lunes, 3 de febrero de 2014

QUERIDO Y CONFUSO LECTOR:

Ayer fue mi cumpleaños,
felicítame mañana.
Felicítame ayer
porque mañana fue 
mi cumpleaños.

O no me felicites

o felicítame mi no-cumpleaños,
mi lunes trivial,
mi semana cotidiana,
mi mes, mi día, mi luna,
mi continuo paso por el tiempo,
mi ir y venir con ilusiones 
o sin ellas. 
Sorpréndeme 
entre horas 
con un juego disonante,
confuso, atolondrado,
al margen de la ceremonia de los días,
sin color establecido, 
sin nada que decir.

Ayer no fue mi cumpleaños,

hazme hoy una fiesta 
sin palabras.

domingo, 2 de febrero de 2014

EN ÁVILA, MIS OJOS

     En Ávila, mis ojos,
dentro en Ávila.
     En Ávila del Río
mataron a mi amigo,
dentro en Ávila.

Este breve e intensísimo poema del cancionero popular es una de esas joyas que la tradición oral nos ha dejado. Lo dejo aquí junto con el comentario que en su momento hizo José María Alín

El estribillo con su glosa, de tres versos, forma un poemita simplicísimo de absoluta desnudez; pero que es, sin embargo, de un tan hondo dramatismo, de tal intensidad trágica, que no ofrece parangón. ¿De qué forma se ha conseguido en un poema que sólo cuenta cinco versos esa extraordinaria condensación tragica, ese dramatismo, esa intensidad? Leámoslo detenidamente. Y de súbito, algo surgirá ante nuestros ojos. Ese "algo" es, simplemente, un verbo. ¿Un verbo? No, el "único". Ninguna de las palabras del villancico ni de la glosa, salvo ésta, nos indica la existencia de algo dramático. Sólo el verbo introduce una noción propiamente significativa. Y esa palabra única, preñada de sentido, inunda todo el poema y lo envuelve en un halo fatal. ¿Cómo? Por obra y gracia de su realce expresivo, conseguida mediante la exclusión deliberada de toda otra semejante. Pero no es eso todo. La lectura atenta servirá, también, para que notemos la absoluta desnudez del poema, la falta de todo elemento ornamental que pudiese distraer nuestra atención. Y veremos, cómo se caracteriza por una ausencia de adjetivos calificativos: sólo los determinativos imprescindibles. Nada más. Un sólo verbo, desnudez ornamental. He aquí el milagro deslumbrante de la técnica. Todo encauzado para que esa noción, "mataron", en el principio del verso penúltimo, se convierta en eje y clave del villancico. Todo encauzado, sí.

El autor, primero, nos ofrece la localización geográfica en el estribillo; incluso en la glosa nos antepone el complemento circunstancial de lugar: "En Ávila del Río..." ¿Simple coincidencia o interés po que conozcamos el lugar del crimen? No, mucho más. Se trata de la preocupación por crear un clima, una atmósfera obsesiva ("En Ávila", "en Ávila, "En Ávila del Río", "en Ávila"). Queda bien claro. Sólo en un verso, el que relata los hechos, no aparece el topónimo. Todavía algo: su distribución alternada, de contrabalanceo, reiterativa. Un verso comienza con el complemento; el siguiente terminará con él. Así, con esta insistencia, la mente del lector "sabe", anticipadamente, el lugar que aquél ha de ocupar más adelante, es decir, conoce su existencia antes de que la mención se produzca.

Del estudio introductorio. Cancionero tradicional. Castalia, 1991.

LA ENSEÑANZA DE LA FILOSOFÍA A DEBATE, 1

Me gustan mucho los debates de Futuro abierto porque el equipo del programa se preocupa de organizarlos bien e invita a tomar parte en ellos a verdaderos especialistas en la materia, gente que ha estado trabajando el tema sobre el que se va a debatir, y no charlatanes de feria a los que lo mismo les da hablar de medicina que de automovilismo. En el programa de hoy intervenían Luis María Cifuentes, Adela Cortina, Gustavo Bueno Sánchez y Jesús Mª Sánchez. Debatían sobre la desaparición de la enseñanza de la Filosofía en los niveles medios del sistema educativo que la nueva ley nos trae.

