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viernes, 24 de abril de 2015

COSAS VISTAS POR JORGE TEILLIER

De Jorge Teillier ya di noticia hace aproximadamente un año. Hoy quiero dedicarle esta entrada y recoger algunos de los poemas breves que aparecieron en la tercera sección de su Muertes y maravillas (1971). Son composiciones en las que, con gran delicadeza poética, recoge distintos aspectos de la realidad. Podemos entenderlos como bocetos de poemas, como apuntes metafóricos de la vida, como composiciones llenas de encanto en los que la luz de la poesía alumbra diversos rincones de la cotidianidad o como todas estas cosas a la vez.

Aquí os dejo algunos:


Nieva
y todos en la ciudad
quisieran cambiar de nombre.

***

Temo no verte más
cuando las pompas de jabón
que echas a volar por la ventana
se llevan tu rostro.

***

Las primeras luciérnagas:
un niño corre a buscarlas
para su amigo enfermo.

***

Un gato vagabundo
sentado en el cerco
es más grande que el patio y la casa solariega.

***

Los charcos
abren los ojos aterrados
al oír a los patos.

***

Fuego bajo las cenizas.
Y en el muro
la sombra de los amigos muertos.

viernes, 25 de diciembre de 2015

BOTELLA AL MAR, Jorge Teillier

BOTELLA AL MAR


Y tú quieres oír, tú quieres entender. Y yo
te digo: olvida lo que oyes, lees o escribes.
Lo que escribo es para ti, ni para mí, ni
para los iniciados. Es para la niña que nadie
saca a bailar, es para los hermanos que
afrontan la borrachera y a quienes desdeñan
los que se creen santos, profetas o poderosos.



Podíamos seguir con la metáfora del chileno y leer en el mar ese piélago moderno que es internet, de esta manera actualizaríamos el navegar proceloso por el que hoy millones de personas realizan diariamente. Tal vez la poética que recogen los versos de aquí arriba tuviera, si cabe, mayor énfasis.

En cualquier caso, leedlo como más os apetezca y después seguid arrojándolo al mar, para que otra alma curiosa y sedienta disfrute de él, y así indefinidamente hasta que la poesía llegue a tierra y acampe entre los desheredados de la literatura. 

***
Ya está subida la colección de Jorge Teillier que utilizaremos en la tertulia de enero. Y si queréis más información sobre el poeta, en este mismo espacio tenéis otras dos entradas en las que se ofrecen más datos y enlaces.

domingo, 4 de mayo de 2014

NOSTALGIA DE LA TIERRA, antología de Jorge Teillier

Chile es un territorio abonado de poetas, de buenos poetas. Si creéis que es sólo una frase hecha, fijaos en esta nómina: Gabriela Mistral, Vicente Huidobro, Pablo de Rokha, Pablo Neruda, Nicanor Parra, Gonzalo Rojas, Oscar HahnEnrique Lihn... Cualquier literatura estaría deseando contar entre sus filas con un número tan elevado de grandes poetas en un sólo siglo.

Editorial Cátedra, a través de Juan Carlos Villavivencio nos ofrece esta antología, muy completa, de uno de los poetas contemporáneos chilenos (Lautaro,1935- Viña del Mar,1996) del que apenas había nada publicado por aquí, en la península.

Posiblemente lo más singular de Teillier haya sido la creación de lo que él denominó poesía lárica (de lares, los dioses del hogar, de la familia), como reivindicación de la poesía que se ocupa del terruño, de las tradiciones, de la infancia perdida. Ya sé que decirlo así, en una frase, es simplificar demasiado, pero sirve para situarnos.

Teillier está muy bien recogido en internet, gracias a la Universidad de Chile, que cuida como debe de los autores patrios. Podéis comprobarlo pinchando en este enlace


ERAS UNA CANDELILLA EN TU CASA
  
Eras una candelilla en tu casa
O si querías una estrella errante en el cielo
En la casona
Yo te buscaba
Tropezando
Con un caballo de madera inmóvil desde la muerte de los hermanos
Con mis zapatos hundiéndose en el aserrín de los títeres
Y las muñecas de cabeza rota
Y tú ríes
Porque despierto
Y tú sabías
Que despertaría para seguir soñando contigo
Y sólo me queda
Esperar en vano el timbre del cartero
Y me despierta
El ruido de los vendedores de gas
La casona se la llevó la última crecida
Nunca supe cuál era tu pieza
Nunca supe cuál era la ventana oculta
Por la que te asomabas
La ventana cerrada que nos unía para siempre
En un siempre que nunca ha sido siempre. Eras una candelilla en tu casa
O si querías una estrella errante en el cielo
En la casona
Yo te buscaba
Tropezando
Con un caballo de madera inmóvil desde la muerte de los hermanos
Con mis zapatos hundiéndose en el aserrín de los títeres
Y las muñecas de cabeza rota
Y tú ríes
Porque despierto
Y tú sabías
Que despertaría para seguir soñando contigo
Y sólo me queda
Esperar en vano el timbre del cartero
Y me despierta
El ruido de los vendedores de gas
La casona se la llevó la última crecida
Nunca supe cuál era tu pieza
Nunca supe cuál era la ventana oculta
Por la que te asomabas
La ventana cerrada que nos unía para siempre
En un siempre que nunca ha sido siempre. 


                 Del poemario En el mudo corazón del bosque, 1997.