por toda la frente —de sien a sien—?
¿Para que en sus queridas órbitas
puedan penetrar las tropas?
En vida crece el cráneo
por toda la frente —de sien a sien—,
Se atormenta por la nitidez de sus suturas,
se aclara con la cúpula del entendimiento,
espumea con el pensamiento, se sueña.
Cáliz de cálices y patria de patrias,
cofia recamada de pespuntes de estrellas,
gorrito de la felicidad —padre de Shakespeare...


6

Claridad del fresno, sutileza del sicomoro,
apenas enrojecido regresa a casa,
como si de desmayos los dos cielos
con su pálido fuego cubriera.
      Sólo el exceso nos une.
Delante no hay un abismo, sino un error en el cálculo.
Y luchar por el aire necesario
es la gloria a otro no reservada.
      Y saturando mi conciencia
con una vida agitada,
¿beberé acaso este brebaje no escogido?
¿Comeré mi propia cabeza bajo el fuego?
      ¿Para eso se preparó la tara
del hechizo en el espacio vacío'
¿Para que las estrellas blancas
apenas enrojecidas regresaran a casa?
      ¿Escuchas, madrastra el campamento estelar,
la noche que caerá ahora y luego?


7

Vierten sangre las aortas,
y en las filas, un susurro resuena:
Yo nací en el noventa y cuatro,
yo nací en el noventa y dos...
Y apretando en el puño el triturado
año de nacimiento, en tropel, con la manada,
cubierta la boca de sangre, susurro:
—Yo nací en la noche del dos al tres
de enero del noventa y uno,
año sin esperanza, y los siglos
me rodean con el fuego.

Ciertamente, la estrofa cambia y el sentido se completa. Recojo el esplendor herido de las palabras. Lo hago mío. Pero me faltan la capacidad de pentración de Brodsky y el idioma materno del escritor ruso. Me quedo desolado en mi impotencia. Querer y no llegar. 

domingo, 21 de septiembre de 2014

A PROPÓSITO DE LA DIVINA COMEDIA

¿Se puede leer hoy la Divina Comedia sin caer en un profundo aburrimiento? 

Dar respuesta a esta pregunta es, claro, tarea personal e intransferible. A mí me correspondería aquí hablar de sus virtudes, aunque esto puede que tampoco evite el sopor personal de cada cual, pues tal vez las virtudes intrínsecas de una obra no coincidan con los gustos personales y sea ésta tarea insuficiente para acercar la obra al público lector. En este caso, ¿podemos seguir hablando de la Divina Comedia como un clásico universal? ¿Es lícito mantener como clásica la obra que hoy no se lee si no es por obligación o imperativo académico? ¿Lo que en su momento gustó, pero en la actualidad no gusta, qué status mantiene en la Historia de la Literatura? ¿Aquellas obras que solo son capaces de disfrutar una pequeñísima porción de la población lectora muy preparada, continúan manteniendo la posición de clásicas? ¿Podemos decir que es una obra clásica la que se ha alejado de los gustos e intereses actuales de la población? ¿Cómo definimos lo clásico?

Vayamos, pues, con las virtudes de esta obra, tal vez así podamos responder con mayor criterio a alguna de las preguntas anteriores. Utilizo solamente aquellos rasgos que reconocidos analistas y expertos en la obra del florentino han señalado de manera reiterativa. Intento, de esta manera, buscar la mayor objetividad posible y apartar mis propios gustos de este análisis. Y, de entre esos rasgos, me decanto por los que tienen que ver con valores literarios, ya que de literatura es de lo que hablamos y no de teología, por ejemplo.

El primero y más importante de todos ellos es la fabulosa riqueza del lenguaje que aparece en la obra. Según se nos hace saber es tal el dominio del que Dante hace gala, que hoy, en Italia, se le considera como el “padre del idioma”, como “el sumo poeta”. En buena medida, la utilización del toscano por su parte, hace que la “lengua vulgar” empiece a ser considerada tan digna como el latín y tan apta como esta para expresar grandes ideas y, en consecuencia, para construir la literatura del país. Esta formidable destreza en el uso del lenguaje, nos advierten los expertos, lleva al poeta a utilizar registros distintos en función de que estemos atravesando el infierno, el purgatorio o el paraíso.

Otra cualidad, si no de la obra sí del autor, es el impresionante esfuerzo para construirla toda ella en tercetos encadenados (invención, por cierto, del poeta), que van multiplicándose hasta producir 33 cantos para cada uno de los paisajes míticos por los que el poeta-protagonista va pasando. Y no estamos hablando precisamente de una obra breve, ni mucho menos. Todo ello exige concentración, esfuerzo y dominio técnico. Más aún si tenemos en cuenta que se trata de una obra alegórica, en la que el número tiene su propio significado (el tres, la trinidad; el poema tiene 3 partes que constan de 33 cantos que junto con el canto inicial dan un total de 100, el número de la perfección; cada territorio se divide en 9 tramos, tres al cuadrado).

Fundamental es, entre las virtudes del texto, la enorme riqueza y variedad de los endecasílabos, la multitud de rimas diferentes, la destreza en el uso de los ritmos y los acentos del verso, la increíble capacidad técnica para no caer en la repetición en una obra tan gigantesca donde por mucha variedad que haya parece que lo natural es incurrir en ella. Es necesario advertir aquí que este tipo de habilidades técnicas se pierden en la mayoría de las traducciones (la de Martínez Merlo intenta mantener el ritmo interno; las de Ángel Crespo y Bartolomé Mitre conservan la estrofa completa, pero no conozco todas las traducciones). Por otra, en la actualidad el público lector se inclina preferentemente por las traducciones en prosa.