No voy a defender aquí la Lomce —alguna entrada en contra de ella podéis hallar en este blog—, pero tampoco voy a caer en la simplicidad de defender el estudio de la Filosofía diciendo banalidades del tipo "la Filosofía nos enseña a pensar" o "el estudio de la Filosofía nos enseña a ser racionales". No necesitamos de esa ni de ninguna otra asignatura considerada aisladamente para aprender a pensar, para ser racionales o para ejercitar el pensamiento crítico y autónomo. De hecho, hay bastantes países donde no está presente el estudio de la Filosofía antes de la universidad —más de los que se citan en el debate— y no ejercen el pensamiento de forma menos activa y lúcida que aquí. La presencia de una determinada asignatura en el currículo no garantiza absolutamente nada.


Lo que sí es importante, diría que fundamental, es contar con un profesorado competente y bien preparado que disfrute enseñando lo que enseña y que enseñe a pensar desde la asignatura que imparta, sea la que sea. Un profesorado que transmita la ilusión de aprender y que nos contagie las ganas de descubrir por nosotros mismos —ver la entrada Elogio y modelo del maestro—. ¿Alguien, acaso, puede creerse que Galileo, Cervantes, Marie Curie o Murasaki no sabían pensar? ¿Alguien puede creerse que Hitler, Franco, Pinochet o Stalin no hubieran hecho lo que hicieron si hubieran recibido más clases de filosofía en el bachillerato?


El problema no es ese. El problema es que no tenemos un buen sistema educativo. Lo que tenemos es una sucesión inagotable de sistemas que se van arrojando a la cara los partidos políticos que transitan por el poder, y al poder, como mucho, le interesan las estadísticas, no la formación de la ciudadanía. El problema es que esos "ensayos" de sistema educativo no se preocupan de la educación ni de formar un profesorado capaz, ilusionado y solvente, sino de que la burocracia que rodea a la educación esté bien servida. El problema es... que la educación tiene demasiados problemas y no van a desaparecer hasta que los partidos políticos no se den cuenta de que establecer un buen sistema educativo no es adecuarlo a la ideología e intereses del gobierno del momento.


Dicho esto, escuchad, si queréis, lo que han dicho en el debate y, por encima de todo, que nadie os dirija el pensamiento.


sábado, 1 de febrero de 2014

ARTE ROMÁNICO, Santa María la Real y Google

La Fundación Santa María la Real se ha asociado con Google Cultural Institute para darnos la estupenda exposición virtual El origen del románico. El nacimiento de Europa. Ésta es, de momento, la primera exposición de lo que quiere ser una serie sobre este arte medieval. Al frente del proyecto se encuentra el arquitecto, humorista y presidente del patronato, José María Pérez, Peridis.



Después de ver la exposición sobre el arte románico, podéis echar un vistazo a las otras exposiciones —394 en total— que se alojan en el espacio Google Cultural Institute. Algunas son muy interesantes y hay para todos los gustos y tendencias.

FEBRERO (COSAS DEL PODER)

Imagen tomada de Wikipedia
Entramos en febrero, ese mes paticorto y un poco anodino por el que transitamos a la espera de mejor tiempo. 

El mes se lo debemos a Numa, aquel rey romano que quiso ordenar el calendario y estableció doce meses lunares. En su origen tenía 29 días, pero después llegó la reforma de Julio César y pasó a tener 30 días los años bisiestos. En estas estábamos, cuando en honor del emperador Augusto se dio su nombre al mes sexto

Pero la cosa no quedó ahí, porque ese mes tenía sólo 30 días y no podía ser que el gran Augusto, para quien se renombraron todos los títulos, disfrutara de un mes en el calendario con un día menos que su antecesor Julio —mes y césar—. Por lo tanto, tiraron de febrerillo y cogieron el día que necesitaban para que los grandes estuvieran emparejados y no sufrieran en su orgullo.

Eso sí, febrero siguió estando dedicado a la purificación y todo ese rollo de los espíritus malignos que era necesario espantar, y que era lo que subyacía en el desmadre romano de las ancestrales fiestas lupercales, origen de nuestros carnavales, que, por cierto, este año no caen en febrero, sino en marzo. Y la culpa es de la Luna y de la Iglesia (católica), que no deja de ser pagana, mal que le pese. 

Abrigaos y sed felices.

viernes, 31 de enero de 2014

UN CUENTO DE CHÉJOV

Los de Páginas de espuma se han embarcado en la aventura de publicar todos los cuentos que escribió A. Chéjov, de quien Bloom ha dicho que es uno de los pocos santos de la literatura. Pero ya me ocuparé en otro momento de estas y otras afirmaciones. Hoy sólo quiero ofrecer un adelanto de esta ingente obra que saldrá en cuatro estupendos volúmenes y del que hasta ahora sólo disponemos del primero. Para ir provocando las ganas de leer, os dejo un cuento corto, El signo de los tiempos.

Se declaraban su amor en un salón tapizado con papel celeste. 
Un muchacho de agradable apariencia tenía la rodilla hincada ante una joven mientras hacia juramentos.
—¡Querida mía, yo no puedo vivir sin usted! ¡Se lo juro! —se acaloraba—. ¡Perdí los nervios desde el momento en que la vi! Mi querida, dígame... dígame... ¿Sí o no?
La joven abría la boca para responder cuando en ese momento por la puerta asomó la cabeza de su hermano.
—¡Un minuto, Lily! —dijo su hermano.
—¿Qué es lo que quieres? —preguntó Lily, saliendo hacia donde estaba su hermano.
—Perdóname, querida mía, que os moleste, pero soy tu hermano, y mi sagrada obligación es advertirte... Debes tener mucho cuidado con este caballero. Muérdete la lengua... Procura no hablar más.
—¡Pero me está haciendo una proposición!
—eso es asunto tuyo... Declárate, espósate con él, pero por amor de Dios, ten cuidado... Conozco a este sujeto... ¡Es un bribón de los grandes! Ahora mismo haría contigo cualquier cosa...
Merci, Max... ¡No lo sabía!
La muchacha volvió a la sala. Le respondió al joven que "sí", lo besó, se abrazaron, se prometieron, pero tuvo cuidado: únicamente habló de amor.

Traducción de Paul Viejo.

EL CIELO DE FEBRERO, 2014


(Video tomado de La costa de las estrellas)

Efemérides del mes:
  • Planetas: Mercurio es visible durante la primera semana del mes en el horizonte OSO, después de ponerse el sol. Venus se ve durante el alba en el horizonte SE con el mayor brillo del año (-4.6). Marte se ve en Virgo durante la mayor parte de la noche. Júpiter domina casi toda la noche en Géminis. Saturno es visible durante la madrugada en Libra.
  • Luna: llena, el 14. Este mes no tendremos luna nueva.
  • EEI: pasos visibles de la Estación, consultar aquí.
Feliz observación.

jueves, 30 de enero de 2014

EL POETA ENLOQUECE Y CANTA LO SIMBÓLICO

Oda a un número mágico

No hablo de las siete vidas del gato,
no de los días de la semana,
no de los cuerpos celestes,
no de los brazos del candelabro,
ni de los siete mares,
ni de los siete sabios,
ni de las siete maravillas,
ni de las siete virtudes hablo.

No quiero la grulla ni la paz,
no quiero el vuelo grácil,
no quiero la luz ni la alegría,
no quiero la primavera
ni la inmortalidad. 

Dejadme solo en mi 
hermetismo sutil. Estoy 
iluminado y veo más allá 
del mundo sensible. 
La realidad no existe. Yo
os acercaré al conocimiento
a través de mis palabras.

HA MUERTO FÉLIX GRANDE

Parece que estamos en un final de enero muy luctuoso con respecto a la poesía. Hoy nos traen las noticias la muerte de Félix Grande, un poeta muy bien recogido en la Biblioteca Virtual Cervantes.

Aquí tenéis un vídeo en el que lee su poema Recuerdo de infancia



Y un enlace a la revista  Poesía en el campus, nº 43, 1999; número dedicado enteramente a él.

miércoles, 29 de enero de 2014

UN POEMA DE CONCHA MÉNDEZ

Salgo a la calle y voy en ascua viva,
o voy temblando porque el mundo es triste.
Y vuelvo de la calle y entro en casa
y el mundo sigue triste sin remedio.
Y no es que falte un ángel en la estancia
que nos sonría, que nos hable al menos.
Y no es que falte un dios para las cosas,
ni ese deseo de pasar soñando
sin escuchar las quejas que en el aire
vagan por encontrar por fin el eco.