Reseñable es, sin duda, el conocimiento enciclopédico de Dante con respecto a casi todos los temas y materias, especialmente la teología de la época, sin despreciar los referidos a la astronomía, aunque dudo de que el vasto saber de un escritor pueda ser considerado como un mérito literario. Sí lo sería, en cambio, la gran capacidad para crear personajes que señalan diversos analista, pero ahí ya no tengo yo tan claro que podamos atribuir a mérito del autor el que por su obra desfilen cientos de personajes, de los cuales creación propiamente suya serían Beatriz y él mismo. Y en este caso no diría que se trata de una creación precisamente literaria. En cualquier caso, de Beatriz no podemos decir que tenga una gran personalidad.

Sin embargo, y a pesar de todo, por muchas virtudes estéticas que queramos reseñar, el viaje acompañando a Dante por esos tres espacios de la mitología cristiana, hoy desechados, no impide la fatiga ni la falta de interés, porque lo fundamental resulta tan falso y fraudulento que uno termina por cansarse. Alguien dirá, tal vez, que, con respecto a la falsedad, otro tanto ocurre con la literatura clásica greco-latina. No es así, porque la intención de la Comedia es literal, mientras que la de sus predecesores es solamente literaria. Las Metamorfosis, por citar un ejemplo, no pretende describirnos un mundo realmente existente, y así lo entendían los lectores de ayer y lo entienden los de hoy.

Se me dirá también que la poesía no tiene como centro de interés lo que comunica, que lo importante es la expresión, la capacidad de creación estética que se logra a través de las palabras. A mí, y hablo sólo por mí, no me interesa la hermosa sonoridad de una oración con una elevada belleza formal si lo que comunica es simplemente falso o claramente nada —¿a alguien le interesa hoy verdaderamente saber del cielo, sus virtudes y cómo alcanzarlo?—. Pero por lo que me estoy preguntando aquí es por la permanencia entre los clásicos de una obra que, hasta donde yo conozco y no conozco a todos los posibles lectores, ha dejado de interesar a la comunidad lectora.

No quiero que se me entienda mal. No estoy diciendo que el criterio de calidad venga determinado por la mayor o menor cantidad de personas que leen un determinado título. El best seller, en general, carece de calidad y los libros que hoy venden millones de ejemplares seguramente estarán fuera de la circulación dentro de un siglo. Sin embargo, en la actualidad una persona no preparada especialmente puede leer Romeo y Julieta y emocionarse con ella, puede leer El avaro y soltar más de una risa, puede —me voy más lejos— leer La Odisea sin que se le caiga de las manos, aunque quizá le resulte repugnante la escabechina que Ulises organiza en su palacio. Ese mismo lector no llega a terminar nunca la primera parte de la Comedia. ¿Es esto lo que esperamos de un clásico?


Pero hay más. Posiblemente lo más importante. De un clásico no esperamos una visión del mundo tan sesgada que deje fuera de su lectura a una gran parte de la humanidad. Yo leo La novela de Genji, y por muy diferente que sea la cultura y la época de procedencia, el libro no me expulsa. Leo el Cántico espiritual y no necesito la fe de Juan de la Cruz para disfrutarlo. Leo Los viajes de Gulliver y la fantasía del relato no pide en ningún momento que admita la existencia de semejantes lugares. La Comedia, por el contrario, exige del lector la aceptación de unas creencias que se oponen a cualquier uso de la razón. Es más religión que literatura, más fe que humanidad y eso no es lo que se espera de una obra clásica.

lunes, 4 de julio de 2016

HAMLET, TAL VEZ EL PERSONAJE MÁS INTERESANTE DE TODA LA LITERATURA

Ser, o no ser, ésa es la cuestión. ¿Cuál es más digna acción del ánimo, sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta, u oponer los brazos a este torrente de calamidades, y darlas fin con atrevida resistencia? Morir es dormir. ¿No más? ¿Y por un sueño, diremos, las aflicciones se acabaron y los dolores sin número, patrimonio de nuestra débil naturaleza?... Este es un término que deberíamos solicitar con ansia. Morir es dormir... y tal vez soñar. Sí, y ved aquí el grande obstáculo, porque el considerar que sueños podrán ocurrir en el silencio del sepulcro, cuando hayamos abandonado este despojo mortal, es razón harto poderosa para detenernos. Esta es la consideración que hace nuestra infelicidad tan larga. ¿Quién, si esto no fuese, aguantaría la lentitud de los tribunales, la insolencia de los empleados, las tropelías que recibe pacífico el mérito de los hombres más indignos, las angustias de un mal pagado amor, las injurias y quebrantos de la edad, la violencia de los tiranos, el desprecio de los soberbios? Cuando el que esto sufre, pudiera procurar su quietud con sólo un puñal. ¿Quién podría tolerar tanta opresión, sudando, gimiendo bajo el peso de una vida molesta si no fuese que el temor de que existe alguna cosa más allá de la Muerte (aquel país desconocido de cuyos límites ningún caminante torna) nos embaraza en dudas y nos hace sufrir los males que nos cercan; antes que ir a buscar otros de que no tenemos seguro conocimiento? Esta previsión nos hace a todos cobardes, así la natural tintura del valor se debilita con los barnices pálidos de la prudencia, las empresas de mayor importancia por esta sola consideración mudan camino, no se ejecutan y se reducen a designios vanos.