                   De Niño y sombras, 1936. Recogido en Poemas (1926-1986). Hiperión, 1995.

Concha Méndez fue una poeta del grupo del 27, además de una buena deportista. La guerra civil, el exilio y el hecho de que fuera mujer han contribuido a su casi anonimato. 

El poemario al que pertenece este poema fue motivado por la pérdida de su hijo nada más nacer.

EL EMBARGO, de Gabriel y Galán

A todos los extremeños que andan repartidos por el mundo,
y que me perdonen el acento tan poco extremeño.

Este poema de Gabriel y Galán me ha acompañado desde que empecé a interesarme por la poesía porque mi padre, cacereño él, lo tenía en gran aprecio y mi madre, al descubrir ese interés por la poesía de su hijo, me ragaló las Obras completas del salmantino, seguramente con la intención de afianzar un enlace entre padre e hijo. Lo leí algunas pocas veces en casa de mis padres y él, mi padre, siempre se emocionaba al oírlo. Son los misterios de la poesía y las conexiones que realiza en los rincones más escondidos del cerebro. 



Señol jues, pasi usté más alanti
    y que entrin tos esos,
    no le dé a usté ansia
    no le dé a usté mieo...
Si venís antiayel a afligila
sos tumbo a la puerta. ¡Pero ya s'ha muerto!
¡Embargal, embargal los avíos,
    que aquí no hay dinero:
lo he gastao en comías pa ella
y en boticas que no le sirvieron;
    y eso que me quea,
porque no me dio tiempo a vendello,
    ya me está sobrando,
    ya me está gediendo!
Embargal esi sacho de pico,
y esas jocis clavás en el techo,
    y esa segureja
    y ese cacho e liendro...
¡Jerramientas, que no quedi una!
    ¿Ya pa qué las quiero?
Si tuviá que ganalo pa ella,
¡cualisquiá me quitaba a mí eso!
Pero ya no quio vel esi sacho,
ni esas jocis clavás en el techo,
    ni esa segureja
    ni ese cacho e liendro...
¡Pero a vel, señol jues: cuidiaíto
    si alguno de ésos
es osao de tocali a esa cama
    ondi ella s'ha muerto:
la camita ondi yo la he querío
cuando dambos estábamos güenos;
la camita ondi yo la he cuidiau,
la camita ondi estuvo su cuerpo
    cuatro mesis vivo
    y una nochi muerto!

¡Señol jues: que nenguno sea osao
de tocali a esa cama ni un pelo,
    porque aquí lo jinco
    delanti usté mesmo!
    Lleváisoslo todu,
    todu, menus eso,
    que esas mantas tienin
    suol de su cuerpo...
¡y me güelin, me güelin a ella
    ca ves que las güelo!...

martes, 28 de enero de 2014

AQUELLA ESCUELA

Para el amigo Tomás, que ya no está en la escuela

Aquella escuela tenía una gran fama. Su nombre aparecía numerosas veces en los medios de comunicación de la localidad. Organizaba eventos de todo tipo. Cada semana uno distinto. 

Aquella escuela estaba muy bien organizada. Tenía unos estatutos claros y precisos. Incluso unos letreros preciosos que indicaban dónde se hallaba cada cosa sin necesidad de tener que preguntar a nadie.

Aquella escuela era un modelo de perfección. Cada función y cada tarea estaba escrupulosamente recogida por duplicado. Una, en papel archivado en carpeta convenientemente clasificada; otra, en su correspondiente espacio digital.

Aquella escuela daba gloria verla. Estaba perfectamente pintada por fuera y por dentro. La limpieza y el orden eran admirables, y daba gusto deambular por sus pasillos y sus patios.

Aquella escuela disponía de un claustro exquisitamente formado. Todas las maestras sabían varios idiomas. Todos los maestros, también. Ambos sexos, además, conocían la normativa externa e interna, y la aplicaban.

Aquella escuela era casi perfecta. 

Sólo tenía un pequeño problema: apenas había niños en las aulas, porque los profesores sabían rellenar todo tipo de papeles y redactar todo tipo de informes, pero apenas sabían qué hacer con los niños.