Da igual la traducción que nos ofrezcan. Desde la primera oración sabemos que se trata del famoso monólogo de Hamlet. Nos lo sirvan como nos lo sirvan, sabemos que pertenece a una de las obras cumbres de la creación shakespeariana, que es lo mismo que decir universal.

Hamlet es mi preferida. Tal vez de las otras me pueda cansar o buscar un estado de ánimo propicio para releerlas. Con Hamlet me da igual. Y siempre encuentro algo nuevo, porque en ella leo el mundo y me leo a mí mismo, y tengo la impresión de que crezco perdido en sus diálogos.

La obra es desgarradora, pero no triste. Divertida, ingeniosa, compleja, inagotable. Escrita para ser representada, nunca he visto una versión que me conmueva tanto como su lectura. Hamlet tal vez sea el personaje más interesante de toda la literatura.

Aquí os lo dejo en el montaje de 1970 para Estudio 1

sábado, 27 de julio de 2013

VLADIMÍR HOLAN, 3

Hay algo en el poeta checo que me empuja a relacionarlo con las figuras imposibles de Escher. No se trata de nada racional, de ningún elemento argumentativo. Es un impulso irracional, una atmósfera, quizá, en la que me sumerjo cuando leo la poesía de Holan. No sé por qué, pero cuando miro la obra de uno y leo la del otro, me da la impresión de que ambos están unidos por el mismo desasosiego metafísico, por el mismo malestar del ser.

Quizás el poema que mejor me transmite esa desazón ontológica sea el que lleva por título Oración de la piedra y del que Clara Janés nos dice que está realizado con palabras vacías de contenido. En él, Vladimír Holan se arriesga a transcribir lo absolutamente incomprensible. Vamos, que en checo tampoco dice nada. (Prólogo del libro Pero existe la música, p. 9). El poema en cuestión es este:

ORACIÓN DE LA PIEDRA

Paleostom bezjasy,
mazdun at kraun at tathau at saün
luharam amu-amu dhar!
Ma yana zinsizi?
Gamchabatmy! Darks adon darks bameuz.
Voskresajet al maimo sargiz-duz,
chisob ver gend ver sabur-sabur.
Theglatfalasar,
bezjasy munay! Dana! Gamchabatmy!

Y puestos a seguir con las sensaciones, lease el poema con el fondo de alguna pieza dodecafónica, por ejemplo, la sinfonía nº 1 de Cardillo

viernes, 12 de enero de 2018

ENTREVISTA CON TERESA RAMOS

Fotografía cedida por la autora
Conocí a Teresa Ramos en Pamplona, en un curioso encuentro sobre el haiku. Allí tuve la ocasión de hacerme con su poemario Sabe la noche y ella me obsequió con un ejemplar en A4 de Bancales del perfume.

Es creadora y coordinadora de Anaitaverso y del Grupo Psicosocial de Encuentro y Poesía. En 2017 apareció publicado su tercer poemario, Bancales de perfume, en la colección Poética y Peatonal (Ejemplar Único) con el artista plástico Gabriel Viñals. En 2015 ganó el I Concurso de poesía Noches Poéticas de Bilbao con Sabela noche. En 2012 obtuvo el XXXVIII Certamen de Poesía Rafael Fernández Pombo con el poemario Laconjura de lasletras. Ha prologado La X en la palabra, de Fermín Castro, y Aún tu nombre, de Ramón Campos.


La entrevista que aquí aparece se resolvió vía correo electrónico.

¿Cómo y por qué empezaste a escribir poesía? ¿Qué es lo que te llevó a la poesía o te atrajo de ella?

Empecé a escribir de una forma un tanto azarosa, cuando me encontraba en un impasse laboral, me había cogido un tiempo sabático, después de trabajar durante años muy activamente en el campo de la psicoterapia, individual y de grupos. Entonces dos personas diferentes en días próximos, me sugirieron que escribiera, francamente, era algo que jamás me había planteado, no estaba en mi mapa. Había escrito algunos poemas en la adolescencia y en momentos puntuales, casi siempre vinculados a la aparición de una persona en mi vida, pero eso era todo. Sucedió sobre los 45 años.

¿Qué poetas, qué escuelas, qué lecturas o vivencias son los que más te han influido?

Pienso que me influyeron mucho los poetas clásicos, a los que escuchaba a menudo a través de la música de los canta autores y también a través del folclore latinoamericano. Era entonces, más melómana que lectora. 

Luego empecé a escribir y con la escritura, llegaron las lecturas de poesía, yo era de letras, me gustaba la poesía, pero no era lectora de poesía. Veía cine, escuchaba radio, estudiaba la obra del médico Wilhem Reich, quien entregó su vida a la investigación de las leyes de la energía vital, discípulo de Freud, con quien se analizó y que creó, más tarde, su propia escuela. Leía textos psicoanalíticos, psicosomáticos y otros de psicología social de diferentes autores. Todos ellos necesarios para comprender el psiquismo humano y completar mi formación como psicoterapeuta. 


Me han influido algunos poetas actuales como Alfonso Brezmes y tantas otras autoras y autores de una manera o de otra, con algunos mantengo un contacto cotidiano, a través de las redes sociales. 

En este momento me siento influenciada por la obra de Antonio Orihuela, Laura Giordani, Begoña Abad, Karmelo Iribarren, David Trashumante, David González y Antonio Praena.

Me siento próxima a los poetas navarros, comunidad en la que resido.

Soy una lectora habitual de poetas en el Facebook, de modo que, leo poesía con tendencias muy diversas. Creo que mis afinidades están vinculadas, por otro lado, y en cierto modo, a mi momento personal y el cómo en ese momento resuena la poética de los demás autores en mi interior. Me interesa la exploración de la obra de otros autores, en ocasiones muy dispares o con planteamientos ideológicos distanciados. Diferencio la maestría en alguno de ellos, de otras cuestiones que hacen que el poeta capte mi atención.

¿Cómo definirías tu poética​?

Mi poética sucede en el devenir vital, en el que el pulso de lo vivo, lo orgánico, dentro de la escritura, me importa la exploración, a veces la ruptura del lenguaje, en esa línea he publicado menos cosas, aunque sí he escrito. Y por encima de todo está la búsqueda del conocimiento. 

No concibo mi existencia sin el pensamiento crítico y por lo tanto está implícito en mi escritura, del mismo modo, considero que en mi poesía está presente la transmutación de las emociones y del pensamiento. No obstante, es una pregunta que seguro que podrían responder mejor otras personas. Aquí dejo unas palabras que aportó la poeta Marina Aoiz quien presentó mi libro Bancales de perfume, mi último libro publicado:

Teresa Ramos me confió la presentación de su poemario bancales de perfume. Con su confianza, me entregó la llave invisible que abre el portón de entrada a su "tierra secreta", la que Robert Graves cantaba en aquel bello poema:

Toda mujer verdadera, posee 
una tierra secreta, más real para ella 
que este pálido mundo exterior. 
A medianoche, cuando está silenciosa, 
deja a un lado aguja o libro 
y la visita, invisible. 
Cerrando los ojos improvisa 
un portón de cinco barras entre los altos abedules, 
salta por encima y toma posesión (...)

Tenía, pues, la llave a una desconocida TIERRA SECRETA.

Descalza penetré en el espacio cuajado de fragancias: rosas, azahares, madreselvas, tulipanes, jazmines, girasoles, lavandas. Y sabores: fresas, granadas, naranjas. En aquella tierra había además acacias, trigales, líquenes...

Descalza y cegada por una luz centelleante. O descalza y clandestina cómplice de la sombra.

Nada pregunté a Teresa sobre la gestación de estos versos. Sólo imaginé y bebí sustancias de una fuente misteriosa. 

En el corazón de Teresa descubrí el verano, bajo una sombrilla, sobre blancas arenas, a la orilla de un mar permanentemente renovado. Las olas eran bancales de espuma perfumada y la sensualidad de inefables instantes se derramaba por la piel. Sin embargo, intuí que había llorado. Y descubrí que sus lágrimas hicieron crecer el césped[...](Texto completo, aquí).

Mi poesía aborda diversos temas: es social, metafísica, amorosa, aforística… Me interesan las cuestiones existenciales que se acababan reflejando en mis textos.

¿Cuáles son tus temas preferidos, tus obsesiones poéticas, si es que las tienes?

Mis obsesiones, si las tuviera, son las de todos los seres vivos pensantes, poetas o no: el amor, el paso del tiempo, la conciencia, el lugar en lo social, la coherencia ética. Tal vez la trasmutación de la propia autopercepción, la exploración de lo que llamamos realidad, puede que sea esa.

¿Tienes algún método de escritura, te dejas llevar por ese primer verso que ofrecen "los dioses", trabajas sobre un tema previo...?

Cuando comencé a escribir estaba absolutamente conectada con una suerte de fuente que manaba poesía. Escribí un poema que está en el libro Sabe la noche, esperando el autobús y que se titula “Diez Minutos” y que surgió así, como una suerte de escritura automática. Ese periodo fue muy fértil, vivía en un estado poético, coincidiendo con un periodo de cambios vitales, luego eso se calmó, incluso he llegado a pasar periodos de sequía, en los que no podía escribir una palabra.

Hay de todo como en botica. Soy más de iniciar un verso y a partir de ahí empezar el baile, es como me gusta construir un poema, a partir de una imagen que desencadena una historia que acaba construyendo el poema. Pero, también es cierto, que en ocasiones me hacen propuestas de colaboraciones en antologías, entonces me ciño al tema que me ocupa y me documento. Lo que sí es fundamental para mi escritura, es el estado de silencio.

¿Qué importancia tiene la forma, si es que la tiene, en tus creaciones?

Cuando empecé a escribir para mí era prioritario el contenido, buscaba mi propia narración, mi discurso, mi relato, probablemente eso obedecía a la búsqueda de mi propia voz. Ahora mismo eso sigue siendo importante, es una cuestión fundamental, pero también lo es la forma, el cómo se cuenta, el lugar, el ritmo, la exploración del lenguaje en ocasiones, y siempre tiene que producir un pellizco como apostillan tantos autores.

Has ganado algunos premios de poesía. ¿Crees que son necesarios los premios de​ poesía?

He ganado algunos premios, he quedado finalista en otros. No sé si son necesarios. Los premios deben ser necesarios porque existen, lo que resulta lamentable es que en ocasiones los premiados pertenezcan a un círculo endogámico. En ocasiones me quedo perpleja ante la poética de algunos autores encumbrados, y me pregunto, en dónde está la poesía. Yo misma he participado como miembro de un jurado y el criterio ha sido el de elegir la que considerábamos mejor obra, doy fe que así ha sido, en el II Premio de Noches Poéticas de Bilbao. Creo que esa debería ser la pauta fundamental, en mi opinión. Recientemente he quedado entre los 5 finalistas del Premio Reinaldo Arenas de Cuba entre más de 100 candidatos. Personalmente trato de conectarme con distintas formas de mirar en lo poético, por eso, en parte, prefiero la vía del concurso que, en teoría, al menos ofrece diversidad.