ELOGIO Y MODELO DEL MAESTRO

Aprovecho que hoy, 28 de enero, se celebra el día del alumno para recoger las palabras de Herder en honor del que fuera su maestro, Immanuel Kant, modelo de pensador y, a tenor de lo que su insigne alumno escribió, modelo de lo que alguien que se dedique a enseñar debe hacer en el aula. Leedlas con detenimiento.

Tuve la suerte de tener como profesor a un gran filósofo al que considero un auténtico maestro de la humanidad. Este hombre poseía por aquel entonces la viveza propia de un muchacho, cualidad que parece no haberle abandonado en su madurez. Su ancha frente, hecha para pensar, era la sede de un gozo y de una amenidad inagotables; de sus labios fluía un discurso pletórico de pensamientos. Las anécdotas, el humor y el ingenio se hallaban constantemente a su servicio, de manera que sus lecciones resultaban siempre tan instructivas como entretenidas. En sus clases se analizaban las últimas obras de Rousseau con un entusiasmo sólo comparable a la minuciosidad aplicada al examen de las doctrinas de Leibniz, Wolff, Baumgarten o Hume, por no mentar la perspicacia derrochada a la hora de exponer las leyes naturales concebidas por Kepler y Newton; ningún hallazgo era menospreciado para mejor explicar el conocimiento de la Naturaleza y el valor moral del ser humano. La historia del hombre, de los pueblos y de la Naturaleza, las ciencias naturales, las matemáticas y la experiencia: tales eran las fuentes con que este filósofo animaba sus lecciones y su trato. Nada digno de ser conocido le era indiferente; ninguna cábala o secta, así como tampoco ventaja ni ambición algunas, empañaron jamás su insobornable pasión por dilucidar y difundir la verdad. Sus alumnos no recibían otra consigna salvo la de pensar por cuenta propia; nada le fue nunca más ajeno que el despotismo. Este hombre, cuyo nombre invoco con la mayor gratitud y el máximo respeto, no es otro que Immanuel Kant.(Los subrayados en negrita son míos).

Cartas relativas al fomento de la humanidad, Herder. Recogido por Roberto Aramayo en el Estudio preliminar a ¿Qué es la Ilustración? Y otros escritos de ética, política y filosofía de la historia. Alianza, 2004.


lunes, 27 de enero de 2014

HA MUERTO JOSÉ EMILIO PACHECO

Poco después de escribir la entrada sobre la novela de Alice Munro, La vida de las mujeres, me entero de la muerte de este grande de la poesía mexicana a quien le dedicamos una tertulia en mayo de 2011, lo que implica que previamente a la tertulia redactara otras entradas para ir dando noticia de él y de su poesía. En ellas podéis encontrar entrevistas y sugerencias de todo tipo.

En su recuerdo, dejo un aquí un texto suyo acerca del jabón.


ELOGIO DEL JABÓN

         El objeto más bello y más limpio de este mundo es el jabón oval que sólo huele a sí mismo. Trozo de nieve tibia o marfil inocente, el jabón resulta lo servicial por excelencia. Dan ganas de conservarlo ileso, halago para la vista, ofrenda para el tacto y el olfato. Duele que su destino sea mezclarse con toda la sordidez del planeta.

         En un instante celebrará sus nupcias con el agua, esencia de todo. Sin ella el jabón no sería nada, no justificaría su indispensable existencia. La nobleza de su vínculo no impide que sea destructivo para los dos.

         Inocencia y pureza van sacrificarse en el altar de la inmundicia. Al tocar la suciedad del planeta ambos, para absolvernos, dejarán su condición de lirio y origen para ser habitantes de las alcantarillas y lodo de la cloaca.

        También el jabón por servir se acaba y se acaba sirviendo. Cumplido su deber será laja viscosa, plasta informe contraria a la perfección que ahora tengo en la mano.

         Medios lustrales para borrar la pesadumbre de ser y las corrupciones de estar vivos, agua y jabón al redimirnos de la noche nos bautizan de nuevo cada mañana. Sin su alianza sagrada, no tardaríamos en descender a nuestro infierno de bestias repugnantes. Lo sabemos, preferimos ignorarlo y no darle las gracias.

         Nacemos sucios, terminaremos como trozos de abyecta podredumbre. El jabón mantiene a raya las señales de nuestra asquerosidad primigenia, desvanece la barbarie del cuerpo, nos permite salir una y otra vez de la tinieblas y el pantano.