En mi caso han sido importantes los premios, pocos y modestos, en cuanto que han afianzado mi identidad poética, sirven para recibir un feedback del mundo. Lo que una hace resulta de interés o llega a personas que no tienen ninguna cultura poética, eso es algo que aprecio sobremanera. A mí me han servido también, para conectar con otros universos poéticos que me han enriquecido. En cualquier caso, el valor de la obra de un poeta, no creo que dependa de los premios que se le otorguen o no. Conozco poetas que ni siquiera pretenden publicar y son magníficos. Los premios sirven para visibilizar la obra de la persona que escribe.

¿Qué aspecto es el que más te gustaría que se recordara de tu obra poética?

Me gustaría que mi poética expresara la búsqueda de una suerte de libertad que sucede en el interior de quien explora la escritura.

Para terminar, ¿qué poetas actuales nos recomendarías?

Karmelo Iribarren, Antonio Medinilla, Laura Giordani, Alfonso Brezmes, Antonio Orihuela, Marina Aoiz, Francisco Javier Irazoki, David Trashumante, Ana Pérez Cañamares y Ramón Eder.

viernes, 7 de julio de 2023

EL CIELO NOCTURNO EN LA CÁMARA DE ALAIN PAGOAGA

Tormenta sobre el Cantábrico desde la playa de Hendaya con el faro de Higuer a la izquierda.

Coincidí el miércoles con Alain Pagoaga y entre tema y tema surgió el de su dedicación a la fotografía nocturna. Me mandó algunas y yo le pedí permiso para publicarlas y anotarlas. Las dos primeras no necesitan nada más que indicar qué parte del mundo aparece en ellas por si alguien que no conozca el entorno de la bahía de Txingudi pasa por aquí. Los relámpagos, perfectamente captados, son suficientemente expresivos como para llenarnos de admiración.

Tormenta sobre San Marcial.

En las que vienen a continuación, en cambio, creo que es conveniente aportar alguna indicación para disfrutarlas un poquito más, aunque ellas ya son bellísimas de por sí. 

La primera corresponde al 18 de julio de 2020. Aquel mes nos visitó el cometa Neowise, y muchos acudimos a los montes de la zona para poder verlo. Sobre la fotografía de Alain he unido las estrellas que forman las constelaciones de Leo Minor y Lynx. Son estrellas muy débiles y difíciles de ver si no se dispone de un cielo muy oscuro. También se pueden ver algunas estrellas de Leo, Osa Mayor y la Jirafa (Camelopardalis), pero no todas y, desde luego, no las más brillantes ni características, que son con las que hacemos los imaginarios dibujos identificativos.

C/2020 F3 (NEOWISE) sobre el mar, visto desde el monte Jaizkibel.

En la siguiente aparecen las siempre bellísimas Pléyades, pero la mayor parte de la constelación de Tauro, a la que pertenecen, se encuentra tapada por la nubes y la contaminación lumínica. A la izquierda se puede ver el lado más identificativo de la constelación de Auriga con sus dos estrellas más brillantes. En medio y en la parte superior aparece el brazo de la constelación de Perseo.

Cielo nocturno sobre Orthez, visto desde la falda del monte Orhi.

En la última que recojo, aunque tal vez no sea la fotografía más llamativa ni la más espectacular, es la que a mí más me gusta por la enorme sorpresa que guarda. 

Corresponde al cielo del 8 de octubre de 2020 y es la que más tiempo me ha ocupado en identificar lo que en ella podemos ver. Todo empezó a ser más fácil una vez que me aseguré de que el punto brillante mayor correspondía a Marte. A partir de ahí fue relativamente sencillo dar con Diphda (Deneb Kaitos), la más brillante de la constelación de Ballena (Cetus), una constelación que también necesita cielos muy oscuros y cierta experiencia para localizarla. Desde la Ballena fácil era llegar hasta Fomalhaut, la única estrella de Piscis que se distingue con facilidad. Pero la felicidad llegó cuando localicé al siempre escurridizo Neptuno¡Alain lo había recogido con su cámara!—. Identificarlo fue posible gracias a las cuatro estrellitas de Acuario que se ven a su derecha. 

Cielo nocturno mirando hacia el sur.

#elcielonocturno

¡Merci beaucoup, Alain! 
Cette photo est comme un cadeau personnel pour moi.

***


sábado, 1 de junio de 2019

LIBROS PARA SOBRELLEVAR EL CALOR QUE SE AVECINA

Aquí os dejo un manojo de libros que he leído durante lo que va de año, pero de los que no me he ocupado en el blog. Todos ellos me parecen interesantes y cualquiera de ellos puede ayudar a pasar grandes momentos. Es mi pequeña "feria del libro".


  • Novela negra: El último barco. Domingo Villar. Siruela. 703 páginas. 23,95€. El inspector Leo Caldas recibe la visita de un prestigioso cirujano que le informa de la desaparición de su hija. Pistas que no conducen a ningún lado, discreción que se rompe cuando los medios recogen la noticia, cambios de rumbo y la ría de Vigo como paisaje de fondo de la novela. Trama muy bien desarrollada, no exenta de humor. En Página Dos se ocuparon de ella.



  • Biografía: Stefan Zweig, la tinta violeta. Jesús Marchamalo. Nórdica. 48 páginas. 9,95€. Una jugosa y sucinta biografía de un autor importante de la primera mitad del siglo XX. Por la extensión que tiene, no puede entrar en detalles ni dedicarse a desarrollar aspectos interesantes del trabajo del autor, pero ofrece una buena panorámica y puede resultar una agradable invitación a leerlo. Apta también para jóvenes.




  • Historia: La Segunda República española en 50 lugares. Alberto de Frutos Dávalos. Cydonia. 310 páginas. 16€. Tal y como recoge el título, no es propiamente una historia de ese periodo, sino un extenso y bien trabado anecdotario que se detiene en lugares muy significativos para la historia de la Segunda República y que sirven de marco histórico. Original e insólita forma de contar la historia. Muy válida para realizar turismo histórico. Aquí podéis leer el índice y las primeras páginas.



  • Ensayo: El laberinto junto al mar. Zbigniew Herbert. Acantilado. 284 páginas. 22€. El poeta polaco nos entrega un libro fascinante sobre la antigua cultura mediterránea. El arte, la literatura, el pensamiento, los mitos, las tradiciones de una civilización ya desaparecida, pero que ha echado raíces profundas en lo que somos y en lo que pensamos. Prólogo y primeras páginas, aquí.




  • Música: Un año para maravillarse. Clemency Burton-Hill. Indicios. 436 páginas. 25€. Me traje este diario de navegación musical de Musika-Música. Una propuesta singular para no olvidar la música clásica ni un solo día del año. Esta violinista y comentadora de la BBC nos presenta una propuesta musical para cada día. 365 proposiciones, todas ellas de lo más honestas. Un libro para escuchar la música. Primeras páginas, aquí.




  • Infantil: La niña que salvó los libros. Klaus Hagepur y Lisa Aisato. B de Blok. 64 páginas. 16,95€. La bibliotecaria le cuenta a Anna que los libros que nadie usa son destruidos. ¡No cielos! ¿Qué ocurre con los personajes que viven en ellos? ¿Van a ser destruidos? Anna decide que tiene salvarlos a todos de tan trágico destino. Fascinante. Las ilustraciones, también. Pinchad aquí.



Y ante la tentación, recordad a Marx, a Groucho Marx: Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro.

viernes, 28 de mayo de 2010

PLATÓN Y UN ORNITORRINCO ENTRAN EN UN BAR


El libro no es nuevo, pero este blog tampoco se ocupa de novedades. Como tampoco aparecen comentados todos los libros de los que tengo noticia y leo. Esta entrada, en realidad, está pensada para mis queridas tertulianas de Elatzeta, que, animadas por el deseo de saber, se han lanzado a la aventura de leer más allá de la novela, pero quieren cosas divertidas y refrescantes. Este librito, sin duda, cumple con creces esas condiciones.

T. Cathchart y D. Klein, con una capacidad para el humor a prueba de toda seriedad, consiguen explicar algunas de las ideas principales sobre distintas escuelas de pensamiento, o conceptos básicos de la filosofía y, además, que nos riamos, que no es poco. Y no es que el texto sea muy gracioso, sino que, para hacer más compresensible el tema del que tratan, lo desarrollan apoyándose en chistes... que a su vez arrojan un buen puñado de ironía sobre el propio tema.

Pero veámoslo con un ejemplo: Capítulo dedicado a la lógica inductiva (a partir de la observación de elementos particulares efectuamos afirmaciones con un valor general). Aquí tenemos, lógicamente, a Watson y Holmes.

Se han ido de acampada y, en plena noche, Holmes despierta a Watson con un codazo y le dice:
-Watson, mire al cielo y dígame lo que ve.
-Veo miles de estrellas.
-¿Y que conclusiones saca?
Watson piensa durante un rato y luego dice:
Astronómicamente, como veo miles de estrellas, puedo pensar que hay un montón de galaxias y, por tanto, que puede haber millones de planetas.
Astrológicamente, observo que Saturno está en Leo. Por la colocación de las constelaciones, deduzco que son más o menos las tres y cuarto. Meteorológicamente, dado que hay un cielo estrellado maravilloso, sospecho que mañana hará un día espléndido. Pero ¿usted, qué ve, Holmes?
-Watson, estúpido, ¡que alguien nos ha robado la tienda!
Pues eso, un libro francamente divertido y aprovechable. Quizá si la Filosofía se despojara del corsé rígido-técnico que en ocasiones, no siempre, la asfixia, tendría mejor salud y más afiliados.


Feliz lectura.



domingo, 12 de mayo de 2013

LA BIBLIA DE BARRO

No tengo la costumbre de leer este tipo libros. En realidad, leo muy poca novela y, muy de tarde en tarde, algún best seller —creo que este es el tercero que leo en mi vida—. Simplemente no me gustan, aunque reconozco lo prácticos que pueden ser para ayudar a pasar el tiempo en los medios de transporte o sobrevivir a las calurosas tardes de algunos días de verano. Son acción pura. Descerebrada, pero acción al fin y al cabo. Lo que ayuda a mantener nuestra atención, incluso en las condiciones más difíciles. Es más, diría que para leer una novela de éstas no se necesita la más mínima atención, lo que no deja de ser una virtud.