         Parte indispensable de la vida, el jabón no puede estar exento de la sordidez común de lo que vive. Tampoco le fue dado el no ser cómplice del crimen universal que nos ha permitido estar un día más sobre la Tierra.

         Mientras me afeito y escucho un concierto de cámara, me niego a recordar que tanta belleza sobrenatural, la música vuelta espuma del aire, no sería posible sin los árboles destruidos (los instrumentos musicales), el marfil de los elefantes (el teclado del piano), las tripas de los gatos (las cuerdas).

         Del mismo modo, no importan las esencias vegetales, las sustancias químicas ni los perfumes añadidos: la materia prima del jabón impoluto es la grasa de los mataderos. Lo más bello y lo más pulcro no existirían si no estuvieran basados en lo más sucio y en lo más horrible. Así es y será siempre por desgracia.

         Jabón también el olvido que limpia del vivir y su exceso. Jabón la memoria que depura cuanto inventa como recuerdo. Jabón la palabra escrita. Poesía impía, prosa sarnosa. Lo más radiante encuentra su origen en lo más oscuro. Jabón la lengua española que lava en el poema las heridas del ser, las manchas del desamparo y el fracaso.

         Contra el crimen universal no puedo hacer nada. Aspiro el aroma a nuevo del jabón. el agua permitirá que se deslice sobre la piel y nos devuelva una inocencia originaria.

              De La edad de las tinieblas. Visor, 2009.

LA VIDA DE LAS MUJERES, de Alice Munroe

Atraído por la publicidad del Nobel me hice con este libro hace tres meses y lo he leído, muy a gusto, la semana pasada. 

La novela nos cuenta la historia de una chica, desde su infancia hasta que termina los estudios de bachillerato, en una pequeña localidad canadiense. A través de ella vamos conociendo a los personajes de su familia y la vida del pueblo en el que habita. Todo muy normal, muy costumbrista, un punto nostálgico (típico de las miradas al pasado) y cierto aire decadente y tristón. 

Pero el vigor de la historia no se encuentra en lo que nos relata, sino en el lenguaje limpio, eficaz y preciso, en ocasiones tan preciso como un bisturí. Un ejemplo: ... Allí las conversaciones tenían muchos niveles, no podía decirse nada de forma directa, todas las bromas podían ser una puñalada por la espalda. La desaprobación de mi madre era abierta e inconfundible, como el mal tiempo; la de ellas (se refiere a sus tías) llegaba como si de pequeños cortes de navaja se tratase, de un modo desconcertante, en medio de la amabilidad.

Otra virtud de la escritura de Munroe es, a mi entender, la claridad con que nos habla de las mujeres. Si Virginia Woolf nos habituó al discurso y al protagonismo femenino en el mundo narrativo, la escritora canadiense lo hace de forma natural, como si estuviéramos tomando el té con ella y fuéramos cómplices de lo que nos cuenta. Y sin darnos cuenta sabemos de todos los deseos, miedos, ilusiones, esperanzas y sinsabores de las mujeres que pueblan esta historia.

No es un clásico, no tiene la vibración de las grandes pasiones, de la apabullante vida que se desborda por cada párrafo, porque es una novela del siglo veinte, esto es, contemporánea, y ahora nos ocupamos de los recovecos de la vida cotidiana. No es un clásico, cierto, pero se lee muy bien.

domingo, 26 de enero de 2014

MÚSICA PARA ABANDONARSE EN ELLA

Gracias al programa radiofónico nocturno La víspera del infinito, de Alejandro Alcalde, descubro la existencia de la cantante coreana Youn Sun Nah y su relajante y preciosista tema Kangwondo Arirang. Lo podéis escuchar a través del enlace o en el primer corte del programa —minuto 7— que os dejo aquí completo, porque todo él está lleno de apetitosas sugerencias literario-musicales. De hecho, el programa de hoy tenía el título de Música en la literatura

Disfrutadlo.

CUANDO LA LITERATURA SE CONVIERTE EN CORRAL

Cuando era joven y empezaba a interesarme por la literatura, no podía creer que dos grandes poetas como Góngora y Quevedo se enzarzaran en una pelea de gallos absurda y dolorosa, por más que lo dijera el profesor de Literatura, a quien admiraba profundamente y a quien creía todo lo que nos contaba, menos eso. Mis quince ingenuos años no aceptaban vileza tal en grandes figuras.

Luego fui comprobando por mí mismo que no importaba el lugar que se ocupara en el mundillo literario para enfangarse en una refriega barriobajera con el vecino de turno. 

Por desgracia, estar dotado de una sensibilidad fuera de lo común para percibir y expresar el mundo no tiene nada que ver con disponer de la más común de las sensibilidades para respetar al otro. ¡Qué lástima!

Escribía Paul Valéry:

           Qué vergüenza escribir sin saber lo que son el lenguaje, el verbo, las metáforas, los cambios de ideas, de tono; ni saber concebir la "estructura" de la duración de la obra, las condiciones de su fin; ¡apenas el porqué y en absoluto el cómo! Enrojecer de ser la Pitia. 

Reescribían André Bretón y Paul Éluard:

               Qué orgullo escribir sin saber lo que son el lenguaje, el verbo, las comparaciones, los cambios de ideas, de tono; ni sin concebir la estructura de la duración de la obra, ni las condiciones de su fin; ¡en absoluto el porqué y en absoluto el cómo! Ponerse verde, azulear, blanquear de ser el loro...

sábado, 25 de enero de 2014

NO DIGAS QUE ALGO ES BUENO, DI QUE ALGO TE GUSTA

Nada más lejos de mi intención que indicar a nadie lo que quiera o no quiera decir, lo que crea o no conveniente expresar. Con el título de esta entrada no pretendo señalar a nadie qué es lo que debe hacer o no con sus opiniones; me refiero a la extendida costumbre de cierta crítica profesional de señalar con una descarada objetividad la calidad intrínseca de la obra que comenta, como si el juicio que nos ofrecieran no estuviera impregnado de los gustos, tendencias y adscripciones de quien escribe el comentario, por no decir —en los casos extremos de clara tendenciosidad— del dinero de quien mantiene el producto o del círculo de amistades y miserias al que se pertenece.

El arte, la expresión literaria, queridos amigos, tiene unas cuantas —pocas— normas básicas que le dotan de calidad, de dignidad. Ésas, prácticamente se aprenden en la escuela: corrección gramatical y sintáctica, originalidad, imaginación, adecuación y propiedad. Y ésas las domina todo escritor. Todo lo demás lo da el oficio, la práctica, la lectura, la experiencia vital y la creatividad. A partir de ahí distinguir si un texto es mejor que otro a mí me parece harto difícil, por no decir que es una equivocación afirmarlo.

Sin duda, disponer de una buena formación, mantener una lectura atenta, escuchar las opiniones de los demás y contrastarlas, son requisitos que ayudan a que nuestro parecer pueda tener más elementos en los que fundamentarse, pero no son garantía de verdad. Nadie está libre de meter estrepitosamente la pata cuando afirma que tal o cual obra es intrínsecamente buena y que pasará a la posteridad. O de afirmar justamente lo contrario. 

De esos errores está llena la historia de la crítica. Son cientos las grandes firmas que han emitido su juicio sobre algún contemporáneo suyo, destacando la excelencia o la falta de calidad de una obra determinada, y que luego, con el paso del tiempo, han tenido que desdecirse porque la obra en cuestión se ha visto colocada en el extremo opuesto de lo que habían afirmado. Y no voy a dar aquí ningún nombre, que no es respetuoso señalar defectos cuando son más los méritos a destacar. Sólo es necesario decir que esa historia de grandes errores va desde los clásicos más lúcidos hasta los coetáneos menos dotados.

Por eso, no conviene hacer crítica como si de práctica científica se tratara. En sí mismas, son dos actividades muy diferentes, pese a que todavía haya alguna persona que intente convencernos de lo contrario. Nada hay en el texto de nadie que pueda hacernos afirmar cosas del tipo es el mejor libro de la década, es la mejor novela europea publicada en estos últimos años, es la mejor poesía que podemos leer hoy... Esas afirmaciones son falsas físicamente, porque nadie se ha leído el todo en que se contiene esa obra; ni nadie tiene la capacidad de discriminar artísticamente lo que afirma, por mucho peso específico que tenga en el mundillo cultural, porque esa valoración la dan el tiempo y la sociedad lectora.