Nada más terminar de leer el libro estaba pensando hacer un comentario negativo sobre el texto y sus defectos. Sin embargo, mientras escribía el primer párrafo, me he dado cuenta de que no hay que ser tan criticón y de que tampoco está tan mal este tipo de lectura. Al fin y al cabo yo lo cogí voluntariamente el fin de semana pasado con la intención de que me distrajera de mis idas y venidas diarias en tren. Y lo cogí sabiendo que sería la única lectura en la que podría avanzar a pesar de lo que en el vagón pasara. El libro ha cumplido su función, me ha aislado del resto de las conversaciones con fidelidad perruna.

Pero hay más aún. Este tipo de libros son los que en realidad se venden y... se leen. No hace falta nada más que echar un vistazo a lo que ocurre en trenes, metros y autobuses. Son libros de los que incluso se habla. Lo que ya me gustaría que pasara con El Quijote —y estoy poniendo un libro nada difícil de leer y auténtico peso pesado de la literatura—. ¿Cuántas personas adultas que comparten el idioma de Cervantes lo han leído? Seguro que muy pocas. Y de ésas, si al ser preguntadas dijeran la verdad, quizás la mitad.

Desengañémonos, si no fuera por estos libros, ese poquito más del 50% de gente que lee en este país sería mucho más exiguo. Y quien dice este país (que cada cual ponga las fronteras donde quiera), dice cualquier otro. Es cierto que he visto leer mucho más en el metro de Londres que en el Madrid, pero el tipo de lectura era la misma: novela de consumo rápido y distracción urgente. Directo a la vena.

O sea, que cada cual lea lo que le dé la gana, con tal de que lo que lea le sirva para alejarse durante ese ratito de lectura de la muerte. Que si el escritor no hace otra cosa que escribir contra ella, el lector no se diferencia en nada en este quehacer de quien escribe.

Sed buenos y felices.

miércoles, 27 de junio de 2018

LAS PALABRAS Y LAS COSAS

The personal experience behind its description, 2009.
Robo el título a Foucault porque de palabras y de cosas va este comentario, y aunque no pretendo desenmascarar los discursos del poder, tal y como el filósofo francés realizó en su obra, sí quiero llamar la atención sobre el desajuste entre palabras y "cosas" que se produce a veces en los catálogos, explicaciones, hojas de sala y demás literatura "artística".

Acudo a la exposición Drawn by the pulse y leo en el primer párrafo de presentación (las negritas son mías): La obra de Rosa Barba (italiana, residente en Alemania) impugna y reinterpreta la verdad y la ficción, el mito y la realidad, la metáfora y lo material hasta llevarlos a un grado desorientador, que en última instancia se extiende hacia una práctica conceptual. 

O sea, todo. Quiero decir que lo impugna todo, la realidad entera. Da la impresión de que resulta un trabajo excesivo para una sola persona. Lo que no entiendo es hacia dónde quiere llevar ese todo. ¿Qué es un grado desorientador? ¿Quiere que tanto la realidad como la ficción, etcétera, sean desorientadoras? ¿Pretende que sean un poco más desorientadoras, signifique eso lo que quiera significar? ¿?

También desorienta, y mucho, la frase que viene después de la coma. ¿Qué es lo que se extiende hacia una práctica conceptual? ¿La obra de Lentini o el grado desorientador? ¿Y qué es una práctica conceptual? ¿Es practicar el arte conceptual, es ejercer de creadora de significados, es dedicarse a la lexicografía, es convertirse en renovadora de todos los significados,...? 


Drawn by the pulse, 2018.
Sigo. Drawn by the pulse (dibujado por el pulso), la primera obra de la exposición y la que da nombre a la misma, está presentada así: Filmada en el Observatorio Astronómico de Harvard, la obra toma como punto de partida la investigación de Henrietta S. Leavitt sobre las propiedades de las estrellas (...). La obra es una escultura fílmica de 35 mm, muda, basada en el parpadeo de las estrellas variables y en las imágenes de las placas fotográficas sobre las que trabajó Leavitt.


Drawn by the pulse, 2018.
El trabajo que llevaron a cabo H. S. Leavitt y sus compañeras, las calculadoras de estrellas, está bien explicado en el artículo de Wikipedia, pero si preferís una novela histórica, la de Miguel A. Delgado hace justicia al grupo de mujeres y desarrolla con todos sus pormenores el qué y el cómo de aquel trabajo y la importancia que tuvo para poder calcular la distancia a que se encontraban las estrellas con respecto a la Tierra y, por extensión, la edad del universo.

No sé qué interés artístico o científico puede tener ver pasar en una pantalla blanca grupos de puntos de distinto tamaño, como no sea comprobar lo aburrido que puede ser. Ciertamente, el trabajo de las calculadoras podía ser aburrido, pues había que examinar miles de placas fotográficas de estrellas para buscar algún patrón que posibilitara una mejor comprensión del universo. Pero ellas sí  sabían que su trabajo era importante, que las placas eran reales y que había un objetivo y una intención de descifrar y conocer. El de esta "escultura fílmica" lo ignoro. Ni tan siquiera contribuye a recordar el trabajo de las calculadoras de estrellas y mucho menos a divulgar en qué consiste el cálculo de las distancias basado en la magnitud absoluta del brillo de las cefeidas. A no ser que citar a H. S. Leavitt sirva para dar lustre a la obra y a la autora.

Eso sin entrar en el malintencionado discurso de género que poco o nada tiene que ver con las máquinas de proyectar imágenes que es de lo que va la exposición, pero que se aprovecha porque está de moda y ayuda a dar una aureola de progresía. Vuelvo a citar: Henrietta S. Leavitt (...) contribuyó a grandes descubrimientos que se atribuyeron directamente a Edward Pickering. Es cierto que el artículo de Leavitt lo firmó Pickering. De hecho, estaba obligado a hacerlo como responsable de la investigación. Pero también es cierto, y se oculta casi siempre, que en el encabezamiento se advertía que el trabajo era obra de su ayudante. La igualdad y la justicia no se defiende ocultando datos.