Otra cosa bien distinta es la exégesis, el análisis, el comentario, la crítica literaria que se practica para hacernos ver lo que nosotros, lectores apresurados, no nos paramos a ver en una obra; la que nos desvela los artificios internos y posibilita que el goce de la lectura sea así mayor. Esa sí es una gran crítica, esa sí tiene elementos objetivos —no muchos— con los que sabe operar y nos hace crecer a los demás como mejores lectores. Ese es el trabajo que hicieron, por citar sólo dos nombres, Dámaso y Amado Alonso. Lo demás, en mi opinión, es atrevimiento inconsciente o publicidad descarada. No digas, por tanto, que algo es bueno, di que te gusta.

jueves, 23 de enero de 2014

EXTRAÑA RECOPILACIÓN

 Uno va confiado en hacerse con la poesía de Benítez Reyes en un solo tomo y adquiere el título de Visor Libros de poemas, que como indica en el interior, entre paréntesis, es una recopilación de su obra entre 1978 y 2008. Pero, ¡oh, sorpresa!, el poemario Vidas improbables, el que fue premio Ciudad de Melilla, de la Crítica y Nacional de poesía, no aparece en esta recopilación, que pertenece a la misma editorial y que,por si quedaran dudas, es de 1995, es decir, está dentro del período del que se encarga la recopilación. ¿No os parece un tanto extraño?


Dejo a un lado las maquinaciones mercantiles de la editorial y os ofrezco un poema de este poeta gaditano —encuadrado normalmente bajo el marbete de poesía de la experiencia—del que me gusta casi todo. Se trata de La flecha del tiempo, del libro Escaparate de venenos. Ahí va. 

Nunca seríamos 
como esos adultos —nos juramos—
que miraban ansiosos, turbiamente,
a través del cristal de las cafeterías
—como aquel poema de Rimbaud—
la entrada de los jóvenes altivos
en la cueva dorada de la noche.
                                                   Y sin embargo
ahora estamos aquí, sin entender gran cosa,
ante un vaso de hielo y de ansiedad,
arañando con fiebre y con rencor
en el cristal del tiempo un espejismo.


PAUL VALÉRY, 1

Paul Valéry no es un autor que nos lo ponga fácil. Nada más alejado de su intención. Ahí está para recordárnoslo su famosa afirmación: El hombre crea mediante la abstracción. Otra cita: Decimos que un autor es original cuando ignoramos las transformaciones ocultas que los otros han producido en él; queremos, pues, decir que lo que ese autor hace es demasiado complejo e irregular en relación con lo que ya fue hecho. Hay obras que son semejantes a otras obras; hay obras que son sus opuestas; y hay otras más que tienen con las anteriores una relación tan compleja que nos perdemos en sus orígenes y preferimos hacerlas provenir directamente de los dioses (4 maestros franceses, Librería Sudamericana, p 109).

Esas son las dos grandes señas de identidad del maestro francés: abstracción y originalidad, ambas en el sentido profundo de la palabra, es decir, etimológico. Esto, claro, tiene su contraprestación en la lectura: Valéry no se deja querer de buenas a primeras. Su frialdad aleja más que aproxima. Como ha dicho Carlos R. Dampierre, aunque el genio poético de Valéry sea indiscutible, las cualidades y calidades del mismo han sido diferentemente apreciadas por las distintas generaciones poéticas que le han sucedido (prólogo a Poesías, Visor, p 11). Quizás impulsado por ese don de la abstracción es por lo que el que fuera poeta se sumergió en el mundo de las matemáticas, raro caso en la historia, donde la dirección de los trasvases ha sido inmensamente mayoritaria en el sentido contrario.

En cualquier caso, para una primera aproximación a su poesía y su forma de entenderla bien puede valernos el libro de Cátedra, a cargo de Monique Allain-Castrillo y Renaud Richard, pues está disponible en el mercado, tiene una muy buena introducción, todo tipo de notas, un magnífico apéndice sobre El cementerio marino, una excelente bibliografía y, lo más importante, contiene los que quizá sean los dos mejores poemas del poeta francés. 

Y para terminar, no estaría nada mal leer el extracto que Wikipedia ha realizado de la Teoría poética y estética, porque ofrece muchos elementos que ayudan a entender mejor la obra de Valéry. Los más atrevidos y entregados lectores pueden prescindir del extracto y pasar directamente al libro original