El texto completo de la comisaria lo podéis leer aquí. Tan preocupante como el estilo y, en muchas ocasiones, la falta de referentes de las palabras, es la cita de Danielle Huillet que utiliza para abrir su texto: No puedes enseñar a la gente a pensar, a utilizar sus ojos y sus oídos, —o a cómo hacer política efectiva para eso—, ellos pueden o no pueden; lo que puedes es transmitir una chispa de algo, mostrarles una operación concreta, pero no mucho más. Si una comisaria de una exposición no cree en la posibilidad de enseñar a pensar, de enseñar a ver, de enseñar, mal asunto para el arte en particular y el conocimiento en general. La historia de la cultura es, entre otras cosas, un continuo intento colectivo de enseñarnos entre todos a pensar, desde las primeras pinturas rupestres hasta esta misma exposición.

sábado, 14 de agosto de 2021

VIOLENCIA Y REVOLUCIÓN

Leo en BBC Mundo una entrevista con un comandante talibán:

Le pregunto a Ainuddin cómo puede justificar la violencia, teniendo en cuenta el dolor que está causando en la gente en cuyo nombre dicen luchar.

"Es un combate, así que gente está muriendo", responde con frialdad, añadiendo que el grupo está haciendo todo lo posible "para no afectar civiles".



Es simple. Es sencillo. Y además la historia nos ofrece maestros de renombre:



¿No ha visto nunca una revolución? Una revolución no es un baile de disfraces. Es un acto necesariamente rudo, desmesurado.

En la revolución hay que morir o matar. Es heroico. Y tanto para lo uno como para lo otro, se necesitan pechos, armas, brazos, cañones.




El Terror, los jacobinos, ese es el ideal revolucionario. Se necesitan cientos, miles, de jacobinos rabiosos, se sans-culottes. un jacobino al servicio de la clase obrera, eso es un revolucionario.




Claro que, debe comprenderse, no cualquiera puede ser revolucionario, ni, mucho menos, dirigente revolucionario. Hay que saber escoger, seleccionar cuidadosamente a los que pensarán y realizarán un acto destinado a cambiar el curso de la historia. Se necesitan jacobinos profesionales con talento y vocación de sacrificio, que subordinen todas sus pasiones e intereses personales al triunfo revolucionario, que entreguen la sangre de se sangre como abono del suelo que alumbrará un nuevo día. No, no es fácil.




Todo dentro de la revolución, nada fuera de la revolución. No existe otra realidad que la realidad científica explicada por la vanguardia del partido.

miércoles, 31 de julio de 2013

MENOS QUE UNO

Hay libros que se nos dan de golpe, que aparecen ante nosotros con una atracción inusitada y no podemos dejar de leerlos. Hay otros que almacenamos casi por obligación y que permanecen silenciosos, dejando que los traslademos varias veces de lugar al cabo de los años y que, silenciosos, se resignan a no ser leídos nunca. Es el caso del que aparece aquí. Llevaba la friolera de 24 años ocupando un lugar escondido en una estantería de segunda clase y un encuentro casual lo ha devuelto a mis manos.

Reconozco que no he leído la poesía de Brodsky y que cada vez leo con más agrado los libros donde los autores plasman sus ideas salpicadas de recuerdos de su vida, o los recuerdos de su vida aderezados con sus opiniones. Algunos los clasifican de ensayos personales; otros, de autobiografías. Sean lo que sean, tienen ese ritmo perezoso y atractivo que tan bien le cae a mi verano lector.

Menos que uno se compone de siete textos, siete ensayos breves sobre temas bien diferentes —política, historia, literatura, sociedad—. Fueron publicados originalmente en EEUU en 1986. En castellano aparecieron de la mano de Ediciones Versal y ahora mantiene el título la editorial Siruela.

Posiblemente el texto más personal, donde vemos más cantidad de la persona llamada J. Brodsky, sea En una habitación y media. Aquí se recogen los recuerdos sobre sus padres, la poco más de una habitación donde vivían, lo que suponía vivir en la URSS durante los años 50 y unas hermosas reflexiones sobre el ejercicio de la memoria. Y de aquí es de donde entresaco —apartado 36 — estos encantadores consejos de sus padres:

—El día de tu cumpleaños y el día de Año Nuevo debes estrenar algo. Aunque sólo sea unos calcetines...
Ésta es la voz de mi madre.
—Come siempre antes de ir a ver a una persona superior a ti: tu jefe o tu oficial. De esta manera le llevarás un poco de ventaja.
(Quien habla es mi padre).
—Si has salido de casa y tienes que volver a ella porque te has olvidado algo, echa un vistazo al espejo antes de volver a salir. De lo contrario puedes encontrarte en un lío.
(Vuelve a ser ella).
—No pienses nunca en cuánto has gastado. Piensa en cuánto puedes ganar.
(Éste es él).
—No salgas nunca a pasear sin chaqueta. Está bien que seas pelirrojo, pese a lo que digan los demás. Yo era morena y las morenas constituyen mejor blanco.

Si queréis leer su poesía, Visor mantiene la publicación de Poemas de Navidad en su catálogo y en la página Amediavoz se recogen una veintena.


Feliz lectura y feliz verano.